ECONOMIA
17 de noviembre de 2025
Cuando “la teoría del loco” entra de la mano de Donald Trump a la economía de Santa Fe

Los frigoríficos podrían beneficiarse rápido del acuerdo comercial con Estados Unidos. Pero incluso un entendimiento Mercosur-Unión Europea interpela fuerte a pymes santafesinas que, en el “nuevo orden”, necesitarán reformas estructurales para subsistir y crecer.
Donald Trump no se hizo cargo del canal de Panamá, pero maneja sus puertos. Tampoco se fue de la Otan, pero logró que los países europeos incrementaran su inversión en defensa hasta el 5% de sus PBI hacia 2035 (excepto España); no rompió con Volodimir Zelenski, pero le arrancó un acuerdo por derechos sobre las “tierras raras” ucranianas, decisivas en la industria aeroespacial y la militar.
El presidente norteamericano se hace el desequilibrado, pero no lo está. Daniel Ellsberg (1931-2023) fue el economista de Harvard que explicó la “teoría del loco” (Madman Theory); promovida desde el Pentágono; procuraba presentar a Richard Nixon como “irracional e impulsivo”, intentando que la Unión Soviética y Vietnam del Norte lo creyeran capaz de usar armas nucleares para amedrentarlos.
Pasó el tiempo; Vladimir Putin no parece conmoverse y Xi Jinping aún hace de China el segundo socio comercial de EEUU (detrás de la Unión Europea) con US$698 mil millones de intercambio bilateral. Pero en el camino, Trump debilitó el orden multilateral de posguerra procurando imponer “la lógica del sometimiento”. Lo hace porque puede.
Xi Jinping, Putin y Kim en Tiananmen. Trump no los amedrenta. REUTERS
Mientras el implosionado peronismo sigue rumiando la derrota electoral ante “Braden” -en los términos de la condenada lideresa del PJ- el ex canciller uruguayo Ernesto Talvi pasó por Buenos Aires advirtiendo sobre “el régimen en el que vivimos y -es bueno que asumamos, por el momento- es el régimen en el que vamos a estar”.
¿Cuál es el acuerdo?
Es en ese régimen en el que el canciller Pablo Quirno viajó a Washington para ser partenaire del anuncio de Marco Rubio sobre un Acuerdo Marco de Comercio Recíproco e Inversión (TIFA) de Estados Unidos con la Argentina. La letra chica se conocerá cuando Trump firme una orden ejecutiva (decreto). Es posible incluso que algún capítulo requiera aprobaciones parlamentarias de ambas partes.
Marco Rubio, secretario del Tesoro de EEUU y Pablo Quirno, canciller argentino. REUTERS
Hasta entonces, los mercados financieros respondieron con mejoras en acciones de empresas argentinas de aluminio, acero y agroindustria (alimentos). Las farmacéuticas esperan a la defensiva, por el ingreso de productos norteamericanos y por el sometimiento a las patentes de ese origen. Es un capítulo muy sensible a la “casta” empresarial, política y sindical (el caso Spagnuolo es una muestra).
De lo apenas esbozado surge además la apertura del mercado argentino a lácteos, a la carne vacuna y a la producción porcina de Estados Unidos. El país del Norte también se podría beneficiar exportándonos bienes de capital (insumos utilizados para crear otros bienes, como maquinaria y herramientas).
Y Europa también
Talvi, doctor en Economía en la Universidad de Chicago e investigador del Real Instituto Elcano de Madrid, disertó en la Conferencia Anual de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas, en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Allí -mientras Washington ocupa los encabezados de portales noticiosos- pidió mirar qué pasa en el 86% del comercio mundial en el que no interviene EEUU.
Recordó que la UE trata de firmar nuevos tratados (Australia, Indonesia) y modernizar los que tenía (Chile, México) además de concretar el que negocia de “larga data” con el Mercosur. “Parecería que la parte comercial sólo requiere aprobación del parlamento Europeo -el pleno sesiona en Estrasburgo- no de los parlamentos nacionales”, sugirió el diplomático.
