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25 de enero de 2024
Estrago de la sequía: la molienda de soja fue la más baja en casi 20 años
A pesar de que las importaciones de poroto alcanzaron un récord, la capacidad ociosa de la industria aceitera alcanzó un máximo histórico. Una de cada tres toneladas procesadas en 2023 provino de mercadería importada.
"Camino a una cosecha 2023/24 con mejores augurios, la campaña 2022/23 sigue dejando datos para el olvido", sentenció un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario. La expresión se explica por una producción que cayó más de un 56% interanual, mientras la actividad de la industria aceitera argentina sufrió una dura estocada. "En este sentido, el crush (molienda) de soja en Argentina se redujo casi un 30% en el 2023, comparándolo con el nivel de actividad del 2022", añade.
Más allá de las enormes mermas de dos dígitos en ambos casos, "pareciera paradójico" -dice la Bolsa- que la molienda haya caído menos de un tercio mientras la producción se recortó más de la mitad. "Aquí la diferencia fundamental hay que encontrarla en las importaciones de soja".
En este sentido, el año pasado más del 36% del crush en Argentina se realizó con soja importada mediante el régimen de importación temporaria, un nuevo récord. Es decir, se trae el poroto de soja temporariamente al país para su procesamiento industrial, con el fin de reexportar después productos con mayor valor agregado (aceite, harinas, biodiesel, glicerina, entre otros). Con estos datos, podemos afirmar que el año pasado más de un tercio de la molienda argentina se realizó con soja importada.
Las importaciones de soja permiten recortar la capacidad ociosa de la industria aceitera, al mismo tiempo que colaboran en sostener el nivel de empleo y apuntalar las exportaciones nacionales. La merma productiva llevó a que 2023 cierre como el año de mayor capacidad ociosa de la historia de la industria aceitera argentina. No obstante, la ociosidad del 54% del año pasado hubiera saltado a cerca del 70% sin las importaciones.
La gran novedad en orígenes de importación de soja el año pasado provino del Brasil. Con una participación más recortada a lo largo de la historia del crush argentino, la cosecha récord en nuestro principal socio comercial apuntaló con fuerza el comercio de soja brasilera hacia Argentina.
El impulso en Brasil llevó a su participación en las importaciones argentinas de soja del 9% en 2022 al 39% en 2023. Más allá de esta suba, también se rompieron récords de volumen de soja traída desde Paraguay, el proveedor más frecuente de soja de nuestro país.
En lo que viene, la presencia de un año Niño ha traído más lluvias y una recuperación de la humedad del suelo, que permite ilusionarse con una recuperación de la producción. De la mano de ello, la mayor oferta disponible de poroto de soja podrá apuntalar la actividad de la principal industria exportadora de la Argentina, si las condiciones acompañan.
Fuente:Campo Litoral
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