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AGROPECUARIAS

11 de septiembre de 2017

Roya amarilla: en guardia para proteger al cultivo de trigo

En la actual campaña, su presencia requiere controlarla en la mayoría de los casos en variedades susceptibles

En la Argentina, la ocurrencia epidemiológica de la roya amarilla causada por Puccinia striiformis f. sp. tritici (PST) fue siempre esporádica y recluida a regiones con temperaturas medias más bajas, como el sudeste de Buenos Aires. Sin embargo, debido a la difusión de variedades de trigo susceptibles al surgimiento espontáneo de nuevas razas virulentas de PST y al cambio climático, en la presente campaña 2017/2018 se registran y cuantifican epifitias que, en la mayoría de los casos, con variedades susceptibles requieren intervención química. Al presente se registran epifitias en el sur de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y norte y sur de Buenos Aires. Similar situación fue observada en la campaña pasada 2016/2017. El 88% de la producción mundial de trigo es susceptible a la roya amarilla o lineal del trigo, lo que lleva, de acuerdo con estimaciones actuales, a daños globales de más de cinco millones de toneladas de trigo y pérdidas anuales equivalentes al valor de US$ 1000 millones. Los daños causados por PST pueden llegar hasta el 100% de disminución de rendimiento en variedades de trigo. Las royas causan daños debido a la reducción del área fotosintética y del desarrollo de las raíces, lo que finalmente afecta la calidad del grano. La dispersión continental de PST se ha demostrado en los últimos años y se cree que parte de la propagación es a través del viento y parte a través de las actividades humanas. Las urediniosporas pueden ser diseminadas por el viento desde pocos metros a 8000 km en una misma temporada de cultivo. En 2009/2010 se detectó por primera vez en el Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Francia y los países escandinavos la aparición de nuevas razas de roya amarilla, y la enfermedad se distribuyó luego por el resto de Europa, quebrando la resistencia de gran parte de las variedades de trigo europeas. Este nuevo grupo racial de PST fue denominado "Warrior"/"Ambition", debido a que fue identificado por primera vez en las variedades de trigo inglesa y danesa "Warrior"/"Ambition" en 2011. Esta nueva raza de PST es muy virulenta. Una nueva variante de Warrior (-) con virulencia adicional a la variedad de trigo "Ambition" fue detectada en varios países. Esta nueva variante de la raza Warrior (-) comparte el fenotipo de virulencia con los aislamientos de la raza Warrior original y sólo puede distinguirse por genotipificación con marcadores moleculares. En nuestro país aún no se ha confirmado oficialmente la presencia de nuevas razas. A diferencia de otras royas, es común y frecuente visualizar en los lotes la roya amarilla en manchones o rodales porque es allí donde se dan mejor las condiciones predisponentes para el desarrollo de la enfermedad (temperaturas frescas y rocío). Desde lejos se observan áreas cuyo verde perdió intensidad, tornándose amarillentas. El monitoreo debe realizarse especialmente en estas áreas o manchones para recolectar plantas y observar la enfermedad. Durante la alta humedad en invierno, la mayoría de las esporas permanecen en el aire en pequeños grupos: éstos son relativamente pesados y caen fuera del aire rápidamente, por lo que su propagación es mayormente sobre distancias muy cortas, generando los denominados "hot spots" o manchones. De las tres royas que atacan al trigo, la amarilla es la que requiere bajas temperaturas (12-18°C temperatura). Sin embargo, actualmente existen cepas adaptadas a mayor temperatura cuyo origen de diseminación es África. Este invierno de 2017 parece tener registros más cálidos, lo que genera confusión acerca de las condiciones predisponentes de esta roya amarilla que históricamente estuvo adaptada a regiones y/o temperaturas frescas. Las uredosporas de PST necesitan al menos 3 horas con valores cercanos a la saturación. Las lluvias pueden ser predisponentes no por su impacto gravitacional, sino porque podrían asegurar las horas de mojado. Sin embargo, lluvias en exceso o intensas podrían remover el stock de esporas en el aire, Se debe recordar que la resistencia genética es la principal táctica para manejar esta enfermedad. Sin embargo, para variedades susceptibles, la opción química constituye la única herramienta disponible para frenar las epidemias. En nuestro país aún no existen investigaciones relacionadas con el control químico de la roya amarilla basado en umbrales de daño. A modo de ejemplo, para la roya anaranjada, la relación entre 1% de severidad y la incidencia es de aproximadamente 20%, o sea, 20 hojas por cada 100 muestreadas presentan pústulas de roya anaranjada. Por ello se propone como guía orientativa y preliminar el umbral de 10 a 20 por ciento de incidencia foliar. Es importante evaluar todas las hojas de la planta, y no solamente las superiores, cercanas a la hoja bandera, ya que las primeras en infectarse son siempre las hojas más jóvenes (inferiores), que son inicialmente más susceptibles, y construyen la epidemia con un patrón de dispersión vertical intraplanta. Los autores son fitopatólogos de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba)

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