OPINIÓN
17 de abril de 2025
¿Por qué los niños se vuelven adictos a la pantalla y ya no juegan en la calle?

¿Por qué los niños se vuelven adictos a la pantalla y ya no juegan en la calle?
La mirada sobre la infancia en la actualidad genera preocupación. En Argentina, la inseguridad se convierte en un obstáculo que limita el juego en la calle. Muchos padres evitan que sus hijos salgan, temerosos de robos o accidentes. Pero, ¿qué ocurre en otros países?
En España, solo uno de cada cuatro niños juega en la vía pública, a pesar de tener una percepción de mayor seguridad.
Paula Querido, directora de la Asociación Francesco Tonucci en Argentina, impulsa la campaña "Yo salgo a jugar", que advierte sobre las consecuencias de una infancia encerrada. Esta problemática no es nueva; Tonucci ya lo mencionaba en su libro "La ciudad de los niños", donde describía a los niños como prisioneros en sus casas.
La pandemia intensificó la exposición de los niños a las pantallas, lo que agrava la situación. La campaña de Querido denuncia la desaparición de la niñez del espacio público y el encierro al que los adultos someten a los niños. Es un ciclo que se perpetúa, donde los chicos quedan sin acceso a la naturaleza y a experiencias de juego.
Los adultos somos responsables de esta situación. Para que los niños jueguen en la calle, muchas veces se requiere de la compañía de un adulto. La noción de salir a jugar sin supervisión se ha vuelto casi utópica. Esto se refleja en la escasa posibilidad de que los niños vivan experiencias de socialización sin el control constante de los padres.
Es fundamental dedicar tiempo a acompañar a los niños en sus juegos. Verlos disfrutar de momentos simples, como correr detrás de una pelota, es invaluable. Sin embargo, el ritmo acelerado de la vida moderna a menudo nos aleja de estos momentos. La nostalgia por la infancia de tiempos pasados se enfrenta a una realidad donde la libertad de juego es cada vez más restringida.
La pregunta que surge es: ¿quién tiene la culpa? La inseguridad, el entorno urbano y la falta de confianza son factores que influyen. Pero también debemos reflexionar sobre nuestra disposición como padres para permitir que nuestros hijos exploren el mundo que los rodea. La responsabilidad recae en nosotros, y la necesidad de un cambio es urgente.
Fuente: Cadena 3

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