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OPINIÓN

12 de julio de 2020

El lado positivo de una crisis

Por Bernardo Stamateas.

11/07/2020 - 22:02 Opinión

Nadie está exento de las crisis en algún momento de su vida. Hoy atravesamos una situación atípica en todo el mundo que nos afecta a todos por igual de alguna u otra forma. Pero las crisis no son todas iguales. Hay algunas que, sin duda, son más intensas que otras. Y todas producen cambios.

Una crisis podría ser comparada con una tormenta que aparece de pronto y lo sacude todo. En determinadas circunstancias, incluso, nos transforma para siempre. Básicamente estas son las dos clases de crisis que todos podemos experimentar alguna vez:

1. Las crisis que no tienen recompensa

Son las que tienen su origen en una discusión basada en la competencia, para brillar o para colocarse por encima de otros. Este tipo de crisis son el resultado de las acciones de las personas. Algunos tristemente llegan a perder la salud por estos enfrentamientos que sacuden sus vidas, lo cual deja en claro que toda pelea es absolutamente inútil. Esto es así porque no existe recompensa alguna cuando peleamos con alguien, ya sean familiares, amigos o extraños. De nosotros depende que estas tormentas se levanten en nuestro entorno. Por eso, si pelear es un hábito negativo para nosotros, haríamos bien en ser libres de éste.

2. Las crisis que tienen recompensa

Son las que surgen sin que nosotros hayamos hecho nada para producirlas desde nuestra voluntad. Pero de ninguna manera, como muchos creen, son un castigo sino sucesos o épocas de dificultad que no podemos controlar. ¿Qué hacer frente a ellas? Fundamentalmente no echar culpas a nadie ni tratar de entender “por qué sucede lo que sucede”. Es en estos casos cuando la fe puede ayudarnos a atravesarlas de la mejor forma posible. Suele ocurrir que, cuando dejamos atrás este tipo de crisis, nos damos cuenta de que hemos aprendido algo, que hemos crecido, que somos más fuertes, lo cual constituye en sí una recompensa.

Las tormentas de la vida que llamamos crisis son una parte ineludible de la cual, por mucho que nos esforcemos, no podemos escapar. Pero, ¿cómo se adquieren las mejores enseñanzas? Al atravesar y superar una etapa de crisis como la que vivimos en la actualidad. Toda adversidad guarda en su interior una semilla en forma de lección, solo hay que aceptarla y entregarse a ella.

Y un “bonus track” de las crisis y las lecciones que ellas nos dejan es que, con el tiempo, podemos llegar a ayudar a otros que pasen por lo mismo inspirándolos a través de nuestras experiencias. Es por ello que nunca deberíamos intentar huir de las dificultades sino, más bien, utilizarlas a nuestro favor sin colocarnos en el lugar de víctimas y sacarles provecho.

¿Tienen la crisis un lado positivo? Claro que sí, pero de cada uno depende que esto sea una realidad. ¿Cómo? De acuerdo con la actitud que decidamos adoptar cuando la tormenta ruge y parece que todo se derrumba. Es en esos tiempos cuando más debemos repetirnos a diario: “Esto también pasará”, con la seguridad de que no hay crisis que dure cien años porque el ser humano posee el potencial infinito para superarla.

fuente: el liberal

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