Jueves 9 de Octubre de 2025

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OPINIÓN

9 de octubre de 2025

¿Rockstar o Presidente? El dilema de Milei entre el escenario y la crisis

¿Rockstar o Presidente? El dilema de Milei entre el escenario y la crisis

En una noche que pareció sacada de un concierto de rock más que de un acto político, el presidente Javier Milei se subió al escenario del Movistar Arena ante 15.000 personas para cantar covers de clásicos argentinos, como "Panic show" de La Renga, y presentar su nuevo libro, La construcción del milagro.

El evento, el lunes por la noche, combinó música, discursos motivacionales y un llamado a sus seguidores a resistir contra los "kirchneristas".

Pero en medio de una tormenta perfecta de urgencias gubernamentales, ¿era conveniente para Milei montar este espectáculo?

¿O se trata de una desconexión que podría costarle caro, especialmente entre los sectores medios que lo catapultaron a la Casa Rosada?

Analicemos el contexto. Argentina atraviesa una situación económica delicada: el Banco Mundial acaba de recortar su proyección de crecimiento para 2025 al 4,6% y advirtió sobre "profundos desafíos" persistentes, como la recesión y el ajuste fiscal.

La inflación se estima en un 29,8% para el año entrante, según analistas consultados por el Banco Central, y el Riesgo País sigue reflejando desconfianza en los mercados internacionales.

A esto se suma la crisis política interna, con negociaciones en Washington para un posible nuevo acuerdo con el FMI que podría implicar devaluación y más recortes.

El gobierno de Milei, que prometió una "audaz apuesta" por la estabilidad, aún no ha entregado los frutos esperados, y millones de argentinos sienten el peso de la incertidumbre diaria.

Y luego está el escándalo que sacude al oficialismo: la renuncia de José Luis Espert a su candidatura a diputado por La Libertad Avanza, tras revelarse sus vínculos con Fred Machado, un empresario acusado de narcotráfico que le habría entregado más de 200.000 dólares y prestado un avión.

Milei, que inicialmente defendió a Espert acusando a la oposición de una "operación siniestra", terminó aceptando su dimisión y promovió a Diego Santilli como reemplazo.

Este episodio no solo expone fisuras en el círculo íntimo del presidente –con rebeliones internas que forzaron la salida–, sino que llega semanas antes de las elecciones legislativas de mitad de mandato, donde La Libertad Avanza busca evitar una derrota abrumadora.

En este panorama, el show del Movistar Arena podría interpretarse como un audaz relanzamiento de campaña: Milei, fiel a su estilo disruptivo, motiva a su base dura con un mix de rock y retórica anti-sistema, pero para recordarles que "no ganaron la batalla".

Sus seguidores lo celebran como un "sueño cumplido", y en redes sociales como X, hay ecos de entusiasmo: "Que bien que pusimos el voto", dice un usuario, mientras otro destaca la "energía a full".

Para un presidente que se posiciona como outsider, estos actos refuerzan su imagen de "rockstar" contra la casta política, y podrían ayudar a desviar el foco del escándalo Espert, como sugieren algunos memes y comentarios irónicos en la plataforma.

Sin embargo, la conveniencia es dudosa. En un país con "crisis sin precedentes", como lo describen críticos en X, optar por un espectáculo de casi dos horas –que incluyó hasta una pausa para "bañarse y vestirse"– puede percibirse como una frivolidad irresponsable.

Opositores lo tildan de "vergüenza ajena" porque, dicen, distrae de problemas reales como el pacto con el narcotráfico que salpica al gobierno.

Más aún, encuestas recientes muestran una caída en la imagen de Milei post-escándalo, lo que sugiere que estos excesos no pasan desapercibidos.

El impacto más crítico podría darse en los sectores medios que lo votaron en 2023, atraídos por promesas de shock económico y fin de la inflación.

Estos votantes, profesionales, empleados y pequeños empresarios, esperaban un líder enfocado en soluciones concretas, no en shows.

En un momento de ajuste y recesión, ver al presidente cantando mientras el dólar blue sube y el empleo precario se multiplica podría generar frustración y alienación.

Si bien su base ideológica aplaude el carisma, los moderados –que representan un voto volátil– podrían interpretarlo como una desconexión elitista, similar a cómo criticaban a gobiernos anteriores.

Al final, Milei apuesta a que su estilo único lo salve en las urnas, pero el riesgo es alto.

¿Sirve un concierto para tapar las grietas de un gobierno en crisis?

Los sectores medios, que lo eligieron por esperanza económica, podrían empezar a preguntarse si votaron a un reformador o a un showman.

La respuesta se verá en las elecciones, pero por ahora, el show debe continuar... ¿a qué costo?

Fuente: Cadena 3

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