Ganó Horacio Rodríguez Larreta; la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) consiguió que la Corte Suprema de Justicia le otorgue la razón en su presentación contra el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) presidencial que establecía el modo remoto no presencial para el dictado de clases en los niveles iniciales y medios del Área Metropolitana de Buenos Aires; donde la Caba es parte junto a una treintena de municipios del Gran Buenos Aires.

Para la presidenta de la comisión de Asuntos Constitucionales del Senado (María de los Ángeles Sacnun, FdT de Santa Fe) “el fallo, en su dimensión jurídica, le da a la Caba estatus de provincia argentina, como si fuera preexistente al Estado nacional. Según el artículo 129 de la Constitución la Caba tiene rango de ciudad autónoma, pero de ninguna manera se trata de una provincia”, evaluó para La Capital.

Para Sacnun, “desde lo político, ya lo venimos advirtiendo, este nuevo fallo de la Corte se coloca a una distancia sideral de la ciudadanía, impide la aplicación plena de un DNU enfocado a la Salud pública que fue establecido por una cantidad de parámetros y con el objetivo de evitar el colapso del sistema sanitario. Para la Corte no hay pandemia, y no tiene ninguna relevancia el planteo de decenas de especialistas que vienen trabajando junto al presidente desde hace un año”, se quejó la senadora oriunda de Firmat, pero con residencia semi permanente en Rosario.

La referente de cristinista del Senado entiende que “cinco personas – por la Corte- que no las votó nadie, aislados de la realidad social, que trabajan vía remota, llenos de privilegios, juegan abiertamente a favor de un determinado esquema político en pleno año electoral”.

Respecto de si la Casa Rosada tuvo o no un error táctico al promover una medida que sería judicializada, y con el un final perdidoso ( para el gobierno nacional), Sacnun consideró: “si el presidente tiene que andar pensando con antelación que Juntos por el Cambio (JxC) va a judicializar cada decisión de gestión, entonces no vamos a poder gobernar. Alberto y Cristina fueron votados por 13 millones de argentinos, y es su deber tomar las decisiones políticas necesarias para favorecer a todos los argentinos”.

Y remató, “JxC perdió las elecciones, pero gobierna a través de los jueces. Ahora, más que nunca, el FdT necesita profundizar y aprobar la reforma judicial y la reforma al Ministerio Público Fiscal en el Congreso”.

En las cercanías del Jefe de Gobierno porteño el fallo favorable de la Corte se celebró, pero sin estridencias. Y sin declaraciones. La orden precisa fue no hacer olas, y presentar imagen de moderación ante una comunidad ya muy desgastada por el interminable debate de la presencialidad o no en las aulas. Al cabo, luego del fallo de los cortesanos, no habrá muchos cambios en la dinámica efectiva de los colegios porteños. Hasta hoy, la gran mayoría de colegios de gestión estatal funcionaron poco y nada, con escasa dotación de alumnos: porque no se contabilizan las ausencias en el caso de que los alumnos decidan no ir –en la práctica, una importante proporción-, o bien por los paros de un sector gremial docente que persiste desde el inicio del conflicto.

Algo más normal resultan las clases en los colegios privados –numéricamente muy relevantes en Caba-, aunque no así para el caso de los secundarios, donde regirá la modalidad ya adoptada por la ciudad –previo al fallo de la Corte- en el sentido de una concurrencia intercalada, una semana presencial y otra remota.

La tensión política por la presencialidad o no, luego de la intervención de la Corte, ahora quedará en manos del Ejecutivo de Caba, y con el riesgo de una trayectoria epidemiológica que nadie sabe bien hacia dónde deriva. Por eso, tal vez, se entiende la expresa moderación de JxC a la hora de sopesar el fallo de la Corte.

Graciana Peñafort, asesora jurídica del Senado de la nación, por su parte, expresó: “La Corte Suprema vive en un frasco, me parece un desquicio el fallo que dictaron. Y me pregunto cómo se continúa gobernando un país en medio de una pandemia con este tipo de poder judicial. Los supremos les dieron la razón a quienes no cumplen un decreto con fuerza de ley, una tropelía. ¿Qué pasaría si alguna de las nuevas cepas (Covid) no genera una situación gravísima y tenemos que volver a un confinamiento más severo?”, se preguntó la asesora cristinista del Senado.

Mientras tanto, en la Casa Rosada, detrás del desagrado por un fallo que consideran insólito, reconocen que lo venían venir, “¿Qué iba a hacer la Corte?, alinearse con Rodríguez Larreta”, concluyen. Y así ocurrió. En cuanto a las pequeñas variaciones entre los tres votos, pobres desde lo argumentativo (Rosenkrantz, y Lorenzetti, cada uno con su voto, y Maqueda y Rosatti, con un voto en conjunto), al cabo, los cuatro fueron coincidentes en la esencial. Detrás de los duros rechazos al fallo tanto del presidente Alberto Fernández, como la de su vice, Cristina Fernández, en el FdT están convencidos de que estamos ante la peor Corte Suprema –con excepción de la menemista- desde 1983 a la actualidad. Y que es ahora o nunca el momento de acelerar algunas reformas judiciales que vienen pausadas en la Cámara de Diputados. Final abierto para largo año pandémico, y tras cartón, electoral.

Fuente:La Capital