El proyecto de ley de Educación que con media sanción -y por unanimidad- aprobó la Cámara de Diputados de Santa Fe no tiene el camino despejado en el Senado santafesino, más bien lo contrario.

Ninguno de los senadores consultados por este medio aceptó que la norma pueda pasar al archivo sin más avances en comisiones. Todos negaron rotundamente que ya le hayan bajado el pulgar, pero también dejaron en claro que tal como está -sin hacerle cambios de fondo- el Senado no avanzará en la materia.

Este miércoles, miembros de la Iglesia Católica fueron recibidos por varios de los 11 senadores que conforman el bloque del PJ. Tal como antes se reunieron con legisladores radicales, ahora fue el turno de la bancada mayoritaria.

Asistieron monseñor Eduardo Martín, arzobispo de Rosario y presidente de la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal; monseñor Gustavo Help, obispo de Venado Tuerto; presbítero José Luis Ayala, delegado episcopal para la Educación; y el presbítero Osvaldo Macerola. También Javier Bilbao y Walter Van Meegrot, según lo que se informó oficialmente.

Los recibieron el presidente del bloque Armando Traferri, y sus pares José Baucero, Osvaldo Sosa, Ricardo Kaufmann, Joaquín Gramajo, Alcides Calvo, Rubén Pirola, Guillermo Cornaglia y Eduardo Rosconi.

Los cambios en la Cámara Baja

“Nosotros habíamos encontrado puntos de acuerdo con el proyecto que había enviado el Poder Ejecutivo, pero lo que se votó en la Cámara de Diputados no es lo mismo”, dijeron -palabras más, palabras menos- los representantes del Clero.

Algunos senadores -muy habituados a interpretar a los sacerdotes y sus gestos- los describieron como muy enojados, “están prendidos fuego con el gobierno”, graficaron.

Otros legisladores advirtieron que las quejas no son sólo de la Iglesia Católica y dijeron que también otros credos influyentes se han manifestado en sus comunidades. Y recordaron que esas críticas tienen otros aliados, que también son importantes para el peronismo: dirigentes de los gremios que agrupan a docentes que se desempeñan en los colegios privados, que también encuentran que la media sanción “es perfectible”.

Consultas y presiones

De la reunión existen diferentes versiones. Unos senadores destacan que de aquí en adelante se abre una ronda de consultas con distintos sectores y que la Iglesia -y otras iglesias- tienen que decir lo suyo, porque “buena parte de la educación en Santa Fe pasa por las aulas de colegios religiosos”.

Otros integrantes del bloque del peronismo sostienen que las presiones han sido fuertes. Predomina la idea de que los prelados no recorrieron las comisiones de la Cámara de origen y ahora descargan sus tensiones con una parte de la sociedad (la que reclama educación sexual en todas las escuelas con sueldos pagos por el Estado) en el debate en el Senado.

“Es verdad que hay diputados que votaron como siempre han pensado, pero también hay algunos de un falso progresismo, medio oportunistas, que la hacen fácil... ellos aprueban una ley que no tiene en cuenta a todos, que finge que no existen las familias, ni la religión y ahora nosotros, los senadores, tenemos que aguantarnos las quejas”, lamentaba esta mañana en los pasillos de la Legislatura uno de los hombres del justicialismo, que siempre está dispuesto a aceptar cambios para salvar el consenso. Le preocupaba especialmente que el gobierno provincial quedara con un argumento fuerte en su poder: si no se aprueba una Ley de Educación (que Santa Fe se debe desde el regreso de la democracia) se culpará al peronismo del Senado y si se demora una media sanción que regrese el tema a Diputados, y el tema pasa a 2019, una aprobación el año próximo se sumaría a la campaña del oficialismo.

“SESI”. Sin Educación Sexual Integral. Con distintas figuras, algunos senadores radicales y peronistas buscan permitirles a las escuelas privadas elegir los contenidos. Así, habrá -por ejemplo- “Educación para el amor”. (El 20 de septiembre hubo una manifestación en contra, muy numerosa, y otra a favor, menos nutrida, de la ESI). Foto: Luis Cetraro

Tres temas muy fuertes

A la Cámara Alta santafesina, la baja le ha pasado tres proyectos de ley que -aunque tratan materias diferentes- tienen un punto en común. El trío provoca una división de aguas fuerte en la sociedad, como con los pañuelos verdes y los celestes.

Tienen media sanción de Diputados, y esperan su tratamiento en el Senado, los siguientes expedientes: 1) el proyecto de reforma de las normas electorales para la paridad de género, que dejaría a todos los cargos electivos en proporciones iguales entre hombres y mujeres, tema que incomoda especialmente a los dirigentes políticos de las comunidades más chicas; 2) la adhesión de Santa Fe a la Ley Nacional 26.150 de Educación Sexual Integral, que se aprobó en 2006 pero lleva 12 años sin aplicarse. En el Senado el PJ tiene su propio proyecto. Se lo tratará junto al que ha ingresado con media sanción de Diputados, que es rechazado de plano por los colegios confesionales; 3) la Ley de Educación, cuya media sanción se celebró con bombos y platillos en Diputados y en la Casa Gris, que logró la unanimidad.