Viernes 19 de Abril de 2024

Hoy es Viernes 19 de Abril de 2024 y son las 05:16 -

PANDEMIA

3 de mayo de 2020

"Perotti acertó al relegar el discurso de la herencia por la pandemia"

Martín Ostolaza y Guillermo Variego son especialistas en Comunicación Política, graduados en la Facultad de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario. Directores de Innova Opinión Pública.

00:00 hs - Domingo 03 de Mayo de 2020

Para los consultores Martín Ostolaza y Guillermo Variego, directores de Innova Opinión Pública, con la pandemia el gobernador Omar Perotti encontró una agenda que le permitió dejar atrás meses de mucho desgaste. En esta entrevista con La Capital, los especialistas analizan el discurso del mandatario provincial ante la Asamblea Legislativa, sostienen que la sociedad polìtica entre el rafaelino y el intendente Pablo Javkin es “de conveniencia política mutua” y aseguran que “el escenario de tres tercios que configuraba la política provincial se está desequilibrando y muestra dos actores principales y uno relegado”.

   —¿Qué evaluación hacen del discurso de Perotti en la Asamblea Legislativa?

   —Poco pasado, algo de futuro y mucho presente. Fue acertada la decisión de cambiar las prioridades y relegar el protagonismo que supo darle a la crítica sobre la situación económica provincial heredada, y que no le trajo buenos dividendos en términos de relato de gobierno, para posicionarse principalmente, aunque con excesiva apelación, en la temática de la pandemia que sí le permitió divisar un horizonte transitorio. Conceptos como saber, conocimiento, conectividad, industria y tecnología asomaron como los valores y rumbos centrales del relato de gobierno vislumbrando la noción de futuro que le faltaba hasta acá. Dependerá de su capacidad de nutrirlos de políticas para que la opinión pública los asocie a su gestión. Específicamente, en cuanto a términos técnicos, aprovechó bien el escenario digital que impone el aislamiento e innovó acompañando el discurso con materiales gráficos y videos con el objetivo de ablandar un discurso cargado de números.

   —¿La pandemia ordenó al gobierno de la provincia, que estuvo la primera parte del año empantanado con la ley de emergencia?

   —El gobernador encontró en el Covid 19 un oasis. Los primeros meses de gestión estuvieron signados por malas decisiones que le generaron mucho desgaste en poco tiempo. El fuego interno y externo sin una estrategia de gobierno en movimiento expuso negativamente la forma de ejercer el liderazgo del gobernador. La estrategia elegida por el gobierno nacional para combatir la pandemia lo enfocó, al menos en forma temporal, para recuperar la centralidad política y quitarle lugar a la oposición que marcaba sus errores. Con el discurso de apertura incorpora algunas nociones para comenzar a enmarcar su gobierno. Los errores iniciales lo dejaron detrás en esta tarea, y eso se ve con claridad cuando se lo compara, por ejemplo, con el gobierno nacional que trabaja el valor de la solidaridad, o con el gobierno rosarino que apela al respeto.

   —¿Cómo analizan la sociedad entre Perotti y Javkin?

   —Es una relación de conveniencia política mutua. El gobernador, por un lado, necesita mantener vitales y/o competitivos a dirigentes políticos opositores para que haya más actores disputando el espacio, y si además cuestionan la legitimidad de Lifschitz, mejor. Javkin, por ambición, imagen y representatividad, reúne ambas. Por el otro, tanto por gobernabilidad como por proyección electoral, es necesario que Rosario esté lo mejor posible. Del lado de Javkin, como cualquier intendente de la provincia, precisa sostener ese vínculo, principalmente, por aspectos financieros, y puntualmente, por la problemática de la seguridad en la ciudad y por su propio futuro político. Es decir, mejor vínculo, mejor gestión, y por ende, mayor futuro.

   —¿Cómo ven a Lifschitz y al Frente Progresista en esta nueva etapa?

   —El ex gobernador demostró con su estrategia que el actual gobierno tendrá que dialogar obligadamente con él. Formó un bloque homogéneo, hasta acá supo mantenerlo, y desde allí dar muestras de poder. Con la jugada política que trazó en torno a la ley de necesidad generó un desgaste en el oficialismo y se consolidó como el máximo líder del Partido Socialista. Mientras tanto, a nivel partido, el escenario de tres tercios que configuraba la política provincial se está desequilibrando y muestra dos actores principales y uno relegado. Cambiemos perdió poder político y se resquebrajó internamente. El Frente Progresista buscará profundizar esa ruptura y polarizar al máximo, mientras que el oficialismo intentará oxigenar el sistema tripartito que le permitió al peronismo dividir el voto no peronista y volver a la Casa Gris.

   —Pasando al ámbito nacional, ¿Ven que la política se va agrietando de vuelta?

   —Vemos que hay dos actores protagónicos como Fernández y Rodríguez Larreta intentando salirse de esa lógica. Esos dos actores no lideran a las facetas duras e hiperideologizadas que forman parte de sus respectivos partidos, que a su vez son las más consistentes y numerosas. Por ahora, no hay albertismo ni larretismo que supere al kirchnerismo y al macrismo como para que la lógica pragmática y negociadora de ellos se imponga. De ese modo, ante cualquier tema de agenda que se debata, ambas visiones antagónicas tienen voz y votos como para hacerse oír, y más aún cuando los temas que se discutan tengan un trasfondo ideológico puro como impuesto a la riqueza o liberación de presos.

   —¿Con las salidas de los presos un sector de la oposición encontró el eje que estaba buscando para golpear con eficacia al gobierno?

   —El relajamiento social por el éxito parcial en la estrategia contra el Covid-19 habilitó que surjan nuevamente confrontaciones políticas, y la oposición, que hasta ahora había acompañado ecuánimemente la estrategia presidencial, se filtra con este tema, le recuerda a Fernández que existe, e intenta romper el escenario que puso en picos positivos la valoración de imagen de Alberto Fernández. Es una demostración de que la política siempre piensa en lenguaje político y no deja pasar oportunidades. El presidente no detectó a tiempo el riesgo que se gestaba detrás de este tema y actuó cuando los términos del debate público ya estaban enmarcados por la oposición. Reducir lo máximo posible el daño es el único objetivo que queda ante un escenario ya definido en contra en la opinión pública.

   —¿Cuál es el balance de la comunicación de Alberto Fernández ante la emergencia sanitaria?

   —El balance es positivo. La combinación de un tono pedagógico, racional, simple y calmo, lo diferencia de los dos últimos presidentes, y le permitió revalidar un camino propio y original que ya venía transitando y que, a su vez, fue bien recibido. No está exento de errores, principalmente en su última conferencia, donde le faltó énfasis en remarcar las etapas del aislamiento y el rol de los gobernadores en torno al intento de esparcimiento, sumado a determinadas informaciones precisas que fueron omitidas. De todos modos, si vemos los niveles de acatamiento, autoprotección y control social-ciudadano, y también, los grados de atención y expectativa que despierta en la sociedad, el balance de su comunicación en general y de la comunicación de riesgo en particular, hasta el momento, es favorable.

fuente: la capital

COMPARTIR:

Comentarios

Escribir un comentario »

Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!