EDUCACION
25 de junio de 2025
En un año y medio se fueron de las aulas de la UNL 177 docentes universitarios

Entre renuncias, licencias y jubilaciones, esa casa de estudios muestra una pérdida del 7,34% de la planta docente en sólo 17 meses, contra un 4,77% acumulado en los dos años anteriores. "Estos números nos duelen y nos preocupan", dijo el rector Mammarella.
Desde el 1° de enero de 2024, un total de 151 docentes (profesores y auxiliares) renunciaron a la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y 26 solicitaron licencia. Los datos de desvinculaciones en la planta docente surgen en el marco de la grave crisis presupuestaria que enfrentan las universidades nacionales y no son aislados de la casa de estudios del Litoral sino que se replican en diferentes instituciones nacionales del país.
El informe elaborado en la UNL muestra muy claramente el perfil etario de estas desvinculaciones: de 177 personas que renunciaron o solicitaron licencia, cerca del 81% son menores de 50 años, lo que pone en riesgo la calidad educativa en los años venideros ante la pérdida de personal formado, con experiencia y con proyección en la carrera docente universitaria. A esto debe sumarse la necesidad del pluriempleo a la que se somete otra parte del plantel universitario para poder sostener a sus familias, lo que atenta también a sus posibilidades de formación y crecimiento profesional.

"Sin lugar a duda, la disponibilidad de recursos humanos formados es una de las claves más importantes a la hora de pensar en una educación de calidad; por eso, para entender la magnitud del problema entre renuncias, licencias y jubilaciones la UNL muestra una pérdida del 7,34% de la planta docente en sólo 17 meses, contra un 4,77% acumulado en los dos años anteriores", explicó el rector de la UNL, Enrique Mammarella.
"Formar recursos humanos para la docencia y la investigación es una tarea que lleva muchos años por lo que estos números nos duelen y nos preocupan", dijo, sobre los datos.
Los números del informe
El informe producido por la UNL toma datos de desvinculaciones en la planta docente universitaria desde el 1 de enero de 2024 al 31 de mayo de 2025.
Sobre las renuncias, indica que fueron 24 profesores y 127 auxiliares. Si se desagregan los datos por edades, 9 son mayores de 60 años, 21 entre 50 y 59 años, 40 entre 40 y 49 años, 54 entre 30 y 39 años y 27 menores de 30 años.
En cuanto a las licencias sin goce de haberes, en el período se presentaron 26, siendo 16 por razones particulares y 10 por estudio en el exterior. Teniendo en cuenta las edades, 1 fue de mayor de 60 años, 3 entre 50 y 59 años, 9 entre 40 y 49 años, 12 entre 30 y 39 años y 1 menor de 30 años. Este dato de las licencias se torna significativo ya que muchas veces antes de tomar la decisión de renunciar, las trabajadoras y trabajadores optan por una medida intermedia de solicitud de licencia sin goce de haberes para dedicarse a otras actividades.
Por último, el informe da cuenta de 103 jubilaciones que se dieron en ese período de tiempo: 61 profesores y 42 auxiliares.

Factores
En una entrevista reciente con El Litoral, Mammarella había adelantado que se está atravesando una preocupante pérdida de recursos humanos valiosos en la institución. Según señaló, esta situación afecta tanto a docentes e investigadores como al personal no docente. En particular, mencionó que existen trabajadores administrativos con una alta capacitación en diversas áreas que, ante la falta de posibilidades de desarrollo profesional dentro de la universidad, optan por buscar otros horizontes laborales que les permitan vivir mejor.
Con respecto a las causas de esta situación, el rector había identificado principalmente dos factores. Por un lado, los bajos salarios, que llevan a muchos trabajadores a buscar trabajos adicionales para complementar sus ingresos, lo cual reduce el tiempo disponible para la docencia y la investigación. Por otro lado, ante la falta de perspectivas de mejora en el corto plazo, muchas personas comienzan a considerar un cambio más radical, como emigrar al exterior o pasarse al sector privado, incluso dejando atrás su formación específica.
Mammarella advirtió que las consecuencias ya se están sintiendo, dado que la calidad educativa se ve afectada cuando los docentes no pueden dedicar el tiempo necesario a su formación y actualización, y cuando no se logra reemplazar a quienes se van por personas con igual nivel de capacitación. Formar a un profesional universitario altamente calificado, explicó, requiere un largo proceso que puede llevar una década, incluyendo la obtención del grado, un doctorado, estancias en el exterior, publicaciones y participación en proyectos. Por eso, consideró que las pérdidas en este sentido son muy difíciles de revertir.
En cuanto a las posibles soluciones, el rector vinculó esta problemática con el proyecto de financiamiento universitario recientemente presentado en el Congreso. Subrayó que uno de los ejes centrales de la iniciativa es mejorar el poder adquisitivo de los docentes. A modo de comparación, afirmó que esta situación también se repite en el ámbito de la salud, donde se espera formar médicos sin brindarles condiciones salariales adecuadas, lo que afecta directamente la calidad del sistema.
Fuente: El Litoral

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