SANTA FE
22 de abril de 2025
El paso del Papa Francisco por Santa Fe: la escuela donde vivió como maestrillo y profesor de literatura

El Papa Francisco vivió en el Colegio Inmaculada Concepción de Santa Fe entre 1964 y 1965. Fue maestrillo y profesor de lengua y literatura.
El papa Francisco murió este lunes 21 de abril, a los 88 años. Entre 1964 y 1965, Jorge Mario Bergoglio, fue maestrillo y profesor de lengua y literatura en el Colegio de la Inmaculada Concepción de Santa Fe. Entre las tantas anécdotas que pasaron a la historia tras su paso por la ciudad, está la visita de Jorge Luis Borges al grupo de alumnos de cuarto año del profesor Bergoglio.
Esta escuela donde vivió en su juventud el Papa forma parte del circuito turístico “Manzana Jesuítica: el paso del Papa Francisco en la ciudad de Santa Fe”, que muestra el recorrido de Bergoglio por la capital provincial como maestrillo de la institución.
El paso del Papa Francisco por Santa Fe
La coordinadora de la Manzana Jesuítica, Milagros Keers, contó en AIRE detalles del proyecto. "Bergoglio estuvo casi dos años como maestrillo. Dentro del proceso de formación que tiene una persona para ser ordenado como sacerdote jesuita, hay dos años que es un proceso que cumple después de haber estado dos años más o menos haciendo la licenciatura, los dirigen a un colegio para realizar una actividad en comunidad", explicó Keers en Creo, el programa de José Curiotto. "El llegó al colegio para estar al servicio de los alumnos y de la comunidad. No era sacerdote todavía. No llegaba a los 30 años", señaló.
"Él vino como profesor de lengua y literatura y lo dejan a cargo de la biblioteca de Inmaculada", contó la mujer. "Se hacía cargo como tutor de los alumnos internos", dijo. "Dentro de una de las iniciativas que tuvo en la academia de literatura fue la visita de Jorge Luis Borges", reveló Keers.
En el patio del Sagrado Corazón del colegio Inmaculada y en sus varias plantas se encontraban las habitaciones de los padres, hermanos y maestrillos jesuitas. Actualmente, la habitación de Francisco en su paso por la ciudad se encuentra recreada en una gran sala en la planta alta junto a numerosas fotografías de su infancia. Se trata de una habitación sencilla con una cama y un escritorio, pero colmada de humildad, como la cruz de madera que lleva sobre su corazón.
La muestra, que resalta el paso del Papa por la ciudad, cuenta con una señalética especial donde están identificados cada uno de los lugares representativos. También, con cinco islas temáticas que se pueden recorrer con guías capacitados, videos testimoniales de quienes fueron sus alumnos y de la historia de la manzana jesuita en general.
Un colegio jesuita
La necesidad de «abrir puertas a la tierra» llevó a Juan de Garay a fundar la ciudad de Santa Fe en 1573. A este pobre caserío junto al río llegaron los padres jesuitas para levantar, desde 1610, su templo y colegio junto a la plaza principal. Allí impartirán la enseñanza elemental y superior, en medio de penurias y limitaciones que harán dudar sobre la supervivencia de la comunidad.
La mañana del 9 de mayo de 1636, en el templo jesuita, un acontecimiento extraordinario conmocionó a todos y se inscribió en la memoria de los santafesinos. De un lienzo pintado con la imagen de la Virgen Inmaculada comenzó a brotar agua cual milagroso sudor o manantial inagotable. Los sacerdotes dieron cuenta del prodigio y en medio de los clamores de la gente que concurrió se enjugaron algodones y lienzos, que fueron atesorados como reliquias.
Se labraron actas ante el poder civil y eclesiástico; el fenómeno fue calificado como un «Milagro», renovado entre aquellos que testimoniaron la cura de enfermedades al aplicar sobre los dolientes los algodones humedecidos aquel día.
Amenazado por inundaciones y aborígenes, la ciudad se trasladó hacia el sur hasta su actual emplazamiento, por lo que el nuevo templo y colegio se levantaron al este de la plaza principal.
Con la expulsión de la Compañía de Jesús, en 1767, se cierra el colegio y el templo es encargado a los padres mercedarios. Tras los duros años de la emancipación y luchas por la organización nacional, los gobernantes solicitan la presencia de los padres jesuitas en Santa Fe.
El 9 de noviembre de 1862 se reabre el Colegio «bajo la advocación de la Concepción Inmaculada de Nuestra Señora», comenzando una etapa de expansión y reconocimientos. En 1988 se abre el Jardín de Infantes y el año siguiente el Nivel Primario, incorporándose sus planteles docentes y edificándose sus instalaciones, siempre en la histórica manzana del colegio.
La estructura se completa con nuevas obras en el Ateneo y la incorporación del Campo de Deportes, ubicado al otro lado del río Salado. Toda esta fecunda trayectoria no hubiera sido posible si el colegio no conservara su sentido educativo y apostólico, proyectado por sus sacerdotes y laicos en las aulas, en las capillas del cercano Alto Verde o dondequiera los lleve esta Misión, que encuentra en Nuestra Señora de los Milagros su principal símbolo.
Fuente: Aire Digital

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