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OPINIÓN

22 de julio de 2025

Cómo ser estanciero con dos mangos

Cómo ser estanciero con dos mangos

La semana pasada, en "La Argentina Posible", tuvimos el privilegio de charlar con Marcelo Ighani, un iraní de 73 años que, siendo joven, llegó a Rosario para estudiar arquitectura y transformó el paisaje agrícola argentino con una idea audaz: plantar pistachos. Sí, ese fruto seco que hoy está en boca de todos, desde helados hasta snacks, llegó a nuestro país gracias a la visión de Ighani.

Marcelo nos contó cómo, al notar la ausencia de pistachos en Argentina, decidió cultivarlos, convirtiendo al país en uno de los pocos productores de este cultivo en el mundo. Pero lo que más me impactó fue un dato que compartió: con una inversión inicial de apenas 12 mil dólares por hectárea en el sur de San Juan o el norte de Mendoza, en 4 o cinco años podés empezar a producir pistachos, y a los 10 años, una plantación de tres hectáreas puede generar una renta de ocho mil dólares por mes durante 80 años. ¡Un negoción!

Ahora, claro, no todos podemos hacer las valijas, mudarnos a San Juan y esperar cinco años a que los árboles crezcan. Cada uno tiene sus proyectos, sus responsabilidades. Pero, ¿y si pudiéramos participar de este tipo de negocios sin necesidad de comprar la tierra, plantar los árboles, regarlos y cosecharlos? Aquí entra en juego una herramienta poderosa: el mercado de capitales.

Tradicionalmente, a través de las bolsas de valores, uno puede comprar acciones de una empresa y participar de sus ganancias, ya sea por la renta que genera (en este caso, la venta de pistachos) o por la valorización del capital (el aumento del valor de la tierra o la empresa). Pero en Argentina, donde desconfiamos hasta de nuestra sombra y guardamos los dólares bajo el colchón, esta idea no termina de calar.

Sin embargo, algo está cambiando. La tecnología está abriendo puertas a lo que se conoce como tokenización, una forma de digitalizar activos para que cualquiera pueda invertir en ellos sin complicaciones. ¿Querés ser parte del boom del pistacho o del negocio de la tierra sin comprar un campo entero? Con la tokenización, podés adquirir un "pedacito" de ese activo, como si compraras una fracción de bitcoin. Por ejemplo, empresas como Land Token están comprando campos, alquilándolos a compañías de primera línea y ofreciendo a inversores la posibilidad de participar con montos tan bajos como 100 dólares. Así, te beneficiás tanto de la renta del alquiler como de la valorización de la tierra, que en Argentina está subvaluada por las retenciones. Si estas bajan, como muchos prevén, el valor de esos campos podría dispararse.

Y no es solo con la tierra. La tokenización está llegando a otros ámbitos. Por ejemplo, el club Independiente se convirtió en el primero en Argentina en tokenizar a sus jugadores de las inferiores. ¿Te imaginás comprar un pedacito de la próxima estrella del fútbol, como un Dibu Martínez, y que explote en el mercado? La ventaja de los tokens es clara: son líquidos (los comprás y vendés cuando querés), accesibles (no necesitás millones para entrar), transparentes y con costos de intermediación mucho más bajos que los métodos tradicionales.

Pero para que este sueño de un "capitalismo popular" se haga realidad, necesitamos tres cosas: buenas leyes que garanticen seguridad jurídicaeducación financiera para que todos entendamos cómo funciona, y un Estado que facilite sin entorpecer. Imaginate un país donde el ahorro de todos nosotros, en lugar de quedarse muerto en el colchón, se ponga al servicio de emprendedores con ideas brillantes como la de Marcelo Ighani. Un país donde, con dos mangos, cualquiera pueda convertirse en estanciero, accionista o hasta copropietario de un futuro crack del fútbol.

Fuente: Cadena 3

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