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POLICIALES

20 de noviembre de 2017

Cómo funciona el "skimming", la nueva estafa en cajeros

Esta semana fueron imputados en Rosario un brasileño y un búlgaro por vaciar cuentas.

La última semana dos ciudadanos extranjeros (un búlgaro y un brasileño) fueron imputados por fiscales de la Unidad de Cibercrimen por haber robado información de tarjetas de débito mediante un dispositivo que les permitió clonar los plásticos y con ellos haber vaciado distintas cuentas bancarias. Esta modalidad se conoce como "skimming" y es una evolución del rudimentario "pescador mecánico" que se utilizaba sólo para retener el dinero que una víctima había extraído del cajero automático. El viernes, en la audiencia imputativa del brasileño Leandro Lopes Carvalho, el fiscal Matías Ocariz lo acusó de 13 casos consumados en los que estafó a cuatro clientes en 90 mil pesos en tres semanas. Ocariz indicó, según un informe suministrado por la empresa Prisma (encargada de administrar la Red Banelco) que al 27 de julio había en Rosario 260 tarjetas clonadas y 1.260 operaciones de fraude investigadas. Fuentes judiciales estimaron que el desfalco con esta modalidad supera los 4,5 millones de pesos en el año. La detección de ciberdelincuentes realizando estafas mediante "skimming" no es novedosa. En septiembre de 2016 dos ciudadanos rumanos (Viorel Marius Suica, de 39 años y Gabriel Cordale, de 20) fueron atrapados por la policía tras colocar un dispositivo metálico en el cajero Link de la sucursal del Nuevo Banco de Santa Fe ubicada en San Martín y avenida Pellegrini. La división de Seguridad de la Red Link había registrado una anomalía en el cajero y advirtió a la Policía de Investigaciones (PDI), quien los detuvo. A la dupla se les achacaban varias estafas en Rosario, Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires y Mendoza, pero sólo fueron acusados por colocar el pescador, por lo que el delito fue en grado de tentativa y les posibilitó en un proceso abreviado obtener una condena a tres meses de prisión efectiva. El sábado pasado Martin Assenov, un búlgaro de 26 años, fue atrapado in fraganti tras colocar un "skimmer" en un cajero de San Lorenzo 1328. Los empleados de seguridad del banco alertaron a la policía y el extranjero quedó detenido en la seccional 2ª. Tras ser detenido, agentes de la Policía de Investigaciones (PDI) allanaron un domicilio de Santa Fe al 1600 donde el acusado se alojaba temporariamente y hallaron numerosas tarjetas usadas para la duplicación de datos y una notebook que será peritada. Imputado por el fiscal Ocariz, el juez Hernán Postma le dictó prisión preventiva por un delito en grado de tentativa. El miércoles, en tanto, fue trasladado desde la cárcel bonaerense de Marcos Paz, Leandro Lopes Carvalho, un brasileño de 22 años que había sido detenido en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) el 19 de octubre tras instalar un "skimmer" en un cajero automático de avenida Córdoba al 2500. El muchacho ya había sido identificado por la unidad de Cibercrimen de la Fiscalía Regional Rosario por haber saqueado varias cuentas de ahorro mediante el uso de tarjetas clonadas en cajeros de la ciudad. El viernes fue imputado por 13 hechos consumados, cinco tentativas e integrar una asociación ilícita de entre 5 y 7 personas. Monitoreados Tres meses atrás este diario informó sobre un aluvión de reclamos de victimas de "skimming". La noticia refería a siete clientes damnificados que trabajaban en una misma empresa del centro rosarino y habían sido timados en un térmico inferior a los diez días. La audiencia imputativa a Lopes Carvalho sirvió para conocer un poco más sobre la modalidad. Para realizar la estafa se coloca un "skimmer" (pequeño dispositivo que lee la banda magnética de las tarjetas de crédito o debito y que es de compra libre) en la boquilla donde se inserta el plástico. Y una microcámara de video (que puede ser la de un pequeño celular) que se camufla en las paredes del cajero y cuyo lente apunta sobre el teclado para grabar el momento en el que el desprevenido cliente introduce el PIN. Las cámaras pueden estar colocadas también en el difusor de luz o el altavoz, pero siempre en dirección al teclado. Luego esos datos son bajados a una computadora y con una máquina codificadora generan bandas magnéticas mellizas en tarjetas vírgenes con las que realizan operación en cajeros, compras en negocios o en internet. Los delincuentes informáticos buscan cajeros con mucho tráfico de clientes y dejan los dispositivos colocados no más de una hora. Con cada una de estas acciones captan los datos de unos 50 usuarios. La ventaja fundamental que tiene el "skimming" es que la víctima no se da cuenta de la estafa en el momento en que se produce. Sólo se desayuna del mal momento cuando consulta sus últimos movimientos, intenta realizar una extracción o un pago. De acuerdo a la acusación que Ocariz le realizó a Lopes Carvalho en esa gavilla los integrantes rotan roles. Quien coloca el dispositivo no es quien lo recoge; quien se encarga de manipular el "skimmer" y la microcámara no realizas estafas en otros cajeros con tarjetas clonadas. En el expediente abierto al brasileño las cuatro víctimas operaron cajeros del macrocentro rosarino y los clones de sus tarjetas fueron activados en bancos de Funes y Buenos Aires. A todos les vaciaron las cuentas en tres o cuatro operaciones y la investigación comenzó con la denuncia de uno de los bancos damnificados el 26 de julio. La Unidad de Cibercrimen de la Fiscalía Regional Rosario ya tiene una base de datos con filmaciones de unos 1.200 ciberdelincuentes instalando estos dispositivos o usando tarjetas clonadas. Banelco y Link, las redes interbancarias de cajeros en Argentina cuentan con brigadas tecnológicas que monitorean la actividad de los cajeros y generan mapas propios de zonas rojas. Si una tarjeta se activa en un lugar considerado "peligroso" o con antecedentes de "skimming", el plástico del cliente es bloqueado. Y luego se le suministra uno nuevo. El ejemplo clásico es cuando se operan cajeros automáticos o se realizan compras fuera del país en lugares con un alto tráfico de estafas con tarjetas clonadas. Para evitar el "skimming" Para disminuir la posibilidad de ser víctimas de "skimming" desde la Fiscalía Regional se recomendó observar con atención el cajero a utilizar. "Generalmente la microcámara está disimulada como un accesorio en alguno de los paneles del aparato. Puede ser que con el apuro no se vea a simple vista, pero si se observa con detenimiento se la percibe", explicó un vocero. "El «skimmer» está disimulado en la ranura donde va la tarjeta, suele ser del mismo color y tener forma de boquilla", agregó. "Otro consejo es que al colocar la clave personal se cubra el teclado con la mano para evitar que la microcámara grabe el PIN y consultar regularmente los movimientos bancarios", concluyó.

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