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PANDEMIA

28 de agosto de 2020

Hay sanatorios que flexibilizan los permisos para acompañar a pacientes internados

El régimen de visita que había antes de la pandemia cambió notablemente pero en Rosario ya se contemplan situaciones particulares. Detalles de una decisión difícil.

Entre los múltiples impactos que tiene la pandemia hay uno que conmueve profundamente: la soledad en la que muchos pacientes transitan una enfermedad, sobre todo si están internados. En personas con Covid-19 o quienes tienen otra patología, las restricciones vigentes en las instituciones médicas, públicas o privadas, generan mayor angustia, estrés y ansiedad. Lo mismo ocurre entre los familiares y amigos, que no pueden acompañar del modo en que quisieran.

Que un enfermo, sea cual sea su diagnóstico, esté rodeado de gente, es una postal que no se ve desde hace cinco meses. Pero en algunas instituciones privadas, por ejemplo, se está permitiendo que hasta tres personas puedan estar cerca de quien atraviesa sus últimos días o sus últimas horas. Se extreman todos los recaudos pero excepcionalmente se habilita ese acompañamiento. En las salas generales se puede estar con una sola persona del círculo familiar, siempre con todos los elementos de protección y a distancia.

En los hospitales públicos de la ciudad no hay visitas permitidas en cuidados críticos y en sala general sólo se dispone el acompañamiento en casos muy puntuales.

Si el paciente tiene Covid-19 las medidas son más restrictivas en todas las entidades, y para los que están en cuidados intensivos mucho más (se sabe que cuanto más severo es el cuadro más alto es el poder de contagio).

La situación más difícil para el familiar se da, posiblemente, cuando su ser querido enfermo de Covid-19 atraviesa sus últimos días o momentos y apenas podrán verlo a través de un vidrio o a una distancia considerable.

Lo que sí se normalizó en terapia intensiva es el uso de telefonía celular (algo que antes no se permitía) para que aquellos que están en condiciones de hacerlo puedan mantener una conversación o videollamada con sus familiares.

Profesionales consultados por La Capital admiten que el panorama es sumamente complejo, que se pueden contemplar situaciones pero que tienen que evaluar de manera muy consciente y profunda cada caso porque en pandemia "hay que cuidar a mucha gente, y aún cuando uno comprenda el dolor del enfermo y sus acompañantes muchas veces hay que decirles que no a sus pedidos", coinciden médicos y psicólogos.

"Si un paciente joven que tiene cáncer quiere ser visitado por sus amigos, y son grupos de 20 o 30, algo que es muy común entre los chicos y chicas que tienen decenas de amigos de la facultad, del club, del barrio, no podemos permitirlo, con todo el dolor del alma. Esta pandemia es cruel en muchos aspectos y este es uno de ellos. Sí, hay casos tremendos y conmovedores", reconoció un médico terapista.

Proyectos

Los protocolos que buscan proteger de los contagios (y que son necesarios) tienen un punto complicado: aíslan aún más a la persona enferma. Y si bien el tema central hoy es evitar que el Covid-19 avance sin pausa es necesario contemplar la particularidad de las situaciones.

En ese sentido se presentaron distintos proyectos en estos días, vinculados a los derechos del paciente.

Uno es el de la diputada de Santa Fe Silvia Ciancio, del Frente Progresista, quien esta semana propuso que la Legislatura convierta en Ley una estrategia de "humanización" que apunta al acompañamiento afectivo de las personas con Covid-19 a partir de un estricto protocolo que pueda ser cumplido tanto en el sector público como privado.

El proyecto, destaca la diputada, no busca "eliminar las medidas de protección sino establecer otras, adaptarlas, para que la persona enferma y su entorno puedan recibir consuelo, compasión y atención espiritual".

Hay otra propuesta en ese mismo sentido, pero focalizada en la salud pública de Rosario. Es de la concejala Germana Figueroa Casas quien solicita al Ejecutivo municipal que elabore un protocolo de acompañamiento afectivo a personas que fueron diagnosticadas con Covid-19 y están internadas en el sistema público de Salud. El proyecto hace hincapié en los menores de edad, en las personas con discapacidad o con "condiciones especiales" para que se garantice el derecho a las visitas.

