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28 de agosto de 2021

Medir la napa, clave para enfrentar una campaña Niña

Un asesor santafesino explica cómo la información de los freatímetros le permitió adaptar planteos agrícolas y, pese al pronóstico de lluvias escasas, apuesta a altos rendimientos de maíz.

Una práctica poco extendida entre los agricultores, como la instalación de freatímetros para conocer a qué profundidad se encuentra el agua subterránea, podría ser un "as en la manga" para planificar la próxima campaña ante la posibilidad cada vez más cierta de un verano "Niña" con lluvias por debajo de la media.

Así lo indicó el ingeniero agrónomo Damian Bacigaluppo, asesor en Clucellas, en el centro oeste santafesino, zona donde la combinación de un terreno plano, falta de obras hidráulicas y lluvias superiores al promedio durante varios años derivaron en anegamientos prolongados que los impulsaron a estudiar la dinámica de la capa freática.

En diálogo con Campolitoral, el técnico aseguró que gracias a la información que le proveen sus freatímetros apostará fuerte al maíz de primera, en lugar del planteo "defensivo" que en general se adoptaría en la región ante la probable escasez de lluvias.

"Con la napa a 1.5 metros tenemos grandísimas posibilidades de tener techo de rinde, entonces elijo un híbrido de alto potencial, una densidad alta, muy agresiva, de más de 90.000 plantas por hectárea y sin limitante de nitrógeno para llegar a 130/140 qq; si no tuviera información de napa, ante un año Niña lo natural sería un plan de baja densidad y fertilización media", sintetizó. 

Bacigaluppo relató que entre 2014 y 2016 las lluvias en su zona oscilaron entre 1150 y 1350 mm anuales, por arriba de los 950/1000 mm de la media histórica. Eso, sumado a la poca pendiente, la falta de obras y la repetición de planteos agrícolas con bajo consumo hídrico, alimentó el aumento de la capa freática. "Hace 20/30 años había alfalfares puros, pero el predominio de la agricultura con soja de 1°, que consume 500/600 mm año, en más de 50%, alimentó la napa y en esos años estuvo arriba del metro". 

Empezaron a prestar atención al ver que los cultivos amarilleaban sin saber por qué. Entonces empezaron a poner freatímetros, comenzaron a entender la dinámica de la napa y comprendieron que debían cambiar estrategias de manejo. Por ejemplo, se dieron cuenta que necesitaban tener más verde todo el año, "aunque con eso no alcanza, porque con 1200 mm igual no se puede salir del campo".

En 2018 tuvieron un año seco y fue "una bendición" porque ahí recién empezaron a bajar las napas. "Aprendimos que según la altura es peligroso, óptimo o neutro para el cultivo; eso nos permitió afinar la tecnología en cuanto a rotación, fertilización, y el mayor impacto lo logramos con las gramíneas, tanto trigo como maíz (adaptando fecha de siembra, densidad, fertilización) y se vio que los rindes levantaban con napa óptima".

Pero para aprovechar ese recurso "hay que tener freatímetros, con lecturas semanales para conocer la dinámica y tomar las decisiones". 

Para explicar cómo fueron diseñando estrategias agrícolas, contó que en Saguier (Departamento Castellanos) hace 5 años tenía una rotación de 33% maíz-soja de primera- trigo/soja y hace tres años pasaron a 50% de maíz-trigo/soja "porque la soja de segunda se comporta como la de primera", ya que la principal limitante de la soja tardía son las lluvias y se independizan de esa variable al tener napa. "Y me acerco mucho al rinde de la de primera", dijo, además que el margen bruto del trigo sale "prácticamente regalado", además de contar con más cobertura y el aporte de la gramínea en suelos descompactados. En definitiva esto se logra en años con lluvias inferiores por la información que aportan los freatímetros.

Hoy con napa a 1.5 metros y con la información acumulada "sabemos que vamos a llegar al verano -con lluvias inferiores en primavera-, a los meses críticos de definición de rindes, con muchísimas probabilidades de que las raíces de los cultivos se prendan de la napa". En cambio, donde está más abajo de 2 metros es probable que no lleguen, estimó. "Así que -en tal caso- se deben tomar recaudos defensivos: por ejemplo, en maíz sembrar en diciembre; en soja, cambiar grupo de madurez y pasarse de III a IV o de IV a V o de V a VI, según el ambiente y atrasar un poco fecha de siembra".

Fuente:Campo Litoral

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