Sin gloria y con algo de pena, enero prepara el retiro. Uno mes más, como todos desde junio, cuando la transición empezó a dar señales de tensión.

La inseguridad escaló hasta el punto de que se produjeron 22 homicidios en enero, pero lo que más sorprendió es la aparición de la economía en el primer plano de la agenda que, aunque venía insinuándose en la frustrada mesa de la transición, explotó con el pedido de emergencias por parte de la Casa Gris y el balance constante que se hace desde el gobierno.

Como en un diálogo de sordos, o de adolescentes caprichosos, uno dice "no me dejaron nada en la caja" y los otros replican "es mentira, hicimos todo lo que se debía". Palabras más, palabras menos.

Febrero parece predispuesto a comenzar de otra manera. Por lo pronto, el lunes, el gobernador Omar Perotti y el ministro de Gobierno, Esteban Borgonovo, recibirán al presidente de la UCR y a los legisladores provinciales para intentar encauzar la relación.

La confirmación de ese encuentro pospondrá hasta el miércoles o jueves el envío a las Cámaras del proyecto de emergencia, ahora llamado de "necesidad pública". Con tino, Perotti prefiere consensuar con la UCR antes del envío. "Como empezando de nuevo", cantaba John Lennon.

Culebrones de verano

Febrero, y más el mes de marzo, serán los meses abrepersianas de la realidad santafesina. Aunque Perotti dio asueto en enero a la administración, el microclima político estuvo con la guardia levantada. "Empezó todo antes de tiempo. El peronismo nos quiso arriar pero no pudo. En marzo empieza la carrera hacia adelante, y habrá mucho de político", dijo un legislador que, sin embargo, considera que es probable que la semana próxima empiecen a puntear la emergencia. Luego lo confirmaría el anuncio de la reunión del lunes, a las 11, entre el gobierno y los enviados radicales.

El martes, el gobernador había llamado a Fascendini, y le pidió avanzar para lograr el encuentro, que sea la antesala de un acuerdo.

Por lo pronto, el proyecto ya no es de "emergencia". Se lo denomina ahora "de necesidad pública". Y la necesidad, se sabe, tiene cara de hereje. Es hora de bajar decibeles, acordar posiciones y poner en marcha la administración, piensan algunos operadores peronistas. La teoría del bueno y el malo ya es demasiado conocida en la política y hasta ahora no funcionó.

El ministro de Gobierno, Marcelo Borgonovo, fue el encargado de intentar trazar acciones consensuales, pero otros la dinamitaron. Se verá ahora la estrategia final de Perotti.

El martes, el gobernador les dijo a los actores económicos de la provincia: en la caja, nada por aquí y nada por allá. Casi bordeando en el contexto una frase colorida de Charly García: "Lo que ven es lo que hay".

En el gobierno apuntan que la sociedad misma le va a demandar a los legisladores rapidez para sacar las leyes y a eso subordinan, por ejemplo la puesta en práctica del boleto educativo, una de las promesas de Perotti en la campaña.

Una fuente oficial confió que los diputados opositores no podrán sostener las negativas "por la presión social" y reseñó como ejemplo los dichos del titular de la UTA Santa Fe, Osvaldo Agrafobo, presente en la reunión del martes con Perotti. El sindicalista se mostró a favor de concurrir a la Legislatura para convencer a los que no están convencidos.

Por lo pronto, la Casa Gris enviará el proyecto al Senado luego de la reunión con los radicales. "Creemos que no habrá problemas porque ya la habían votado", sostienen desde Gobernación.

Halcones y palomas

Será un buen momento para comprobar el estado de la relación con los senadores otrora díscolos. En el Ejecutivo aseguran que en el Frente Progresista hay halcones y palomas.

Es claro que intentan clavar una muralla entre Miguel Lifschitz y sus legisladores respecto de los radicales. Ya se dio cuenta en esta columna de ese juego de poder y de la respuesta de los socialistas y la UCR. Aunque Miguel Lifschitz siga en el más absoluto de los silencios. "Perotti quiere que Miguel responda para construir el enemigo de su relato. No le vamos a dar el gusto", consideró un hermeneuta del ex gobernador.

A propósito de la UCR, sus popes crearán una comisión de acción política que una a las partes. Estarán, además de Fascendini, Maximiliano Pullaro, Mario Barletta, José Corral, Felipe Michlig, Luis Cáceres y Santiago Mascheroni. Una versión de "todos unidos triunfaremos", pero de boina blanca. Será el principio de una articulación común entre quienes están en el Frente Progresista y en Juntos por el Cambio.

El inicio del 2020 empezará a colorear la realidad política, que quedó anclada con una instantánea de junio de 2019, cuando Perotti le ganó a Antonio Bonfatti.

Santa Fe es hoy la peor provincia en términos de convivencia política entre oficialismo y oposición, algo que rompe la tradición acuerdista. Y no deja de sorprender.

Enero está a punto de irse en la política santafesina. Nadie lo va a extrañar.