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9 de septiembre de 2025

Lapidario informe sobre la crisis en Algodonera Avellaneda, que bordea la quiebra

La sindicatura alertó por deudas millonarias y paralización de la planta textil de Vicentin. Los pasivos superan ampliamente a los activos netos, mientras se incrementa el pasivo posconcursal. El ministro de Trabajo, Roald Báscolo, se reunió con las partes en busca de soluciones.

El último informe de la sindicatura en el concurso preventivo de Algodonera Avellaneda S.A., presentado en julio de 2025, describe una situación crítica de la histórica firma textil del norte santafesino, propiedad de Vicentin SAIC. La empresa enfrenta un deterioro financiero creciente, fuertes deudas posconcursales y la paralización total de su producción.

Hoy por hoy, la producción está detenida y la planta ubicada en el Parque Industrial de Reconquista se encuentra sin actividad. El detalle elaborado por los síndicos dio cuenta que se incumplieron contratos de desmote con la Unión Agrícola de Avellaneda y Buyatti.

La hilandería está paralizada por exceso de stock en los clientes. En julio todavía se produjeron 253.938 kilos de hilos y 99.309 kilos de telas, pero actualmente no hay movimiento en la línea productiva, reseñaron.

Deudas millonarias

La facturación de julio fue de $2.684 millones, pero la tendencia es decreciente desde abril. Al mismo tiempo, el pasivo posconcursal sigue en aumento: deudas con proveedores, AFIP, seguridad social y, especialmente, con la Empresa Provincial de la Energía (EPE), donde los saldos impagos superan los $ 989 millones hasta julio. “La empresa descuenta unilateralmente un 25 % de las facturas de energía, lo que profundizó la deuda”, tabuló el cuadro demostrativo de la evolución obligaciones a pagar.

El impacto comienza a sentirse con fuerza en el nivel de puestos de trabajo. En los últimos meses, la compañía redujo personal: 41 empleados fueron dados de baja entre junio y julio (7 por fin de prueba, 14 despidos sin causa y 20 por falta o disminución de trabajo). La deuda en concepto de indemnizaciones asciende a $ 274 millones. En tanto, el 22 de agosto la empresa solicitó un Procedimiento Preventivo de Crisis, que contempla suspensiones, reducción de jornadas y retiros voluntarios, buscando reducir costos laborales.

Perspectivas inciertas

El informe de la sindicatura advierte que la situación es “muy delicada” y reclama a la compañía un plan de acción concreto para enfrentar la crisis. Señala que incluso con el repunte de la facturación sería inviable sostener las deudas acumuladas sin medidas estructurales ni financiamiento externo.

El análisis de los indicadores financieros de la empresa realizado por encargo del juez del concurso de acreedores Fabián Lorenzini da una idea cabal de la creciente inviabilidad de la textil, que se acerca peligrosamente a su quiebra.

En cuanto a “liquidez ácida”, por cada $ 1 de deuda a corto plazo, la empresa solo dispone de 0,009 centavos en efectivo y equivalentes inmediatos; con relación a “liquidez corriente”, por cada $ 1 de deuda corriente, la empresa solo tiene $ 0,60 de activos corrientes; otro de los puntos abordados es el de endeudamiento -mide como total del pasivo / patrimonio neto-. En este ítem, al ser el patrimonio neto negativo (- $ 1.436.607,93 ), el índice resulta negativo y refleja “patrimonio neto deficitario; con respecto a “solvencia”, en julio de 2025 arrojó un valor de 0,60, cuando en diciembre 2024 era 1,50. “”El total de activo circulante no alcanza para pagar las deudas”, pusieron sobre aviso al juez los encargados de confeccionar el cuadro situacional.

Importaciones

En este contexto de crisis, el ministro de Trabajo de la provincial, Roald “Coco” Báscolo mantuvo reuniones el viernes estuvimos con delegados y mandos medios de Algodonera Avellaneda, y este lunes con el juez Lorenzini, con la intención de explorar soluciones viables al cuello de botella que se cierne sobre la empresa

“Lo de Vicentin era un problema importante, pero no tenía la magnitud que hoy tiene el contexto nacional para la Algodonera Avellaneda. Ese, para mí, es el principal problema”, comparó el funcionario, para encuadrar luego que “está la hipoteca del Banco Nación, que ya liberó la orden de ejecución, y eso se puede solucionar; está el tema de que se fueron los fasones, y también se puede solucionar; el hecho de que no haya fondos para comprar materia prima también tiene salida. Nada es fácil, claro, porque todo se enmarca en un concurso”.

Báscolo no dudó en apuntar que “el problema de fondo es el contexto nacional: no hay consumo y existe una competencia desleal de las importaciones. Entonces, aun consiguiendo capital de trabajo, nuevos fasones o incluso un comprador para la empresa, la situación es crítica. Particularmente golpea a la parte de hilandería y textiles; en cambio, el resto de la cadena -la desmotadora o la siembra de algodón- todavía resiste y sigue siendo competitiva”.

El titular de la cartera laboral hizo referencia a hechos relevantes ocurridos en los últimos días: “El jueves se presentó el informe de la sindicatura, que es lapidario respecto de la situación financiera; el viernes tuvimos una reunión con delegados gremiales y algunos trabajadores, en la que se habló tanto del contexto nacional como de la situación específica de la empresa. Allí remarqué que, más allá de la versión empresarial, el informe de la sindicatura es un documento contable elaborado por profesionales designados por el juez, y por lo tanto es un diagnóstico oficial”.

Alternativas

En esa línea, relató que ese mismo viernes el juez envió una orden a la empresa para que presente un plan de crisis en un plazo de cinco días. “Probablemente se extienda un poco más, pero en breve vamos a incorporarnos en ese proceso para evaluar alternativas. Ese plan debe definir qué hará la empresa en los próximos doce meses: si incorporará fasones, socios, o si venderá algunos activos. Todo requiere la autorización del juez, de la sindicatura, del comité de acreedores y también la resolución de las cautelares penales del caso Vicentin, que avanza bien”.

Más adelante, fijó el objetivo claro que tiene el gobierno provincial: “Garantizar la continuidad de la producción y preservar las fuentes laborales. La quiebra es una posibilidad, sí, pero debemos evitarla porque, aunque en esa instancia los trabajadores tienen prioridad de cobro, el valor de una empresa en marcha es cinco veces mayor al de una empresa paralizada”.

Por último, insistió con que “hoy todo se reduce al contexto nacional: conseguir socios o capital de trabajo en un escenario normal sería viable, incluso vendiendo activos no productivos como oficinas en Buenos Aires. Pero en este panorama, aunque logremos financiar fibra, terminamos con hilos y telas apilados en un depósito sin poder vender, y con sueldos que no se pueden pagar con mercadería. Eso fue lo que pasó con la Unión Agrícola de Avellaneda y Buyatti, que después de seis meses de acumular producción sin salida decidieron retirarse. Julio fue un mes crítico, en el que se notó con fuerza la caída de la producción”.

Fuente: El Litoral

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