Una seguidilla de jornadas con temperaturas máximas elevadas vuelve a poner en foco los riesgos que el calor extremo implica no sólo para la producción agropecuaria, sino sobre todo para la salud de productores agropecuarios y trabajadores rurales. De acuerdo con el pronóstico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), gran parte del país atraviesa días con máximas que superan ampliamente los 35 °C y, en amplias regiones del centro y norte argentino, alcanzan valores cercanos o superiores a los 40 °C durante la semana en curso.

Por qué el verano rural aumenta los accidentes laborales

En este contexto, el médico Marcos Grigioni, productor agropecuario y especialista en medicina agrícola, advirtió en su boletín Novedades Medicina Agrícola 2025, N°180 sobre el impacto directo que estas condiciones generan en los actores del sector rural. Según explicó, si bien el efecto del calor sobre cultivos y animales suele concentrar la atención, los riesgos para la salud humana en el ámbito rural son igualmente relevantes y, muchas veces, subestimados.

Grigioni señaló que el golpe de calor y la deshidratación son cuadros frecuentes en el campo, donde el trabajo suele realizarse a pleno sol, durante extensas jornadas y, en muchos casos, en soledad. A diferencia de lo que ocurre en ámbitos urbanos, donde el acceso a sombra, hidratación y asistencia médica es más inmediato, en el medio rural estas situaciones pueden agravarse por la demora en recibir ayuda.

“El trabajador rural que continúa operando maquinaria o manejando animales mientras está mareado o debilitado por el calor se expone no solo a un problema de salud, sino también a un accidente grave, incluso con riesgo de vida”, advirtió el especialista. En este sentido, destacó que las personas de mayor edad —productores, contratistas, trabajadores o técnicos— presentan una mayor susceptibilidad frente a estos cuadros.

Recomendaciones clave para prevenir problemas de salud en el verano rural

El pronóstico de temperaturas máximas difundido por el INTA refuerza estas advertencias. Los mapas muestran un escenario persistente de calor intenso en gran parte del territorio nacional, con valores elevados durante varios días consecutivos, lo que incrementa el riesgo de estrés térmico acumulado.

Ante este panorama, desde la medicina agrícola se recomiendan medidas preventivas básicas pero clave: hidratarse de manera continua, evitar las tareas durante las horas centrales del día, realizar comidas livianas, respetar pausas de descanso y, siempre que sea posible, trabajar acompañados. La planificación de las labores y la adaptación de los horarios se vuelven estrategias centrales para reducir riesgos.

El boletín también hace referencia a las recorridas a campo, jornadas técnicas y muestras que se intensifican durante el mes de diciembre y el verano. En estos eventos, Grigioni destacó la importancia de incorporar medidas preventivas, como la disponibilidad de espacios con sombra, agua potable fresca y suficiente, lugares para sentarse y la organización de las actividades en horarios de menor temperatura.

Con un escenario climático que anticipa nuevas olas de calor, las advertencias apuntan a reforzar la prevención y la concientización. El mensaje es claro: el calor extremo no solo afecta la producción, sino también la salud y la seguridad de quienes sostienen el trabajo diario en el campo.

Fuente: Aire Agro