- ¿A García Mansilla lo votaría?

- Tenía un excelente concepto respecto a García Mansilla. No solamente por lo que fue la audiencia en el Senado donde fue super sólido, sino por todo lo que tiene que ver con su carrera hasta el momento. Gente de la justicia admite que García Mansilla es impecable.

Por eso me deba votarlo a favor. Cuando asumió en comisión en la Corte, me decepcionó un poco porque durante la audiencia había dicho que no estaba de acuerdo con esa forma de asumir.

Me quedé con dudas. Ahora me pareció muy correcto lo que hizo votando en contra de que Lijo se pueda tomar esa licencia para poder ingresar en la Corte. Su voto fue importante porque estamos hablando de que hay cuatro jueces en la Corte y además fue contrario a la voluntad del gobierno que lo propuso.

Él está pendiente de un hilo porque si no lo vota el Senado se va a su casa. Me pareció una actitud valiente y mostró que para él fue importante lo que creía y sus valores. Esto cuenta a favor en la balanza.

- Explique porqué el Senado tuvo los pliegos y no los votó y habilitó al Poder Ejecutivo a dictar el decreto de nombramiento de ambos.

- No es como dice el gobierno que durante once meses tuvimos dormidos los pliegos y no pasó nada. La Constitución Nacional pide mayorías especiales, considera que es tan importante un juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que pide mayorías difíciles de conseguir.

Esas mayorías en el Senado no estaban ni para tumbarlos ni para aprobarlos. Estábamos en una situación que parecía inmóvil desde otros lugares. La realidad es que no estábamos inmóviles, no se conseguían las mayorías necesarias.

Si la Corte Suprema de Justicia de la Nación es tan importante como para que la Constitución Nacional aplique mayorías especiales -dos tercios, o sea, cada tres senadores dos lo tienen que votar en positivo- me parece que es totalmente desatinado nombrarlos en comisión, más allá de que pueda ser constitucional.

Va por el borde de la institucionalidad porque fue justo tres días antes de que comiencen las Sesiones Ordinarias del Congreso donde se lo podía seguir tratando. No estuve de acuerdo con esa decisión del Ejecutivo.

- ¿Es imposible dialogar entre el Senado y el Poder Ejecutivo en determinados temas como la integración de la Corte?

- En mí no existe ninguna posibilidad de negociación con Lijo. Es una cuestión moral, una cuestión de valores. Quizás en otros espacios había algunos pares que estaban más dispuestos a negociar y no hubo la suficiente cintura política de parte del gobierno como para que eso suceda. Tenemos personas con las que hablamos del gobierno, que son las articuladores con el Senado.

Hablamos de las leyes que quiere el gobierno. En este caso quizás no alcanzó y si no alcanzó es porque no había la suficiente certeza ni para un lado, ni para el otro. Por eso no se llegó a ningún lugar. No es que quedó en un cajoncito olvidado. Es un tema vigente, es un tema super vigente.

"Yo estuve en el Congreso"

- ¿Qué imagen le dejó el acto de apertura de sesiones del primero de marzo en el Congreso?

- El presidente dio un discurso habitual donde se hace un balance de los puntos a resaltar, de lo que va a venir. Las leyes que mandará el Ejecutivo, de la baja de edad de imputabilidad, del posible acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Estuvo bien el discurso, después se vio empañado por todo lo que sucedió más tarde.

- ¿Pero hubo un vacío en el Congreso?

- Yo fui. Fui porque me parecía que lo institucionalmente correcto era ir. Alguno puede estar enojado, alguno puede pensar distinto; no me importa lo que piense cada uno. Hay que actuar como corresponde y es lo que hice.

Es cierto que algunos senadores no podían ir porque tenían actividades en sus provincias como, por ejemplo en la provincia de Corrientes, las sesiones ordinarias empezaban también en ese mismo momento.

Radicales éramos bastantes, igual del Pro, obviamente de la Libertad Avanza, de otros partidos. Que no haya ido nadie del kirchnerismo era raro, pero es una decisión que ellos toman.

No son los reyes de la institucionalidad, sino más bien todo lo contrario, ahora de repente parece que les importara la República, de repente les importa la institucionalidad que nunca han respetado. El kirchnerismo ni la república ni la institucionalidad respetó cuando fueron gobierno.

Fuente: El Litoral