OPINIÓN
27 de diciembre de 2024
Reforma constitucional: la puerta a la descentralización fiscal e institucional entre provincia y comunas
La agenda política pone en discusión la reforma constitucional. La agenda de los vecinos y sus jefes locales demanda potenciar el desarrollo local y fortalecer las competencias en los niveles más cercanos a los vecinos, mientras se hace más eficiente el manejo de los recursos de todos los santafesinos.
Como expuso el autor en artículos precedentes, la reforma está formalmente en proceso y permite poner en agenda cambios sin precedentes que acompañen las medidas del gobierno de Javier Milei, que proponen un Estado más eficiente y cuidadoso de los recursos de los argentinos. En ese marco, buscando un debate que realmente nos lleve a una estructura constitucional santafesina superadora, de la ciudadanía -representada por cada uno de los habitantes de los 365 Municipios y Comunas- deben salir las verdaderas propuestas para la reforma. Vale destacar que se refiere a ciudadanía por aquellos vecinos de a pie, a los empresarios, comerciantes, a la gente del campo y ciertas instituciones representativas de la vida civil, con problemas, esfuerzos y sacrificios reales.
De lo conversado con jefes municipales y referentes locales, resultaron anteriormente artículos alusivos a la autonomía municipal, por ejemplo. Pero se hace imprescindible ver más allá y hablar también de la descentralización de gobernanza, mientras se desarrolla un plan de racionalización de la administración de los recursos de los santafesinos.
Descentralizar, teóricamente, se refiere básicamente al ámbito fiscal. Aunque podemos ampliar el concepto hacia lo político-administrativo. Muchos políticos actuales hablan y defienden apasionadamente la autonomía municipal, con Rosario como punta de lanza. Pero resulta interesante preguntarse ¿Cambiaría algo realmente en la vida de la gente si esto no se acompaña por otro tipo de reformas? Por ejemplo: la reforma de las relaciones fiscales Nación-Provincias y Provincia-Municipios/Comunas, respectivamente. Con roles comunales y municipales relevantes en las estrategias de seguridad, educación y salud, por citar algunas posibilidades.
Si se avanza en lo que exclusivamente le interesa a la clase política, algún intendente podrá asignarse nuevas competencias o roles que le demandan sus ciudadanos, sin el consecuente financiamiento, sin explicar de dónde salen los fondos para hacer lo que pretende. Esta advertencia va en consonancia con las propuestas que emana el gobierno nacional cuando plantea devolverle a las provincias parte de sus competencias fiscales para aplicar el principio fiscal de correspondencia. Es decir, cada nivel de gobierno debe autosustentarse o sostener fiscalmente sus propios gastos sin depender de la “billetera” de Nación, de las relaciones personales de los dirigentes a cargo de un nivel y otro o del endeudamiento público, que tanto daño le hace al pueblo y a las generaciones venideras.
No es descabellado, entonces, pensar en descentralizar no sólo funciones a los entes locales sino también el sistema recaudatorio. Así, sus ciudadanos podrán controlar más de cerca lo que el Intendente o jefe comunal invierte en su localidad y lo que cada uno de ellos aporta tributariamente para financiar esa inversión. Esto resultaría, además, en un enfoque más moderno en las relaciones Nación-Provincia-Municipios.
En Santa Fe se puede aprovechar la pronta reforma constitucional para definir qué responsabilidades deben asumir formalmente los entes locales y cuáles la Provincia y, entonces, qué tipo de impuestos recaudaría cada nivel de gobierno y cómo se repartirían las transferencias venidas de Nación.
Por ello, debería analizarse en paralelo la reforma de la vieja Ley de coparticipación provincial para así profundizar la descentralización fiscal a favor de los entes locales. No hay dudas de que un gestor local (Presidente Comunal/Intendente) conoce mejor las necesidades y preferencias de sus vecinos que un Ministro provincial. Un cambio de estas características llevaría a tornar más eficiente el gasto público y el manejo del erario público. Habría controles ciudadanos más fuertes donde se podría limitar la discrecionalidad en el manejo de los recursos por parte de los políticos irresponsables.
Finalmente, la racionalización de las relaciones entre provincia y municipios/comunas llevaría a expandir competencias y facultades más allá de las oficinas que se encuentran en Santa Fe y Rosario. La ciudadanía de cada localidad alejada de las 2 grandes metrópolis santafesinas vería con buenos ojos que todo esté mas cercano, bajando tiempos y gastos que lo único que hacen es agrandar los problemas diarios de los vecinos.
Fuente:El Litoral
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