OPINIÓN
4 de febrero de 2025
Los aranceles de Trump: ¿la guerra comercial más idiota de la historia?
Donald Trump causó un enorme impacto mundial con los aranceles. Hay mucha gente que se está preguntando bueno, ¿se terminó el globalismo?
En Estados Unidos, el impacto es considerable, ya que se aplica un 25% de impuesto a casi todas las importaciones de México y Canadá, y un 10% adicional a las importaciones de China.
Canadá ya responde con medidas similares, mientras que México evalúa sus opciones. La limitación del comercio genera un efecto inmediato: las bolsas asiáticas y europeas caen cerca del 2%, el petróleo sube y se devalúan monedas como el euro y el peso mexicano. En este contexto, el Wall Street Journal publica un artículo editorial titulado "La guerra comercial más idiota de la historia", advirtiendo que Estados Unidos se convierte en un país más caro y menos competitivo.
Se cita que la mitad de las autopartes de los autos ensamblados en EE.UU. provienen de México y Canadá, y un auto promedio podría encarecerse en 3.000 dólares. Esto plantea interrogantes sobre la inflación y la interrupción de cadenas de integración que se han desarrollado en los últimos 30 años. México, Canadá y China son grandes proveedores de Estados Unidos, y se prevén complicaciones para el comercio global.
Desde la perspectiva argentina, un mundo más cerrado no es positivo. Argentina, aunque territorialmente grande, tiene una población de 40 millones, lo que limita la escala de producción. La necesidad de acceder a mercados más amplios se vuelve crucial para mantener costos competitivos. Además, Argentina depende de inversiones extranjeras para su desarrollo.
El aumento de la tasa de interés en EE.UU. podría tener repercusiones negativas para la deuda argentina, que está atada al dólar. Si China decide dejar de comprar a Estados Unidos y opta por Argentina, los precios de la soja y el maíz podrían aumentar. Sin embargo, si otros países devalúan sus monedas para competir, Argentina podría enfrentar un encarecimiento de su deuda.
La situación genera discusiones en Argentina, donde algunos ven contradicciones en la postura de líderes como Javier Milei, quien aboga por el libre comercio, mientras que Trump implementa un enfoque proteccionista. La realidad es que no se puede hacer proteccionismo solo por querer, sino por poder. Trump actúa por razones geopolíticas y tecnológicas, buscando liderar en un nuevo contexto de inteligencia artificial y frenar la migración desde países vecinos.
Las condiciones para actuar son distintas. Estados Unidos, con un 30% del consumo mundial y un 4% de la población, tiene más margen para cerrarse. En contraste, Argentina, con una economía más pequeña, enfrenta desafíos significativos. La historia de Argentina muestra que, a pesar de tener altos aranceles, la industria no ha despegado.
Fuente:Cadena3
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