¿Francia, Irlanda y Austria ya no podrán vetar el entendimiento? Terminadas las correcciones y las traducciones, el texto está en Bruselas, en manos del Consejo que preside Ursula von der Leyen, listo para ser elevado al Parlamento Europeo. Luego, sólo el 30% de los capítulos comerciales necesitarían ser convalidados individualmente por los 27 Estados que integran la UE.
Dante Sica, socio fundador de ABECEB y ex Ministro de Producción y Trabajo.
Dante Sica, ex ministro de la administración Macri y especialista en comercio internacional, dijo en la reciente jornada de Abeceb que si el Parlamento de la UE aprueba, sólo quedaría la convalidación en los Congresos de los socios sudamericanos para que entre en vigencia. “Un verdadero acuerdo”, de libre comercio para el 70% de los capítulos.
El otro 30% sí debería ser refrendado por los 27 estados miembros de la UE. El presidente del Consejo Europeo, António Costa, no confirmó en la última conferencia de prensa si el Consejo -que aprobó el acuerdo el 3 de septiembre- remitirá el texto a Estrasburgo para su tratamiento el 19 de diciembre.
Economías competitivas
Y allí se abre la enorme pregunta para la economía nacional, para la de Santa Fe en especial. Tanto Estados Unidos como el bloque de la UE son economías “competitivas”, que producen lo mismo que la Argentina pero -como diría Sica- con diferencias de tamaño.
Francia es el país de la UE que más resiste el acuerdo con el Mercosur.
Los rubros mencionados en el principio de entendimiento con Estados Unidos y los que tradicionalmente “veta” Francia, podrían impactar de lleno en la economía de Santa Fe. El acuerdo con el viejo continente incluye capítulos sobre automóviles, maquinaria, vinos y bebidas, carne, arroz y soja. Los productores europeos o sudamericanos están preocupados según se mire en cada caso.
Si se abren los mercados, será un enorme desafío y oportunidad. Habrá ganadores y perdedores sectoriales en una Argentina que en principio promueve -libertarios mediante- las actividades extractivas (minería, hidrocarburos) y mantiene la sobrecarga fiscal -retenciones- a la agroindustria.
Ideología y conveniencia
Hay en el debate político nacional dos extremos. El de aquellos que promueven una devaluación y las barreras del mercado nacional -encarnado por quienes perdieron las elecciones pero aún mantienen posiciones de relevancia en el Congreso- y el de los oficialistas que procuran los entendimientos.
¿Se impone la “realpolitik” sobre las ideologías de organización? La competitividad santafesina -las empresas Pyme- necesitarán de las reformas laboral y tributaria, además de tasas razonables, para poder afrontar el desafío no sólo de subsistir. El nuevo régimen descripto por Talvi es un mundo impiadoso sin políticas ni protecciones sectoriales en el que, empresa que no crece, perece.
Desde la administración Pullaro y su ministerio de la Producción han preferido por ahora guardar las cautelas comprensibles, hasta tanto se conozcan, al menos, las pautas concretas del acuerdo marco general con Estados Unidos. En Economía han preparado un plan para asistencia financiera a "empresas viables" que -prometen- no será con “sesgo de amigos”.
Pullaro y Puccini esperan la letra chica del acuerdo con EEUU.
No desconocen que en algunos rubros el acuerdo puede ser “muy auspicioso”, como en el de la carne. “Ya empezamos a trabajar el tema”, confió una alta fuente a El Litoral sobre lo que viene. Pero en la Casa Gris aguardan la “letra chica” que aún retacea el gobierno de Milei, allí donde manda Washington.
Aún es una gran incógnita lo que pueda pasar con otros rubros de gran relevancia, como el de los biocombustibles. El biodiésel santafesino padece las restricciones que tanto Washington como Bruselas interpusieron contra el producto nacional, alegando “dumping” porque el kirchnerismo les ponía menos retenciones al producto industrializado que al grano.
Fuente: El Litoral
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