Martes 23 de Septiembre de 2025

Hoy es Martes 23 de Septiembre de 2025 y son las 06:51 -

SALUD

23 de septiembre de 2025

¿Tenés presión alta?, descubrí cómo el omega-3 puede proteger tu corazón

Un ensayo clínico argentino demostró que el consumo diario de 2 gramos de ácidos grasos omega-3 de alta pureza mejora el control de la presión arterial, reduce la inflamación y disminuye la rigidez arterial en pacientes con hipertensión y colesterol elevado.

La hipertensión arterial y la inflamación crónica son dos de los mayores desafíos actuales para la salud cardiovascular. Un nuevo estudio realizado en Argentina, denominado OMECARDIO, comprobó que la suplementación con ácidos grasos omega-3 puede convertirse en una herramienta complementaria clave para mejorar la calidad de vida de millones de personas en riesgo.

La  inflamación crónica acelera el envejecimiento de las arteriasLa inflamación crónica acelera el envejecimiento de las arterias

Resultados alentadores

El ensayo clínico fue desarrollado por investigadores independientes del Centro Médico Santa María de la Salud, el Hospital Universitario Austral y el Instituto BIOMED (UCA-CONICET). Se trató de un estudio randomizado, doble ciego y controlado con placebo, en el que participaron 130 voluntarios adultos con diagnóstico de hipertensión arterial y dislipidemia (colesterol elevado).

Los pacientes fueron divididos en dos grupos: uno recibió placebo y el otro incorporó dos cápsulas farmacéuticas de omega-3 de alta pureza (EPA y DHA, 1 gramo cada una) a su tratamiento habitual durante 12 semanas.

Al cabo de ese período, los investigadores observaron una reducción significativa de la inflamación, de la presión arterial y de la rigidez arterial, tres parámetros directamente asociados al riesgo cardiovascular.

“La reducción de la inflamación y la mejora en la presión arterial en personas con hipertensión y colesterol alto son hallazgos muy alentadores”, explicó la doctora Carol Kotliar, autora principal del trabajo.

Uno de los puntos destacados es que los beneficios no se limitaron a la presión medida en consultorio, sino que también se observaron en monitoreos ambulatorios de 24 horas, en la presión aórtica central y en biomarcadores de inflamación.

La hipertensión arterial y la inflamación crónica son dos de los mayores desafíos para la salud cardiovascularLa hipertensión arterial y la inflamación crónica son dos de los mayores desafíos para la salud cardiovascular

La inflamación: un enemigo silencioso

El estudio también pone el foco en la inflamación crónica, un proceso que, según los especialistas, acelera el envejecimiento de las arterias y multiplica el riesgo de enfermedad cardiovascular.

“Todos estamos inflamados en mayor o menor medida”, explicó Kotliar. “Vivimos en ciudades con polución ambiental, ruido, estrés, alimentos ultraprocesados y sedentarismo. Es como tener un incendio permanente en el cuerpo: los bomberos, que son nuestras células de defensa, están siempre apagando fuegos. Ese trabajo continuo termina dañando las paredes arteriales y favoreciendo la arterioesclerosis”.

Por su parte, el doctor Sebastián Obregón, cardiólogo e investigador del estudio, remarcó que la inflamación persistente funciona como una agresión constante a órganos como el corazón, el cerebro y los riñones.

“No se trata de tomar un ibuprofeno y listo. Los fármacos antiinflamatorios de acción corta no sirven para este problema. Necesitamos estrategias de largo plazo que reduzcan la inflamación de manera sostenida”, señaló.

En ese sentido, la evidencia científica muestra que los hábitos saludables —como el ejercicio físico regular y una alimentación adecuada— son antiinflamatorios potentes. El aporte de omega-3 de alta pureza aparece ahora como un complemento farmacéutico eficaz.

El consumo de 2 gramos de ácidos grasos omega-3 de alta pureza mejora la presión arteriaEl consumo de 2 gramos de ácidos grasos omega-3 de alta pureza mejora la presión arteria

Resultados concretos

Uno de los hallazgos más destacados del estudio fue la reducción de casi 7 mmHg en la presión arterial promedio de los pacientes que recibieron omega-3, lo que representa un descenso del 6% en apenas tres meses.

Además, se registró una disminución del 10% en la rigidez arterial, un parámetro que mide el envejecimiento vascular. “Lograr en 12 semanas una reducción de la edad arterial es realmente significativo, porque este factor se asocia directamente a la mortalidad cardiovascular”, indicó Kotliar.

Los análisis de laboratorio también confirmaron una baja de los marcadores de inflamación, como la proteína C reactiva (PCR), la ferritina y la relación neutrófilos-linfocitos.

Estos datos sugieren que el omega-3 no solo baja la presión, sino que también ataca el riesgo residual, ese peligro que persiste en pacientes correctamente medicados pero que, aun así, pueden sufrir infartos o accidentes cerebrovasculares.

“Muchos pacientes hipertensos o con colesterol alto siguen presentando eventos cardiovasculares a pesar de recibir buenos tratamientos farmacológicos. Con el omega-3 observamos un beneficio adicional que reduce ese riesgo oculto”, destacó Obregón.

Un cambio de paradigma

Los especialistas advierten que la clave está en actuar de manera temprana. “Un infarto empieza a gestarse 30 o 40 años antes de que aparezca el evento clínico. Por eso, si queremos prevenir, hay que trabajar en la cultura, en la alimentación y en la salud desde la infancia”, subrayó Kotliar.

El estudio OMECARDIO marca un punto de inflexión en la investigación argentina sobre salud cardiovascular. Si bien los resultados se limitaron a pacientes con hipertensión y dislipidemia, los investigadores abren la puerta a futuros ensayos en otras poblaciones.

En un país donde el 35% de los adultos padece hipertensión —y la mitad no lo sabe o no la controla—, estas evidencias se vuelven una herramienta fundamental para repensar las estrategias de prevención.

Fuente: El Litoral

COMPARTIR:

Comentarios

Escribir un comentario »

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!