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CRÒNICAS DE CAMPAÑA

25 de julio de 2022

El precio de los granos se desinfla y el trigo sigue recortando área

Los precios de soja, trigo y maíz siguen a la baja en el mercado externo. La decisión de liberar granos de Ucrania, podría profundizar la tendencia

Los precios internacionales de los commodities comenzaron a plancharse. Una aceleración inflacionaria en los países centrales acompañada de una suba de tasas para contenerla, una revaluación el dólar y mejores condiciones de producción en el Hemisferio Norte generaron una progresiva baja en las cotizaciones de los granos, que podría todavía profundizarse con la noticia de la firma de un acuerdo mediado por la ONU y Turquía para que Rusia y Ucrania puedan reanudar las exportaciones de granos ucanianos y de cereales y fertilizantes rusos y aliviar la crisis alimentaria global desatada por la guerra.

La situación enciende un alerta a los productores argentinos, quienes por un contexto doméstico de fuerte tensión cambiaria aún tienen mucha mercadería por liquidar especulando con una devaluación del peso, decisión que podría volverse en contra si las cotizaciones siguen derrapando.

 

 

“La suba de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) revalúa el dólar y hace que los commodities pierdan atractivo para los inversores financieros”, alertó Dante Romano del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, quien indicó que “los fundamentos propios estaban ya tomados en precios y el climático norteamericano se vio opacado por este factor”. De todos modos, dijo, “las posiciones de los especuladores variaron poco en la última semana”.

En los últimos días la soja cotizaba en Chicago u$s 521, casi u$s 100 menos que hace dos meses cuando superaba los u$s 618 y el precio del trigo perdió en ese lapso más de u$s 140.

Esta semana Rusia y Ucrania firmaron en Estambul un acuerdo mediado por la ONU y Turquía para permitir la reanudación de las exportaciones de granos y fertilizantes. “La semana pasada, las partes alcanzaron un principio de acuerdo en torno a un plan de la ONU para exportar 22 millones de toneladas de granos y otros productos agrícolas que han estado bloqueados en puertos ucranianos del Mar Negro por la guerra”, indicaron fuentes de la negociación. Ese volumen de cereal que podría volcar Ucrania al mercado es casi similar a lo que aún le queda de trigo a la Argentina por vender.

El desbloqueo de los cargamentos y la reanudación de las exportaciones de cereales y fertilizantes rusos impedidas por sanciones internacionales ayudarán a mitigar una crisis alimentaria que ha disparado los precios de productos como el trigo y la cebada. También sumaría oferta a un mercado muy tensionado como el de los insumos para la siembra, que ya venían mostrando bajas en los precios en las últimas semanas, y que habían sido en el caso de la Argentina una de las principales fuentes de importaciones, según los últimos datos oficiales sobre intercambio comercial.

Este nuevo panorama internacional y la escasez de lluvias modificaron las previsiones originales de toda la campaña agrícola argentina. En principio, el trigo que se viene sembrando es menor a lo previsto y aunque aún queda por definir la situación en el área clave para ese cultivo como es la provincia de Buenos Aires, los recortes son un hecho.

Más soja

En cambio, en el área núcleo que releva la Guía Estratégica para el Agro (GEA), ya estiman que la soja retomará su pulso y volverá a ser protagonista. El último informe indicó que se sembrarían 500.000 hectáreas más que hace un año, un incremento de 11%. “La soja vuelve a apuntar a un área cercana a los 5 millones de hectáreas: en concreto 4,95 millones de hectáreas tras haberse sembrado el hectárea más bajo de los últimos 15 años en la región (4,45 millones de hectáreas).

Las razones que explican esta decisión están centradas en “el clima, los costos, la disponibilidad de insumos e incertidumbre”, señalaron los técnicos de la región según GEA. En Cañada de Gómez dicen que los “pronósticos de lluvias poco alentadores y altos costos de insumos bajan la intención maicera y en esta campaña, la superficie sembrada con trigo fue un 20% inferior a la pasada, mientras que la del cereal grueso será un 20% menor”.

En ese contexto “vamos a tener un fortísimo crecimiento de soja de primera en nuestra en zona”. Algunos productores explican que “con soja de primera tienen menos inmovilización de capital en el arranque y además es la opción más sencilla quienes quedaron con menos reservas como consecuencia de la última sequía”.

Mientras tanto, en el centro norte de Santa Fe concluyó la siembra de trigo con una merma del 14,6% de superficie. Se implantaron 321.000 hectáreas y hubo una disminución de 55.000 hectáreas respecto de la campaña anterior, según datos de la Bolsa de Comercio de Santa Fe. “La variable del clima jugó un rol muy importante que, con el transcurso de las jornadas se acentuó cada vez más y condicionó o reguló todo el proceso”, explicó. A eso se sumaron otros factores, “como el valor comercial de la tecnología necesaria y disponible, la existencia de insumos (combustibles, fertilizantes, agroquímicos)”.

Por otra parte, el Panorama Agrícola Semanal (PAS) de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicó que la falta de humedad deja otras 100 mil hectáreas de trigo fuera de la campaña 2022/23. “La proyección de siembra de trigo para el ciclo 2022/23 vuelve a caer 100.000 hectáreas debido al insuficiente aporte de humedad de las lluvias del pasado fin de semana. De las 6,1 millones de hectáreas proyectadas, a la fecha se encuentran sembradas el 96,8 %, esto es una demora interanual de -1,1 puntos porcentuales”, indicó.

Según la Bolsa porteña, “la falta de lluvias permite que la cosecha de maíz con destino grano comercial acelere su ritmo”. De hecho, los productores concentran las labores sobre lotes que fueron sembrados durante los meses de diciembre y enero. “Luego de registrar un importante avance intersemanal en la recolección de 9,1 puntos porcentuales, ya se cosechó el 67,2 % del área apta en todo el país y a la fecha el rinde medio nacional se ubica en 70,4 quintales por hectárea”. Frente a este panorama, “mantenemos nuestra proyección de producción para la campaña 2021/22 en 49 millones de toneladas”, detalló el PAS.

La entidad proyecta que la siembra de girasol para la campaña 2022/23 podría crecer 17,6% respecto al ciclo anterior, en unas 300.000 hectáreas y se convertiría en la mayor superficie implantada desde 2008/09.

Fuente:Agro Clave

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