CULTURA
23 de mayo de 2025
El origen del mate: ¿cuándo y quién lo creó?

En las tierras guaraníes, esta infusión nació como un regalo de los dioses. Hoy, une a Argentina en un ritual de amistad y tradición que trasciende fronteras.
El mate, esa bebida icónica que define la identidad argentina, tiene sus raíces en las comunidades guaraníes de América del Sur, mucho antes de la llegada de los colonizadores europeos.
Según la tradición oral guaraní, el mate fue un obsequio de las deidades Tupá y Arasy, quienes, conmovidos por la hospitalidad de un anciano, le ofrecieron la planta de yerba mate (Ilex paraguariensis) como símbolo de amistad y gratitud.
Los guaraníes comenzaron a cultivar y consumir la yerba, masticándola o infusionándola en agua caliente dentro de calabazas huecas, utilizando una bombilla hecha de caña.
Este ritual, inicialmente espiritual, se convirtió en una práctica cotidiana que fortalecía los lazos comunitarios.
Con la llegada de los jesuitas en el siglo XVI, el cultivo de la yerba mate se sistematizó en las misiones de lo que hoy es Argentina, Paraguay y Brasil.
Los sacerdotes, fascinados por sus propiedades estimulantes, promovieron su producción y consumo, integrándola a la vida colonial.
Sin embargo, fueron los gauchos, los jinetes nómadas de las pampas argentinas, quienes consolidaron el mate como un pilar cultural.
Para ellos, compartir un mate alrededor de un fogón era más que un acto social: era un ritual de camaradería, confianza y resistencia frente a las adversidades.
La repercusión cultural en Argentina
En la Argentina moderna, el mate trasciende clases sociales, regiones y generaciones. Es un símbolo de identidad que une a las personas en rondas donde se comparten historias, risas y silencios.
Según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate, el 90% de los hogares argentinos consumen mate regularmente, con un promedio de 6,4 kg de yerba por persona al año.
Este hábito no solo es una tradición, sino también un motor económico: la yerba mate genera miles de empleos en provincias como Misiones y Corrientes, donde se concentra su producción.
El mate es mucho más que una bebida; es un lenguaje universal en Argentina. En las ciudades, en el campo, en reuniones familiares o entre desconocidos, el mate circula como un gesto de hospitalidad.
Su presencia en la literatura, la música y el arte refuerza su estatus como emblema cultural. Desde los versos de José Hernández en Martín Fierro hasta las canciones de Charly García, el mate es un hilo conductor que teje la memoria colectiva del país.
En un mundo globalizado, el mate ha cruzado fronteras, conquistando paladares en Europa, Estados Unidos y más allá. Sin embargo, en Argentina, sigue siendo un ritual sagrado, un puente entre el pasado guaraní y el presente, que invita a detenerse, compartir y celebrar la vida.
Fuente: Cadena 3

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