CAMPO
23 de julio de 2025
Lucas Magnano, de Coninagro: “Debería comenzar pronto una baja de retenciones”

En diálogo con Cadena 3, el presidente de esa entidad agropecuaria se refirió a la reciente reunión que mantuvieron con Milei: “Ha sido muy fructífera”. Además, dijo que el sistema cooperativo “ha sido manoseado en nuestro país”.
Estamos en una de las grandes muestras agropecuarias del país. ¿Cómo resumirías el panorama del sector agropecuario y ganadero en Argentina a mitad de este año?
El año comenzó con una catástrofe climática que afectó gravemente al sector, pero logramos revertir la situación gracias a los buenos rindes obtenidos. Esto no es casualidad, sino el resultado de fuertes inversiones en tecnología y producción, que nos permiten enfrentar adversidades climáticas con mayor flexibilidad. Aunque la situación es dispar, con regiones como Chaco, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y La Pampa enfrentando distintos desafíos, hay una luz de esperanza. Las medidas tomadas el año pasado para la lechería y la ganadería, junto con la respuesta rápida de los productores a estos incentivos, muestran un camino hacia la normalización y el crecimiento, siempre que no surjan imprevistos.
A diferencia de otros sectores de la economía, el campo parece tener una capacidad de recuperación más rápida gracias a la reinversión constante de los productores y las cooperativas. ¿Es esto una ventaja clave?
Sin duda. En Coninagro, el modelo cooperativo facilita la inversión y el financiamiento, lo que agiliza la recuperación. Aunque representamos a pequeños, medianos y grandes productores, el cooperativismo nos da un plus para llevar adelante nuestras prácticas de manera más eficiente, incluso en contextos complejos.
Coninagro parece distinguirse dentro de los gremios agropecuarios por su vínculo con las cooperativas. ¿Cómo funciona la organización y qué la hace diferente?
Coninagro nuclea a más de 20 economías regionales, con 9 federaciones y entre 120 y 150 mil productores asociados. Nuestra fortaleza radica en la diversidad y en la experiencia que tenemos en toda la cadena, desde el campo hasta la góndola. Esto nos da una visión integral, aunque a veces enfrentamos intereses diversos. La gestión de nuestras cooperativas está a cargo de los propios productores, lo que nos permite potenciar la producción y la comercialización de manera efectiva.
El modelo cooperativo que representa Coninagro, ¿se replica en otros países o es algo particular de Argentina?
El cooperativismo existe en otros países, como Uruguay y Brasil, donde participamos en espacios como la Copsur. Sin embargo, en Argentina el sistema ha sido más castigado y manipulado, especialmente por gobiernos que lo han usado políticamente o como caja. En Coninagro, trabajamos para aprovechar los beneficios del cooperativismo sin caer en esas prácticas.
Como presidente de una entidad nacional, pero oriundo de un pueblo del interior de Santa Fe, ¿creés que tu origen te da una perspectiva diferente frente a las visiones de las grandes ciudades?
Sí, venir del interior ofrece una mirada distinta, más cercana a la realidad productiva. En los pueblos, la producción funciona y es el motor de muchas comunidades, algo que no siempre se comprende en las grandes ciudades. Esta perspectiva es clave para entender los desafíos diarios del sector y para llevar esa voz a los debates nacionales.
Hay una percepción en las ciudades de que el campo a veces es visto con prejuicios. ¿Cómo enfrentan esto desde el sector?
Hemos sido víctimas de una narrativa que generó prejuicios contra el campo, especialmente en la batalla cultural. Esto nos obliga a trabajar más cerca de la sociedad, tanto en pueblos como en ciudades, para mostrar nuestra importancia. La producción primaria es la base de muchas comunidades, y necesitamos estar presentes, incluso en la educación, para forjar una Argentina productiva sin adoctrinamientos.
La semana pasada, los presidentes de la Mesa de Enlace se reunieron con el presidente Javier Milei. ¿Qué balance hacés de ese encuentro?
Si esperábamos anuncios concretos, el resultado fue decepcionante. Sin embargo, valoro el tiempo que el presidente dedicó y la forma en que se desarrolló la reunión. Milei mostró comprensión y apoyo al sector, algo que él mismo ha expresado públicamente. Se abordaron todos los temas, incluidas las retenciones, y fue una reunión fructífera. Ahora esperamos que se traduzca en medidas concretas.
Sobre las retenciones, un reclamo histórico del sector, ¿qué dicen los asociados de Coninagro? ¿Hay consenso en que es urgente bajarlas?
Hay diversidad de opiniones. Algunos productores exigen una baja inmediata de las retenciones, mientras que otros están más enfocados en su producción. Sin embargo, todos coincidimos en que eliminar las retenciones es crucial para que el dinero quede en el bolsillo del productor. Esto no solo aumentaría la rentabilidad, sino que permitiría prácticas más sustentables, como fertilización y cuidado del suelo. Perdimos más de 20 años con retenciones que no se tradujeron en infraestructura ni desarrollo, y esa oportunidad no debe repetirse.
¿Cómo explicás que medidas como la prohibición de exportar carne o trigo hayan sido tomadas por gobiernos, considerando la capacidad productiva de Argentina?
Esas medidas, como la prohibición de exportar carne hace pocos años, fueron absurdas. No solo no lograron bajar los precios internos, sino que perjudicaron a los productores y al país al perder mercados internacionales que aún no recuperamos. Argentina tiene una capacidad productiva enorme para alimentar a su población y exportar, pero hemos tenido gobiernos que no entendieron esto. Necesitamos políticas que combinen mercado interno y exportaciones, campo e industria, para potenciar el crecimiento.
Comparado con países como Brasil, que tienen una macroeconomía más ordenada, ¿qué le falta a Argentina para aprovechar su potencial agropecuario?
Argentina necesita un equilibrio macroeconómico sólido, con reservas altas y seriedad en la gestión. Países como Brasil muestran que una macroeconomía ordenada es clave para el crecimiento. En Argentina, las políticas del pasado generaron pobreza y desigualdad. Espero que el actual gobierno logre consolidar esta estabilidad para que el campo y el resto de la economía puedan despegar.
Para cerrar, ¿qué libro recomendarías a nuestros oyentes?
Recomiendo "La historia del agro argentino, desde la conquista hasta comienzos del siglo XXI", de Osvaldo Barsky y Jorge Gelman. Es un libro fascinante que recorre los orígenes de la producción agropecuaria en Argentina, desde los primeros cultivos en Santiago del Estero hasta la evolución del sector, mostrando cómo se entrelaza con la historia del país.
Fuente: Cadena 3

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