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10 de marzo de 2022

Agricultura: ¿Es posible producir en suelos salinos?

La Siembra Directa y los cultivos de servicios son la clave para recuperar los suelos salinos afectados en la Argentina. En este informe de Aapresid se detalla las posibilidades de hacer realidad algo inimaginable.

La salinización es un proceso de degradación edáfica que amenaza a los agroecosistemas a nivel global. El primer inventario de suelos salinos de Argentina está elaborado por el INTA y la FAUBA. Es en base a 6 décadas de información y datos actuales, registró que alrededor de 110 millones de hectáreas están afectadas por sales.   Este dato representa el 38% de la superficie nacional. A su vez, 77 millones de hectáreas presentan concentraciones elevadas de sal en superficie.  

Para ahondar en la temática, Agenda Aapresid invitó al docente e investigador Miguel Taboada (Director del Instituto de Suelos de INTA-CIRN) y a Julián Isasti, Gerente Técnico de Desarrollo de la Chacra América de Aapresid. Ellos hablaron sobre la salinización de suelos y cómo manejar y mejorar esos ambientes.

Estado de salinización de los suelos en Argentina

Las causas de salinización a nivel país son variadas, y básicamente responden a cuestiones climáticas. Las dos terceras partes del territorio tiene clima árido a semiárido.   La falta de lluvias impide la lixiviación de sales producidas durante la formación del suelo, con su consecuente acumulación y concentración, explicó Taboada.   Esto puede verse en las famosas salinas en Catamarca, Córdoba e incluso en la Patagonia. También existen suelos afectados por salinización de origen antrópico. “En tierras con manejo deficiente del riego y/o de drenaje, presentes en en los oasis andinos de La Rioja, Catamarca, Mendoza, San Juan y el Alto Valle de Río Negro”, agregó el especialista.  

Suelos anegables en la cuenca del Río Quinto en el noroeste bonaerense. Foto: Julián Isasti para Aapresid.

  Asimismo, en la zona húmeda y subhúmeda de la región Chaco-Pampeana, 12 millones de hectareas están afectadas por sales y/o sodio. Por ejemplo, los Bajos Submeridionales (sur de Chaco y norte de Santa Fe), el sudeste de Córdoba, la depresión del Salado, el oeste bonaerense y la cuenca del Río Quinto.   “Muchos de estos suelos tienen un horizonte sódico o nátrico, que suele ser poco permeable. Y ante lluvias abundantes contribuye a problemas de anegamiento e inundación”, detalló Taboada.

Manejo de suelos salinos

“En las zonas húmedas el problema de salinización está asociado, en más del 90% de los casos, a una conexión con una napa freática cargada en sales”, precisó el experimentado investigador.   De tal manera que, si el suelo queda desnudo y desprovisto de cobertura, las sales son bombeadas a la superficie por medio del ascenso capilar. Para interrumpir la conexión de la columna de agua freática y superficial se debe asegurar una mayor cobertura y presencia de plantas vivas, y así aumentar la evapotranspiración y abatir la napa.   “Lo que no hay que hacer nunca -recalcó- es remover los suelos con labores mecánicas. Porque eso tiene el riesgo no solo de potenciar el sodio sino de conectar mucho más la napa freática, llevando más sales a superficie”.  

Docente e investigador Miguel Taboada, director del Instituto de Suelos de INTA-CIRN.

  Es por ello, que el especialista sostiene que “en aquellos suelos salinos con subsuelo de buena calidad (Natracuoles), materia orgánica y fertilidad, pero mal drenaje, la siembra directa con buena cobertura y sostenida en el tiempo es la solución para poder hacer agricultura”.   Sin embargo, para producir en estos ambientes complejos se debe considerar no solamente calidad del suelo sino también a qué profundidad a la que está la napa y qué calidad de agua tiene, aclaró.

El manejo es primordial

Un buen manejo de la cobertura, con descansos periódicos para permitir el repoblamiento de herbáceas nativas, o la implantación de forrajeras adaptadas como agropiro, festuca, Lotus tenuis y/o cultivos de servicios, con el tiempo va mejorando las condiciones y abre las puertas para hacer otros manejos, incluyendo cultivos de renta.   “Es un proceso que lleva su tiempo pero genera un círculo virtuoso de transformación”, explicó.   Por otra parte, al ser ambientes en general muy deficientes en fósforo aprovechable, es crucial ayudar con solubilizadores para mejorar la disponibilidad del nutriente.

Chacra América, modelo en el manejo de suelos salinos

La Chacra América de Aapresid se formó como consecuencia de las inundaciones de 2016-2017 en el noroeste de Buenos Aires, sudeste de Córdoba y noreste de La Pampa, por un grupo de productores que buscaban soluciones a los problemas de salinidad, sodicidad y ascenso de las napas.   Julián Isasti, Gerente Técnico de Desarrollo de la misma, comentó que se busca “generar información local para los ambientes complejos de la Chacra”. La misma se extienden desde Fortín Olavarría (Buenos Aires) hasta La Carlota (Córdoba), en una distancia de 300 km.   “Si bien los procesos biológicos son largos y complejos, ya se ven los frutos de aplicar agronomía y manejos adecuados a esos ambientes”, destacó.   Por otra parte fue contundente en relación a las evoluciones positivas. “En algunos casos se pueden ver evoluciones positivas al pasar de vegetación natural a cultivos de servicios”, dice.   Siempre con aportes significativos de cobertura y mayor desarrollo de biomasa, tanto aérea como de raíces, mayor actividad biológica y mejor porosidad del suelo y conductividad.

Adopción de cultivos

Dentro de los cultivos de servicios evaluaron gramíneas invernales, como cebada y triticale -muy tolerante a salinidad y con buen comportamiento anegamiento- y leguminosas como Vicia, Melilotus y Lotus.  

Siembra de cultivos de servicios en el noroeste bonaerense.

  Dentro del manejo, Isasti destacó que “la producción resulta superior con en fechas de siembra tempranas (febrero-marzo) respecto a siembras de abril-mayo-junio”.   En cuanto a los cultivos estivales, tuvieron éxito con distintos biotipos de sorgo granífero, forrajero y silero, y el “todo terreno” sorgo de escoba o maíz de guinea.   Además, proyectan hacer ensayos con girasol y maíz, “que son cultivos que podrían entrar en la rotación de este tipo de ambientes”, agregó.   Por otra parte, buscan optimizar la dosis, momento y fuente de fertilización “porque las pérdidas por desnitrificación pueden ser muy importantes en ambientes anegables”, concluyó Isasti en Agenda Aapresid.   El ABC Rural   Fuente:El ABC Rural

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