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7 de junio de 2020

Siempre verde, el "paquete natural" para la re-evolución agrícola

Así como el último salto productivo fue con agroquímicos y transgénesis, una nueva era asoma en base al uso de herramientas con el foco puesto en "alimentar el suelo". Tener raíces activas todo el año genera un sinfín de beneficios: desde mayores rindes hasta el ahorro de insumos o el freno a procesos erosivos. Incluso podría ayudar a mejorar la imagen del sector.

Juan Manuel Fernández | [email protected]

La toma de conciencia ambiental y el conservacionismo avanzan en la agricultura argentina con la adopción de técnicas que reducen la dependencia de agroquímicos al tiempo que promueven la actividad biológica en los lotes. Quizás a la fuerza en un inicio a raíz de la explosión de malezas resistentes a herbicidas, la prédica fue creciendo y términos como Cultivos de Cobertura, Barbecho Verde o Cultivos de Servicio fueron agregando beneficios "naturales" en el proceso productivo. A ese listado se agregó la Agricultura Siempre Verde (ASV), concepto que este año promete alcanzar gran difusión porque se incluyó como lema de su XXVIII Congreso Anual de Aapresid: "Siempre Vivo, Siempre Verde".

A modo de definición, la entidad explica la ASV como un nuevo concepto de agricultura, capaz de capturar mayor cantidad de carbono y contribuir a mitigar el Cambio Climático. "Si se implementara en tan sólo 10% de la superficie en SD se podrían secuestrar 1,1 millones de Tn de carbono/año. Además permitiría reducir hasta un 60% el impacto ambiental asociado al uso de herbicidas", explicaron. Un campo "siempre verde" implica "plantas vivas todo el año" que generan más fotosíntesis, captura de dióxido de carbono y menor impacto ambiental, así como mejorar infiltración e incorporar materia orgánica.

 

Consociados. Cultivos con diferentes utilidades se siembran juntos para sumar beneficios, como vicia villosa -que aporta cobertura y Nitrógeno- con distintos nabos que pueden descompactar, inhibir malezas o sumar Materia Orgánica con nutrientes de rápida disponibilidad.

 

Caso local

En el centro norte santafesino, los miembros de la Regional Videla (San Justo) vienen experimentando algunas de las técnicas que dan forma a este concepto desde comienzos de la década pasada. El asistente técnico Navier Picco sintetizó a Campolitoral que ASV implica -sobre la base de eliminar los barbechos largos- que "el suelo está vivo y hay que darle de comer; y lo que come son raíces". Esto se logra haciendo más cultivos por año y diseñando una "dieta balanceada", combinando raíces que aportan carbono y nitrógeno. Así, los cultivos de cobertura o servicio (fue variando el nombre) son herramientas dentro de un "paquete" que, sin aspirar a "recetas", también integran la siembra directa, fertilización, siembra aérea o estrechamiento de surcos. En definitiva todo lo que aporte raíces vivas la mayor parte del tiempo, también para impedir que el sol y la lluvia le peguen de lleno al suelo.

 

El sistema ASV, explicó Picco, puede lograrse de dos maneras: sembrando la especie de servicio desde el aire con el cultivo en pié; o bien sembrando el cereal sobre la cobertura sin quemarla "pasándole la sembradora por arriba". Esta segunda opción, aclaró, "obviamente depende del año, el agua, la especie y el estadío fenológico en que se encuentre", por lo que no se trata de decisiones antojadizas. "Hay que analizar un montón de cuestiones para que tenga éxito, porque si no después son más las complicaciones que la soluciones".

 

 

Joya subterránea. Una "maraña" de raíces de vicia villosa, dos tipos de nabo y avena strigosa, representativo de la idea de alimentar un suelo vivo.

Evolución zonal

Los primeros cultivos de servicio en la Regional se implantaron entre 2004 y 2005 con un objetivo puntual: controlar la erosión hídrica. "En estos últimos años -agregó- muchos productores han incorporado la tecnología, básicamente por la problemática de malezas, ya que sabemos que sólo con herbicida no podemos seguir". No sólo por eficiencia, sino porque "los costos son muy elevados".

La última encuesta Aapresid en la región determinó que sólo 15% de los productores aplican cultivos de cobertura y sobre un promedio de 20 hectáreas, proporción que crece hasta un 80% entre los socios y a mayor escala.

El conjunto de prácticas que también se integran en ASV incluyen la siembra directa y la nutrición. "No bajar los niveles de fertilización, tanto en los cultivos de grano y de servicios para más MS y raíces", propuso el asistente. Además, lo que aplique al CS "queda disponible luego para el cultivo de verano".

 

Desde el aire

Una tecnología "interesante" son las siembras aéreas, que permiten realizar la tarea antes de cosechar el cultivo de granos. "Se están haciendo ensayos y funciona",dijo, aunque todavía queda mucho por "ajustar" en el manejo, como densidades.

