Martes 23 de Septiembre de 2025

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ECONOMIA

23 de septiembre de 2025

Se diluye el “olor a default” pero persiste el desafío de la política

La embestida opositora -incluye gestos destituyentes- desató desequilibrios financieros. La billetera de Trump ayuda, pero todo se define en las prontas elecciones de medio término.

“¡Che Milei! ¡Que olor a default!... te fumaste más de mil millones de dólares en apenas dos días…”.

Un posteo de Scott Bessent desde Estados Unidos y la eliminación temporal de retenciones, sirvieron para que ese augurio de Cristina Fernández de Kirchner en X se diluyera, el dólar bajara, los bonos recuperan parte de lo perdido y retrocediera el Riesgo País.

Cristina olfateaba lo que sucedería con los vencimientos de deuda argentina en enero y julio de 2026. En el primer mes del próximo año el país debe pagar US$ 4.501 millones; en bonos y globales US$ 4.332 millones y a organismos internacionales otros US$ 177 millones.

Y en el sexto mes del próximo calendario la cuenta marca vencimientos por US$ 4.486 millones sumando bonos y títulos (US$ 4.312 millones) y organismos multilaterales (US$ 174millones).

La administración Milei había llegado al viernes último en crisis aguda, con singular debilidad política en el Congreso y sin haber acumulado reservas en el segundo trimestre -como había acordado con el FMI- por privilegiar la baja inflación y el dólar contenido.

Tal como advertían -en especial desde el 10 de julio- no pocos economistas “amigos y mandriles”, fue un error a la luz de lo que venía. Sin embargo este lunes llegó con dos cartas fuertes, jugadas en la contraofensiva de la Casa Rosada.

Retenciones y FSE

Según Damián Di Pace, hay en la Argentina equivalentes por hasta US$10 mil millones en soja y otros US$2 mil millones en maíz sin comercializar. Eso, más lo que aporten las exportaciones de carnes.

Si el gobierno logra que la cadena agroindustrial liquide US$7 mil millones antes del 31 de octubre, habrá despejado buena parte de la incertidumbre financiera con la que Cristina fogoneaba la aspiración de los destituyentes, quienes le franquearían así un mejor horizonte a la condenada.

Pero no es todo. Javier Milei se entrevistará en las próximas horas junto a Luis Caputo y el canciller Gerardo Werthein, con Donald Trump en Washington. El presidente norteamericano estará acompañado por Bessent y el secretario de Estado Marco Rubio.

U.S. Treasury Secretary Scott Bessent takes questions from reporters at the Institute of International Finance (IIF) Global Outlook Forum on sidelines of the IMF and World Bank’s 2025 annual Spring Meetings in Washington, D.C., U.S., April 23, 2025. REUTERS/Elizabeth FrantzScott Bessent, secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Reuters.

Milei, que postergó su viaje a Estados Unidos para poder firmar el decreto de baja de retenciones, espera empezar a dilucidar allí -con su ministro de Economía- si Washington comprará un bono argentino, si garantizará los vencimientos o sí constituirá un swap (al estilo del de los chinos).

Eso sucedería con recursos del Fondo de Estabilización Cambiaria (FSE), la cuenta de reserva de emergencia del Departamento del Tesoro norteamericano. No serán US$ 30 mil millones como se especulaba extraoficialmente; pero habrá respaldo suficiente.

La estrategia de la Casa Rosada es no incrementar la deuda. Si los recursos norteamericanos se usan, será para pagar deuda que vence (se cambiaría el acreedor, con nuevo plazo y tasa). Pero incluso se podría rolear deuda en el mercado sin usar la ayuda, en el mejor de los casos.

El desafío es político

Pero aún si la economía financiera juega a favor de la contraofensiva libertaria, no deja de ser en las urnas donde se jugará en realidad el futuro político de Milei y su proyecto. Y esa es una cuenta distinta, aunque el camino “macro” parezca haber despejado turbulencias.

En el plan del gobierno a mediano-largo plazo, la Argentina necesita reformas estructurales -tributaria, laboral y previsional- que no se consiguen con ayudas financieras, baja del riesgo país, dólar estable e inflación contenida.

Le vaya mal o bien, el gobierno nacional tendrá más legisladores en el Congreso. Podrá incluso despejar por sí mismo el riesgo de un juicio político, pero en ningún caso avanzará con las reformas sin gestión política, sin diálogo y consenso.

General Secretary of the Presidency of Argentina Karina Milei gestures onstage during the closing campaign rally of the La Libertad Avanza party, days before the legislative elections in the province of Buenos Aires, in Moreno on the outskirts of Buenos Aires, Argentina, September 3, 2025. REUTERS/Agustin MarcarianKarina Milei, secretaria General de la Presidencia. Reuters.

La confianza y los climas

Las acusaciones por corrupción en el caso Spagnuolo parecen haber perdido fuerzas en el expediente de Julián Ercolini, pero las dudas persisten y el caso es un filo abierto a novedades ingratas para Karina Milei y los Menem.

Son los mismos que eligieron un armado político prescindiendo de socios provinciales. Las listas propias resultaron en Buenos Aires una demostración de soberbia inconducente; los desprecios en otros distritos aportan caudal a alternativas provinciales, peronistas o incluso kirchneristas.

¿Pueden los acuerdos financieros mejorar el clima social? El gobierno buscará, restablecida la estabilidad financiera, que no empeore la desconfianza social en la imagen del presidente.

En agosto se registró un excedente comercial de US$1.400 millones y un superávit financiero del 0,05% del PBI (primario de 0,2% del PBI). Pero el Índice de Confianza del Consumidor descendió 0,3% en septiembre, ratificando la distancia entre “la macro” y “la micro”.

Como dice el neurólogo Luis Brusco en "Cerebro político", el voto es un acontecimiento emocional que luego la razón termina de moldear, que en el 40% de los casos los argentinos definen en el día de los comicios, camino a las urnas.

Fuente: El Litoral

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