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INTERNACIONALES

6 de noviembre de 2017

Tiroteo en una iglesia de Texas: hay al menos 26 muertos

Fue en la pequeña localidad de Sutherland Springs. Un hombre abrió fuego en una misa.

Las matanzas parecen no tener freno en los Estados Unidos. Pocos minutos después de las 11.30 de la mañana, el hombre ingresó a una iglesia bautista de una pequeña comunidad rural en Texas y disparó a mansalva contra los feligreses en plena misa. En medio de la desesperación de la gente que se tiraba al piso e intentaba refugiarse de las balas entre los bancos, el asesino mató al menos a 26 personas, entre ellas la hija del pastor, de 14 años, y decenas resultaron heridas. El tirador murió tras escapar en su vehículo. Se ignora aún quién lo abatió. La matanza ocurrió en el templo First Baptist Church, en Sutherland Springs, una comunidad de unas 500 personas a 45 kilómetros al sureste de San Antonio, que enseguida se pobló de fuerzas de seguridad, incluido el FBI. Según el gobernador de Texas, Greg Abbott, el número de víctimas fatales ascendía a por lo menos 27. De confirmarse estos números, sería la matanza más sangrienta en una iglesia en la historia moderna de los Estados Unidos. Varios testigos declararon que el hombre –que extraoficialmente fue identificado como Devin Patrick Kelley, de 26 años—abrió fuego contra los fieles aparentemente con un rifle de asalto semiautomático, que permite disparar ráfagas de forma continuada. El pastor de la iglesia, Frank Pomeroy, dijo a ABC news que su hija, de 14 años, estaba entre los fallecidos. Se desconocen los motivos que habrían llevado a Kelley, que vive en un suburbio cerca de San Antonio, a cometer la masacre en Sutherland Spring y tampoco se sabe si estaba ligado a algún grupo terrorista. La policía y el FBI estaban investigando su casa y en sus redes sociales en busca de pistas. Aparentemente había subido a Facebook hace unos días una foto suya con un rifle semiautomático. José González, un cajero de una estación de servicio frente al templo dijo a la CNN que escuchó unos 20 disparos “en rápida sucesión mientras se realizaba la misa”. “Estamos en shock”, agregó. ​El hecho alteró la calma de esa pequeña comunidad rural, de mayoría de población anglosajona y con un 20% de origen latino. “Es gente tranquila y buena, que vive del campo y la ganadería, o trabaja en el sector de petróleo y energía”, dijo González. Esta matanza volvió a conmover a los Estados Unidos, pocos días después de que un hombre nacido en Uzbekistán, con residencia estadounidense, embistiera con su camioneta y matara a 8 personas (entre ellos 5 argentinos) que circulaban en una bicisenda en Manhattan. Y poco más de un mes de que Stephen Paddock disparara desde una habitación de un hotel de Las Vegas, Nevada, matando a 58 personas e hiriendo a centenares de personas que asistían a un concierto al aire libre. El último ataque en una iglesia había ocurrido hace dos años, cuando un supremacista blanco, Dylann Roof, entró en una iglesia negra de Charleston, en Carolina del Sur, y mató a tiros a nueve personas. Mirá también Unos 300 argentinos corrieron el Maratón de Nueva York con cintas negras en señal de luto Diana Segura, de 69 años, estaba en su casa, a pasos de la iglesia, cuando fue sobresaltada por una serie de ruidos tan fuertes que pensó que había explotado algún motor cerca de su vivienda. Minutos después, su calle usualmente tranquila se había colmado de patrulleros y de sirenas, pero sobre todo de una imagen que jamás podrá olvidar, según relató a The Washington Post: decenas de cuerpos en el suelo fuera de la iglesia donde ella suele ir a misa. “Esta es una pequeña comunidad y nunca pasa nada por acá”, dijo. “Somos familia aquí y esa iglesia siempre está llena de amigos”. “Es una pequeña ciudad, puedo imaginar que la gente está devastada. Y todos en esta comunidad tiene una relación muy cercana con los muertos o los heridos”, dijo el fiscal Paxton.​ Tiroteo en una iglesia de Texas: hay al menos 26 muertos Personal de emergencia responde al tiroteo fatal en Texas (AP) Poco después del ataque, el presidente Donald Trump, que está en Japón como parte de una extensa gira asiática, escribió en su cuenta de Twitter que seguía de cerca la situación y “que Dios bendiga a la gente de Sutherland Springs”. El gobernador de Texas, Greg Abbott, escribió un mensaje en su cuenta de Twitter: “Nuestras oraciones están con todos los que fueron perjudicados por este acto malvado. Nuestro agradecimiento a las autoridades por su respuesta”, manifestó. El senador republicano y excandidato presidencial, Ted Cruz, también expresó en las redes sociales su solidaridad con las víctimas Mirá también Nueva York: los sobrevivientes del atentado apuran su regreso La palabra de Donald Trump El presidente de los Estados Unidos se encuentra por una gira asiática. Desde Japón, dijo estar "monitoreando la situación":

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