Facilitar la cercanía

Rosa María Nocera es psicóloga, realizó dos maestrías, en psicoanálisis en la UNR y en Gestión de Políticas de Salud en la Universidad de Bologna (Italia), tiene amplia experiencia en el acompañamiento de pacientes con cáncer y otras enfermedades y forma parte de un equipo multidisciplinario de cuidados paliativos en el sector privado. Desde hace meses observa situaciones de lo más complejas en relación a los "nuevos modos" de convivencia que impone la pandemia dentro de los sanatorios. "Las excepciones se están haciendo. Encontramos la manera de que la persona que está internada pueda ser acompañada pero siempre que el contexto epidemiológico lo permita, y mientras tengamos disponibles los recursos humanos y baja ocupación de camas, porque si la situación se desborda en cuanto a casos de Covid-19 no va a ser posible", señaló, e hizo referencia a lo que pasó en el peor momento de la pandemia en Italia: "Los médicos y otros profesionales de la salud italianos no eran malos o crueles y dejaban morir sola a la gente, es que no había manera de atender la demanda".

"Nosotros tenemos protocolos en todas las habitaciones y en sala general se permite el acompañamiento de un familiar. Y si la persona está en el final de la vida por una enfermedad no Covid, habilitamos la presencia de hasta tres familiares", comentó.

"De todos modos se estima caso por caso. Tuvimos por ejemplo un paciente joven con una patología grave que pasó sus últimos días con su hija pequeña y su pareja porque pudimos disponer de una habitación aislada sólo para ellos", ejemplificó, y agregó: "Hoy se puede pensar en estas situaciones pero no sería viable con servicios colapsados. Hay que evaluar los recursos. Tener una ley es muy bueno pero debe estar claro que, lamentablemente, no siempre es posible el acompañamiento en el marco de una pandemia".

"Vivimos situaciones muy difíciles, personas que se enojan con los profesionales, familias enteras que quieren entrar a toda costa a ver o despedir a su ser querido, gente que está muy sensible, y es lógico, pero que se debe entender que estamos en una pandemia y la institución tiene que cuidar a todos, que no puede poner en riesgo al resto de los internados ni a su personal, no es una cuestión de buena voluntad", señaló.

Soledad e historia

La tanatóloga Carla Calvi, que acompaña desde hace 20 años a personas en duelo, entiende que el hecho de que haya una ley que respete los derechos del paciente en pandemia es muy auspicioso porque, dijo, "morir solo no es una novedad en nuestro país" y es más que necesario "exponer este tema", aún cuando hay leyes en la Argentina que amparan a las persona en este sentido, pero que en la práctica no se cumplen necesariamente.

"Muchas unidades sanitarias no están preparadas para que las personas, adultos o niños, puedan morir acompañadas; no todo el personal de salud, ni mucho menos, está capacitado para guiar y sostener a alguien que va a morir o que transita una enfermedad grave", remarcó.

"En España, en el hospital donde también trabajo, hay un área de cuidados paliativos donde están los pacientes con diferentes tipos de enfermedades y ahora se sumó un sector Covid-19. Allí todos tienen un gran entrenamiento en acompañar personas que están quizá pasando sus últimos días, y nadie se queda solo. Hay protocolos de muerte respetada donde lo clínico está contemplado tanto como la compañía de los familiares, y hasta sus mascotas", comentó.

"La muerte es una situación donde hay derechos y hay que fomentar el derecho a no morir solos, con o sin Covid-19", remarcó Calvi quien cree que "aún hay mucho que se puede hacer para permitir el acompañamiento" incluso en un momento tan crítico como el que pasa el país a causa de la pandemia.

Guía a nivel nacional

El acompañamiento de personas enfermas fue analizado particularmente por el gobierno argentino, que ayer, a través del Ministerio de Salud de la Nación, publicó una guía para acompañar a enfermos de Covid-19 en la que se destacan una serie de pautas, especialmente destinadas a que los pacientes con mal pronóstico no estén solos.

Fuente:La Capital

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