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AGROPECUARIAS

4 de abril de 2018

Uso propio: cómo cuidar semillas de soja

En un artículo técnico, varios especialistas del INTA del Centro Regional Santa Fe aportan aspectos fundamentales para preservar del mejor modo estos materiales que ya han sufrido en el lote por acción del clima.

Existe un óptimo de humedad para el uso de soja semilla que se encuentra entre 12,5 y 13,5 %, aunque no siempre es posible de alcanzarlo, aún en años “normales”. Las altas temperaturas presentes en el lote de producción a campo, junto a la elevada insolación más algo de viento en ciertos casos, todo ello unido al intenso estrés hídrico, son factores que impiden obtener una alta calidad en los lotes destinados a simiente en buena parte del área productora. En líneas generales, en esta campaña es común estar trillando lotes que apenas si alcanzan el 11% de contenido de humedad de semilla, siendo frecuentes los lotes que poseen entre 8 y 11%. Semejante contexto remite al fenómeno físico denominado “histeresis”. La ganancia de humedad de esos lotes durante el almacenamiento llega a ser muy baja o casi nula. Esto significa que dichos lotes permanecerán con bajo contenido de humedad durante toda la poscosecha y hasta la misma siembra en la próxima campaña. Entonces, es importante conocer qué consecuencias tiene ese bajo contenido de humedad para esos lotes de semilla. La más destacable es, sin dudas, la necesidad de extremar los cuidados durante todo el manejo: acondicionamiento, movimientos del granel, procesamiento, embolsado, curado, inoculado y la misma siembra. La cosecha, con poca o nula regulación de la máquina cortatrilla, entregará un granel de semillas con un porcentaje de daños no esperado. Además, el ambiente de producción legará en este 2018 otra sorpresa importante como es el muy bajo peso de 1000 semillas. Ya se cosecharon muchos lotes con semilla que va de chica a muy chica; y se podrá decir que la semilla pequeña germina igual, incluso que puede poseer más vigor. La verdad es que la germinación no se debería ver afectada y tampoco su condición de vigor si se encuentra en buenas condiciones físicas y sanitarias. Es decir, se puede emplear semilla pequeña como simiente sin mayores problemas. Existe una íntima relación entre “dureza” y tamaño de semilla. Algunas pruebas de laboratorio, tales como Germinación o Tetrazolio, Hipoclorito o incluso Inmersión en agua, nos van a ayudar a distinguir, lo antes posible, aquellos lotes con elevado porcentaje de semillas duras, y sobre ellos deberemos hacer algunas consideraciones especiales. El problema no es precisamente la nula posibilidad de germinar de las semillas que presentan dureza de tegumentos, sino que las mismas poseen capacidad para germinar y, por ende, su capacidad de emergencia es irregular en el tiempo. Esto significa que al ser usadas como simiente, habrá en la línea de siembra una pobre emergencia de plántulas, no por la pérdida de viabilidad de las semillas duras sino porque van a aparecer muy a destiempo sobre el suelo. Es decir, habrá una desuniformidad en la emergencia que se traduce en desuniformidad en el cultivo y en la maduración. Por otra parte, las semillas duras pueden presentar una excelente condición de viabilidad. Otra pregunta interesante es: ¿qué tamaño de semilla de soja puede indicar algún indicio sobre la posible dureza del tegumento? Semillas de menos de 4 mm de diámetro han demostrado tener un importante grado de dureza, aunque ello está siempre relacionado con un severo estrés ambiental, y la campaña precedente así lo manifestó. Resta entonces manejar un correcto descarte en la clasificación pero siempre sobre la base de un buen diagnóstico de calidad previo de cada lote y no sobre la idea del “por si acaso”, ya que esta última idea nos pueda acarrear una falta de simiente en determinados cultivares. FUENTE: CAMPO LITORAL

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