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POLITICA

22 de noviembre de 2017

Pullaro dijo sentirse "espiado" y se reunió sin taquígrafos con diputados

El ministro de Seguridad reiteró que “armaron” una causa judicial en su contra. Negó la existencia del delito de cohecho en esa investigación y volvió a cuestionar la legalidad de la intervención a su celular. No hizo autocrítica de la gestión.

Con buena parte de su gabinete, el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, concurrió esta mañana a la presidencia de la Cámara de Diputados. Lo esperaban legisladores de todas las bancadas, aunque sin taquígrafos, ni asesores, ni periodistas. Ésa fue la condición que impuso el oficialismo para habilitar la concurrencia del funcionario a la Legislatura, varias veces peticionada por la oposición. Las primeras citaciones habían tenido que ver con los diferentes hechos de corrupción que salpicaban a la Policía santafesina. Pero la situación evolucionó, y los últimos pedidos de los diputados se focalizaron en las escuchas que trascendieron a la luz de una causa judicial en la que se investigaba el presunto cohecho, en el marco de un concurso de ascenso. Hoy, Pullaro dijo que esa causa que lo tenía también como presunto responsable del eventual delito fue “inventada”, y reiteró que la intervención a su teléfono celular “fue ilegal”. Antes de ingresar a la reunión, que se realizó a puertas cerradas, el ministro dialogó con los medios y reiteró su argumento defensivo. “A mí se me armó una causa judicial con una clara intencionalidad política porque se partió de la base de un delito que no era tal. Ya a esta altura quedó absolutamente claro que eso no constituía el delito de cohecho. Como comenzó esta investigación fue diciendo que se había cometido ese delito; se armó una causa. Se intervino un teléfono celular de manera ilegal porque se le mintió al juez; se le dijo que no se sabía de quién era ese teléfono cuando en todas las conversaciones (el interlocutor) dice ‘buen día ministro’. El fiscal le escondió al juez la causa que estaba llevando adelante. Después todas estas escuchas se difundieron a quien la quisiera tener”, se quejó. Pullaro aseguró, incluso, que “se estaban vendiendo” algunas de esas escuchas, y dijo sentir que lo “espiaron durante mucho tiempo”. — Al margen de que no haya habido delito como usted lo dice y el fiscal lo sugirió, lo que queda a la luz de las escuchas es un intento de digitar el ascenso de un comisario o simular un operativo de seguridad en la ciudad de Rafaela ¿Para usted eso es correcto?¿No merece alguna autocrítica de su gestión? -preguntó El Litoral. —Que no haya delito no es un hecho menor. Tiene que quedar en claro eso... A mí me pueden escuchar el teléfono un año; a mí me pueden volver a espiar un año, como me espiaron, pero no van a encontrar ningún delito... —El fiscal no descartó otros delitos como incumplimiento de los deberes de funcionario público -advirtió otro colega. —Bueno, pero se comenzó hablando de cohecho... —Dejemos al juez y fiscales que hagan su trabajo (y determinen si hubo o no delito). Yo pregunto si es correcto todo lo que usted hizo como ministro y que quedó evidenciado a la luz de las escuchas ¿Se siente satisfecho o hace alguna autocrítica? -insistió este diario. —Le voy a decir una cosa... Primero, al no haber delito, la intervención telefónica fue ilegal. Constituyeron un fraude procesal que se llevó a cabo y que lo pidieron un fiscal y un fiscal adjunto. La conversación que tuve, por ejemplo en el caso de la ciudad de Rafaela (donde pareció simularse un operativo de seguridad antes de las elecciones sólo para dejar conforme al intendente de esa ciudad) es una conversación editada, fraccionada, que no sigue el hilo conductor de las diferentes conversaciones que yo había tenido. Antes de esa conversación que salió a la luz, el intendente me llamaba preocupado por un robo en una escuela, y me pedía un operativo de alta visibilidad. Entonces hay que pasar una escucha y la anterior porque si no, es descontextualizado. —Con todo lo que ha pasado ¿quiere seguir siendo ministro de Seguridad?¿Le gustaría estar en otro cargo? —El gobernador Miguel Lifschitz me dio toda la confianza para que continuemos gestionando la seguridad pública de la provincia, y nosotros ratificamos todo nuestro esfuerzo desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche para que la seguridad pública pueda seguir mejorando. Hace un año atrás el problema de violencia en la provincia era grave; hoy tenemos 110 homicidios menos... Por supuesto que quiero seguir siendo ministro; estoy a disposición de Carlos Fascendini y Miguel Lifschitz, de Miguel Lifschitz y de Carlos Fascendini, que son quienes conducen el gobierno de la provincia. Vamos a seguir dando todo aunque sepamos que trae estos costos políticos y personales. Pero hay que preguntarse a quién favorece todo este proceso, quiénes querían que nosotros no saliésemos fortalecidos... Miren lo que sucedió; se arma una causa, se hacen escuchas ilegales y cuando se ve que esas escuchas no encierran delito, se las dan a cuento medio de comunicación las quiera tener o comprar. No le quepan dudas de que quienes armaron todo esto son los sectores oscuros de la policía; el fiscal fue un instrumento de estos sectores. Respaldo y críticas Mientras todos los sectores del oficialismo quedaron muy satisfechos con las explicaciones del ministro y le brindaron un contundente respaldo, el justicialismo insistió con sus dudas sobre las medidas y políticas en curso. Incluso Héctor Cavallero cuestionó el hecho de que el encuentro se haya acotado a dos horas de duración, por cuanto Pullaro debía viajar a Buenos Aires.

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