AGRICULTURA
15 de julio de 2025
Cultivos de servicio: producir mejor con lo mismo, sin aumentar insumos

Con prácticas ajustadas y planificación precisa, productores logran mejorar rindes y eficiencia hídrica en diversas regiones del país. La integración con ganadería y la medición constante potencian los beneficios agronómicos y económicos del sistema.
En la antesala del Congreso Aapresid 2025, que se realizará del 6 al 8 de agosto en La Rural de Palermo bajo el lema «Código Abierto», la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa pone el foco en el impacto creciente de los cultivos de servicio, también conocidos como cultivos de cobertura. Ya no se trata solamente de proteger el suelo: productores y técnicos demuestran que estas prácticas también suman rentabilidad y eficiencia tanto a la agricultura como a la ganadería.
Inicialmente pensados como herramientas para mejorar la salud del suelo y brindar “servicios ecosistémicos” —como cobertura vegetal, fijación biológica de nitrógeno y control de malezas—, los cultivos de servicio hoy se integran en esquemas más amplios, donde aportan beneficios agronómicos y económicos.
Cómo combinar agricultura y ganadería sin comprometer el suelo
Guillermo Rivetti, asesor de la Regional Aapresid Del Campillo, desarrolla desde hace más de 15 años un sistema de producción adaptado a las condiciones del sur de Córdoba. En una región caracterizada por suelos de textura gruesa y lluvias concentradas en pocos meses, diseñó un modelo de alta eficiencia en el uso del agua. Su estrategia combina rotaciones agrícolas intensas con cultivos de servicio como vicia y centeno, integrando además una fase ganadera planificada.
Este sistema mantiene el suelo con cobertura y raíces vivas durante el 80% del ciclo bianual, minimizando barbechos y reduciendo la erosión eólica. Los cultivos de servicio no solo mejoran la estructura y fertilidad del suelo, sino que también son utilizados como forraje invernal para ganado, bajo una regla estricta: solo se pastorea el 50% de la biomasa. Esto garantiza la preservación del suelo y la disponibilidad de agua para el cultivo siguiente.
En ensayos recientes, se registraron pérdidas de hasta 400 kg/ha de maíz por sobrepastoreo.
“Medimos todo: evolución del suelo, agua útil, eficiencia del barbecho. Es un sistema basado en datos, no en intuición”, afirma Rivetti. Y asegura que durante el invierno el sistema puede generar entre 90 y 110 kilos de carne por hectárea sin comprometer los rendimientos agrícolas posteriores.
Cultivos de cobertura en zonas semiáridas: estrategias y desafíos
En el sudeste bonaerense, donde el clima impone otras restricciones, el técnico Matías Duval de la Regional Bahía Blanca también apuesta por cultivos de servicio de doble propósito. Aunque las limitantes hídricas son marcadas, se ensayan combinaciones de vicia, centeno, avena y triticale para lograr cobertura y forraje estratégico.
“La clave es sembrar temprano, pero muchas veces la falta de humedad lo dificulta”, comenta Duval. Aquí también el manejo del pastoreo es fundamental. Un consumo excesivo puede reducir la cobertura y afectar los rendimientos del cultivo siguiente. En ensayos recientes, se registraron pérdidas de hasta 400 kg/ha de maíz por sobrepastoreo.
También son utilizados como forraje invernal para ganado, bajo una regla estricta: solo se pastorea el 50% de la biomasa
A pesar de no contar aún con datos consolidados, los beneficios en control de malezas y mejora de la estructura del suelo impulsan la adopción. El objetivo a futuro es seguir ajustando momentos de siembra, mezclas de especies y planificación forrajera.
Intersiembras y cobertura viva: claves del manejo sustentable
En otras regiones, donde la ganadería no está tan presente, los cultivos de servicio también ganan terreno como parte estructural de sistemas agrícolas intensificados. Segundo Garciarena, productor de la Regional 25 de Mayo, implementa intersiembras a gran escala, con vicia y centeno que se siembran a voleo, incluso antes de finalizar el cultivo de renta.
Esta práctica permite aprovechar humedad residual y mantener el suelo activo durante más tiempo. “Logramos sembrar maíz en condiciones en que otros no podían, gracias a la humedad conservada por el centeno”, detalla Garciarena.
La siembra al voleo de vicia y centeno permite aprovechar humedad residual y mantener el suelo activo durante más tiempo en 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires.
La fertilización de los cultivos de servicio también forma parte del manejo técnico. En su esquema, además, se incorpora un pastoreo rotativo y moderado posterior a la cosecha del maíz, que se extiende durante agosto, con el objetivo de mantener un remanente de biomasa suficiente.
A pocos días del inicio del Congreso Aapresid, los cultivos de servicio aparecen como una tecnología en constante evolución. Ya no son solo herramientas para el cuidado del suelo: son componentes activos de sistemas productivos cada vez más eficientes, resilientes y sustentables.
“Esto no es solo agronomía, es una nueva forma de pensar la producción”, resumen desde la entidad. En un contexto de desafíos climáticos y económicos, los cultivos de servicio ofrecen una alternativa concreta para mejorar la rentabilidad sin resignar sostenibilidad.
Fuente: Aire Agro

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