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NOTA DE OPINION

23 de octubre de 2025

"Toto" Caputo llama a negociar

El ministro de Economía visitó la Bolsa de Comercio de Córdoba en el tramo final de la campaña electoral y le brindó una nota exclusiva a Cadena 3. El análisis de Sergio Suppo.

El ministro de Economía, Luis Caputo, ha dejado una serie de definiciones importantes que merecen un análisis profundo, particularmente respecto a la política interna y la visión económica del gobierno. En una reciente entrevista con Cadena 3, Caputo ratificó un criterio personal llamativo: él otorga más valor a estas elecciones de medio término que a las elecciones presidenciales.

Esta postura es entendida como un claro llamado a votar por el gobierno. El mensaje implícito es que es crucial acompañar al gobierno en esta elección, ya que "el mundo nos está mirando" por la cantidad de inversiones prometidas y comprometidas en sectores clave como el gas y la minería en San Juan, promesas que ascienden a decenas de miles de millones de dólares. Sin embargo, la gran preocupación y la incertidumbre que atraviesa la economía -y de la cual el ministro es protagonista- radica en el plazo y la concreción efectiva de dichas inversiones.

El viraje político: de la confrontación, al consenso

Un punto crucial que encontré en las palabras de Caputo es su cambio de tono respecto a los líderes provinciales. Mientras que hace solo dos meses el presidente Javier Milei calificaba a los gobernadores de "degenerados fiscales", el ministro Caputo afirmó: "Los gobernadores son razonables". Añadió que cree que la relación va a mejorar y que habrá conversaciones para llevar adelante las reformas estructurales necesarias para la Argentina.

¿A qué se refiere este repentino acercamiento? Caputo está reconociendo algo que ya era evidente: La Libertad Avanza (LLA) no obtendrá mayoría propia en el Congreso, incluso si logra un buen resultado electoral en octubre. Para avanzar con las reformas necesarias -la reforma laboral, la reforma impositiva (que le compete directamente) y una eventual reforma previsional- el gobierno necesita forzosamente de aliados. Estos aliados son los votos provinciales, excluyendo de antemano al kirchnerismo.

Caputo señaló que, en algún momento, el sistema político debe tener una mayoría consolidada que incluya al gobierno y a otros partidos para que el país avance por un solo rumbo. Esto es fundamental porque, a diferencia de otros países de la región (como Chile, Brasil o Uruguay), que mantienen un rumbo económico capitalista y liberal de fondo sin importar quién gane, Argentina está acostumbrada a jugar "a blanco o negro". De hecho, el ministro atribuyó la turbulencia reciente en los mercados a la desconfianza sobre un buen resultado electoral para el oficialismo.

Reconocer errores y buscar incentivos

El ministro de Economía no solo tendió un puente, sino que también hizo una autocrítica. Reconoció que han maltratado a los gobernadores y que algunos se fueron enojados. Asumió la responsabilidad, siendo él el principal responsable de no girar fondos a las provincias. Caputo declaró que esta situación debe cambiar y revisarse, lo que sugiere una nueva etapa en la que el gobierno buscará mostrarse conciliador para obtener las leyes que necesita de manera perentoria.

Para lograr acuerdos, los gobernadores deben tener incentivos y conveniencia mutua. No se trata de "plata por abajo de la mesa," sino de una conveniencia recíproca. Los gobernadores tienen la necesidad de acordar y, en una amplia mayoría (excluyendo a las cinco provincias gobernadas por el kirchnerismo), comparten una convicción sobre el rumbo capitalista y liberal de la Argentina. La política es, precisamente, acordar con quienes son diferentes, ya que los iguales ya están de acuerdo de antemano.

El planteo de Caputo se basa en el sentido común: los acuerdos estructurales que necesita la economía (para que la economía arranque) requieren un consenso de la mitad más uno tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado. Es en ese punto donde entran a jugar los gobernadores que no son "del palo", como Pullaro o Llaryora. No obstante, cabe la pregunta: si bien Caputo está reconociendo este proceso de negociación, ¿el presidente lo tiene tan claro?.

El desorden interno y las señales externas contradictorias

Si bien el ministro Caputo profesa este planteo componedor, el mercado (que no hace segundas lecturas) suele ser mucho más artero. Este mensaje de acuerdo se complica cuando internamente el gobierno muestra desorden. Un ejemplo de esto fue la renuncia, o más bien el despido, de Gerardo Werthein. El hecho de que se hable mal del excanciller y que haya discusiones dentro de la mesa chica de LLA genera una paradoja: ¿Cómo lograrán acuerdos con externos si no logran ponerse de acuerdo internamente?. El gobierno necesita ordenarse internamente para ser efectivo.

En el plano externo, los apoyos también se muestran ambiguos. El éxito restante del gobierno se basa en contar con apoyo externo, especialmente de Estados Unidos. Donald Trump está ayudando a un amigo (Milei) porque considera conveniente tener un aliado estratégico en la región. Sin embargo, existen contradicciones: el secretario de ganadería de EE. UU., Brook Rollins, criticó la posibilidad de comprar carne argentina por supuesta aftosa, una enfermedad que Argentina no tiene hace 20 años.

Estos mensajes políticos tienen diferentes públicos. Mientras Trump apoya políticamente, hay oposición interna en EE. UU. (demócratas y sectores como los chacareros) que buscan proteger sus intereses. Hay que tener cuidado al tomar las palabras literalmente en política.

La ayuda extraordinaria y la pregunta fundamental

Más allá de los discursos y las contradicciones, los hechos son los que mandan. Existe una situación inédita y sin precedentes históricos: Argentina tiene el mercado de cambios intervenido por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. El Tesoro estadounidense está vigilando el precio del dólar, realizando intervenciones y poniendo dinero para mantener el tipo de cambio quieto. Esto constituye una ayuda extraordinaria y concreta que está salvando a Argentina de una crisis peor y una devaluación brutal.

Esto es lo concreto. No obstante, esta realidad obliga a preguntarnos: ¿Por qué necesitamos esa ayuda extraordinaria de Estados Unidos? Si bien la ayuda es fantástica porque nos está salvando, la pregunta fundamental es por qué le pasó lo que le pasó al plan económico del ministro Caputo y qué se hizo mal para necesitar un apoyo de tal magnitud. Es una pregunta razonable que está en la mente de mucha gente.

Fuente: Cadena 3

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