Al respecto Picco comentó que la campaña anterior usaron vicia villosa sobre maíz con siembra aérea con muy buenos resultados. "La única cuestión ahí es tener en cuenta las malezas: la rama negra nacía dentro del maíz y la vicia la cubría pero no la mataba; y luego de quemar la vicia la maleza emergía con la complicación de ser una maleza vieja más difícil de eliminar; y después la tenés adentro de la soja".

También sostuvo que los nabos son ideales para la siembra aérea por el tamaño de la semilla: "es chica, se mete en cualquier lado". De igual modo se logran resultados positivos con avena y ryegrass.

 

Surcos estrechos

De igual modo, una técnica que se incluye también dentro de la ASV es "ir achicando líneos", para acortar los 52 cm a los que se siembra la soja, con un cierre de surco más rápido y mayor control de malezas y mejor preservación de la humedad del suelo. "Esa sería una de las cuestiones sobre las cuales ir avanzando". Y no resigna rindes, como probaron en un ensayo realizado en la regional con siembra a 26 cm. Este comportamiento se explica agronómicamente en que llegan antes al Índice de Área Foliar (IAF) crítico (una interceptación del 95% de los rayos solares). El cierre anticipado del surco también redunda en un mejor control de malezas y menor uso de herbicida. "Si hacemos cultivo de cobertura y luego estrechamos líneos tal vez logremos hacer soja sin herbicidas, que sería realmente un logro", proyectó.

En ese sentido sugirió no repetir los errores que se cometieron con los herbicidas de "simplificar" el manejo del lote y, antes de encarar el cultivo de servicio, propuso determinar la especie necesaria para el objetivo propuesto, en qué densidad, determinar la fecha de siembra pensando cuando se quiere secar según el grano que se sembrará arriba.

Suelo y vida

Además de controlar malezas, al ASV sirve para mejorar la fertilidad del suelo (con materia orgánica y nitrógeno) y en la zona para disminuir la erosión "que está haciendo estragos", gracias a una disminución de la escorrentía producto de conservar raíces ancladas en el suelo. También impide la voladura de campos (erosión eólica), que la gota de lluvia rompa la estructura del suelo y bajar napas.

A esto Picco agregó una "función estética" que podría ayudar a reconciliar al sector con la ciudadanía en general. "Esto cuando está todo florecido, el nabo sobre todo, se llena de abejas, de mariposas y pájaros; y yendo a la función social: deja de verse un suelo seco, muerto, en barbecho, para ver flores y verde, pájaros.. y eso es para que nos vayan viendo con otros ojos; esto también es parte de la ASV, de imitar a la naturaleza".

Esa diversidad en el lote, a su vez funciona como un banco de insectos benéficos; corta el ciclo de patónegos; mantiene activa la micro fauna subterránea. "Sabemos que la diversidad disminuye el riesgo", remarcó, mientras "aumenta el manejo". En lugar de un barbecho largo, ahora -dijo- hay que ponerse a sembrar apenas termina la trilla.

 

Siempre aliadas. Las floraciones contribuyen al desarrollo de insectos benéficos, además de prestar un "servicio visual".

Cuestión de bolsillo

En cuanto a la relación costo-beneficio, es lógico que la inversión que implica la adopción de esta tecnología -en semillas, labores, fertilización- sea a cambio de un beneficio. "Hay que aclarar que hacer un CS no nos va a hacer sacar 20 o 30 quintales más de soja o maíz en un año; estos son planteos a largo plazo para mejorar el suelo", aclaró el técnico. Igualmente citó el caso de la Regional Chivilcoy, donde el asesor Berardo Romano tiene medido tras 6 a 8 años de uso un beneficio de 15 a 20% más de rinde en maíz o 10/15% en soja. En la Regional Videla aún no cuentan con esa estadística, pero a priori se nota que en la última campaña "la soja rindió muy bien, mejor que en planteos convencionales".

Por otra parte se gana ahorrando gastos. En el corto plazo lo visible es la reducción de herbicidas. "Mientras en un planteo convencional a una soja le aplicás dos o tres herbicidas, con ASV aplicás una", dijo Picco, aunque reiteró que siempre depende de la multiplicidad de factores que inciden en cada campaña. Otro dato "oculto" que se revelará cuando se empiece a medir es "cuanto la vicia me deja de Nitrógeno, eso es fertilizante puro para el cultivo siguiente". Se estima que, "bien inoculada", deja un promedio de 50 kilogramos por hectárea equivalente a 100 kilogramos de urea. Del mismo modo las raíces dejan Materia Orgánica y más agua para el cultivo siguiente.

"Son cuestiones a tener en cuenta al hacer la inversión, no el gasto; y muchos productores lo están viendo y lo hacen". A quienes se les interese, Picco recomendó comenzar en un planteo chico y bien hecho. "Conozco gente que se largó a hacer 400 hectáreas de vicia y le fracasó; bueno, esa persona no lo hace más porque gastó un fortuna inútilmente".

 

fuente: campo litoral

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