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OPINIÓN

16 de noviembre de 2020

Curiosidades políticas santafesinas

Claves. Borgonovo se fue antes de que lo echen. El principal problema es la inseguridad,pero el hombre fuerte del gobierno es Saín. Cómo negociar leyes sin ministro político. El peronismo se prepara y la oposición mira

El gobierno nacional disfrutó de una relativa primavera, que no fue otra cosa que un freno limitado al valor del dólar. En las últimas horas, volvieron los problemas. En Santa Fe, el ministro Marcelo Borgonovo pegó un portazo antes de que lo echen y puso a Omar Perotti en problemas.

   La realidad rosarina y provincial tiene un marco saliente diferente al nacional. Cuando se pregunta a los rosarinos por el principal problema de la ciudad, la inseguridad trepa a casi el 60%, según la consultora Inmediata.arg, que tiene datos recientes. En segundo lugar aparece la economía y la falta de empleo y, en cuarto lugar, la pandemia y los incendios. Curiosamente, el ministro que es el hombre fuerte del gobierno, y al que Perotti no tiene pensado mover de su cargo, es el de Seguridad.

La situación irá in crescendo durante fin de año, pero no solamente por la crisis económica. Siempre para estos tiempo el delito ve crecer sus estadísticas, que ya son insoportables en Rosario, ciudad que sobrepasó lragamente las 200 muertes violentas.

El portazo de Borgonovo

   Por el momento, Perotti tuvo que ensayar un movimiento impensado, luego de que Borgonovo le hiciera un gambito. “Antes de que me eches, me voy”, podría decir el ex titular de la cartera política, de floja performance. Se adelantó aquí que el candidato a reemplazar a Borgonovo estaba desde el mes de julio y era Carlos Bermúdez. Pero dijo que no.

   Ante la emergencia, el leal Rubén Michlig pasó a manejar gobierno. Ahora sí, el titular de la Casa Gris quiere esperar que se aprueben el presupuesto y la ley de conectividad para avanzar en el resto de los casilleros del gabinete. La idea sigue siendo la de involucrar a todo el peronismo en las segundas y terceras líneas. Se está en vísperas electorales y Perotti quiere que todo el frente justicialista apoye a sus candidatos.

   El escenario de tormenta que enfrenta el gobernador tiene que ver con la agenda legislativa. La oposición en Diputados muestra temor en avanzar sobre la inseguridad, pero tiene dudas de avalar el endeudamiento, extender la emergencia y apoyar sin trabas el presupuesto. A propósito, el ministro de Economía, Walter Agosto, incluyó en la ley de leyes todo lo que le pidió el gobernador.

   Cuesta creer que la Casa Gris atraviese este frente sin ministro de Gobierno designado. Es posible que Perotti jamás perdone a Borgonovo. La búsqueda del futuro funcionario (o funcionaria) tendría que centrarse en alguien con buen diálogo con la oposición y que entienda de política. El peronismo tiene nombres propios con esa anatomía.

   Los gobiernos, locales y el nacional, deberían empezar a tomar en serio lo que está ocurriendo en el resto del mundo con la segunda ola de coronavirus. No sea que los agarre, otra vez, en el limbo de mirarse el ombligo. Debe decirse que la propia sociedad ha dejado de lado como prioridad la pandemia, y empieza a reclamar por el metro cuadrado de sus preocupaciones: ciudades seguras y limpias.

   Nadie en su sano juicio podría desde el análisis político pronosticar qué es lo que se viene en materia electoral. El escenario de tres tercios de la política santafesina es la mejor noticia que puede tener el peronismo, que tiene un voto cautivo superior al resto de los frentes. Hay reuniones, debe decirse, de todo tipo y color.

   Ayer, compartieron un zoom Miguel Lifschitz y Pablo Javkin, quienes necesariamente deberán poner en orden la casa del Frente Progresista y evitar internas innecesarias. De ahí en más, la coalición opositora tendrá que abrir sus fronteras, hacia la derecha o la izquierda del columpio.

   Si la decisión es no avanzar en un acuerdo con Juntos por el Cambio —que les traerá severos problemas electorales— tendrán que, al menos, unificar a los sectores progresistas que, como satélites numerosos, superviven en la política local. ¿O creen que le van a ganar al peronismo sin Juntos por el Cambio, o sin el sector de Rubén Giustiniani, Carlos Del Frade y Ciudad Futura? Demasiado progresismo esparcido en el mapa santafesino.

   Perotti se juega en las elecciones de mitad de mandato la gobernabilidad de los dos últimos años, cuando toda la política empieza a mirar quién viene. Por eso, también está a favor de suspender las Paso. Necesita, además, un esquema político más férreo, que se lo puede dar Marcos Corach y el eventual ministro de Gobierno. No se entiende cómo el gobernador quiere sacar leyes polémicas sin consenso con Lifschitz y compañía, cuando el peronismo sólo tiene 7 diputados de 50.

   También ha quedado evidenciado en los últimos días que el peronismo buscará su propio diseño electoral. “Los socialistas y los radicales se quejan pero se mandaron para ellos la ley de boleta única, aprovechando que los nuestros estaban dormidos. Ahora, si nosotros queremos ir por nuestra propia ley somos «fraudulentos»”, le dijo una altísima fuente peronista a La Capital.

   En Juntos por el Cambio, mientras tanto, comenzó una carrera para ver quién es más larretista. El jefe de Gobierno porteño pregunta por Santa Fe y habla con todos. A nadie le dará atributos máximos de poder. Horacio Rodríguez Larreta tiene cuna peronista.

   Todo está por verse.

Fuente:La Capital

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