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11 de diciembre de 2024

Exclusivo: presos de Córdoba contratan a sicarios para atacar en los barrios

En pocos días hubo ataques a tiros e incendiarios contra diferentes viviendas de familiares de otros detenidos. La disputa está vinculada al control de los pabellones y el narcotráfico.

La escena impacta: cuatro jóvenes se bajan de un taxi en medio de la madrugada, corren 20 metros hasta el frente de una vivienda de calle Norberto de la Riestra al 3600, en el corazón de barrio Müller, y en segundos despliegan toda la maniobra: uno, con un bidón, empapa un portón del domicilio; otro prende fuego; el tercero descarga una nueve milímetros y el cuarto filma todo. Antes de marcharse, dejan una cartulina en la que escribieron una amenaza. Luego, corren y se trepan a un taxi Fiat Cronos con el que escapan del lugar.

En sólo un puñado de días, hubo al menos cuatro ataques similares de este tipo en diferentes barrios de la ciudad de Córdoba: Nuestro Hogar 3, Remedios de Escalada, Müller y El Pueblito, en Marqués Anexo. No hubo azar en esta seguidilla. En cada uno de estos blancos viven los familiares de personas detenidas en la cárcel de Cruz del Eje.

Allí, dentro de uno de los pabellones de mayor seguridad, hace tiempo que se viene librando una batalla por el control interno. Una puja que tiene un impacto profundo en el exterior, ya que los presos se disputan el pabellón con un doble objetivo asociado: la venta de drogas tanto adentro como afuera del penal.

Uno de los "plumas", como se conocen a los jefes de cada pabellón, está intentando ganar cada vez más territorio adentro de esa cárcel. El objetivo es controlar la usina de negocios clandestinos que hoy se desarrollan adentro de las penitenciarías de Córdoba: drogas, teléfonos, estafas y una serie de "peajes" internos.

Pero esto no es todo. También estaría intentando que los familiares de los otros detenidos vendan drogas para él, en los barrios, además de que se sumen al ejército de "mulas" que deben ingresar las dosis hacia los pabellones.

El dato surge de diversas fuentes vinculadas a los detenidos. Los informantes han aportado una serie de videos que revelan el festival de imágenes vinculadas a estos ataques que circulan en los últimos días: a las balaceras y los ataques incendiarios en los barrios se suman las amenazas de un grupo de encapuchados armados y con uniformes policiales, que nombran a reconocidos narcos de la ciudad; y a la respuesta de otros presos, quienes no tienen pudor en subir a las redes sociales videos filmados por ellos mismos adentro de los pabellones.

Hasta ahora, los ataques en los barrios habían quedado desconectados entre sí. Las distintas unidades judiciales fueron recopilando las denuncias de los propietarios de las casas quemadas, pero no las unieron en una misma trama.

Sucede que, al momento de denunciar, estas familias omitieron contar el trasfondo carcelario de toda esta historia.

Además de los cuatro ataques relevados, en diversos barrios de la ciudad los informantes aseguran que ocurrieron otras balaceras más, pero que las víctimas eligieron no denunciar.

Entre estos casos, figura el atentado a tiros que se habría producido, hace más de dos semanas, contra la vivienda familiar de un reconocido narco de la zona aledaña al cementerio San Vicente, preso desde hace un largo tiempo.

En el medio, hubo dos violentas muertes a tiros. El miércoles de la semana pasada, a la madrugada, Denis Suárez (36) fue encontrado agonizando con un balazo en la cabeza dentro de una vivienda de barrio Maldonado. Hoy los investigadores de Homicidios dudan sobre si se trató de un suicidio o un asesinato, pero tienen en cuenta el dato que revela que Suárez fue compañero de pabellón de los detenidos cuyas familias sufrieron los últimos atentados.

Un día después, en calle José Ingenieros al 2400, en barrio Sarmiento, Luciano Guevara Güemes (31) murió de un tiro en el cráneo cuando estaba sentado en el cordón de la vereda, en medio de la noche. Una cámara cercana aportó a la investigación una secuencia que generó consternación: dos personas pasaron caminando al lado de la víctima, una extrajo una pistola de la cintura, se dio media vuelta y sin darle tiempo a nada directamente la ejecutó.

"Hace mucho que no veíamos un crimen de ese tipo, sin ningún tipo de discusión ni nada; hasta parece que la víctima no los conocía", se preocupó una alta fuente policial.

¿Estas muertes violentas están relacionadas o no con los otros ataques ordenados desde la cárcel? El interrogante por ahora no tiene una respuesta clara.

De acuerdo a los datos recopilados por Cadena 3, uno de los presos que estaría al frente de la organización de estos ataques sería un sujeto conocido como "la Chancha", con una fuerte presencia territorial en la zona de villa General Savio y El Quemadero. En su prontuario figuran condena por un secuestro extorsivo, además de causas por robos y drogas.

Ya preso, sumó una nueva acusación, esta vez por involucrarse en la guerra interna de villa El Nailon, que en febrero último se cobró dos vidas y originó una serie de ataques a balazos y con bombas molotov contra otras viviendas del mismo sector. Quedó imputado por las amenazas y otros delitos junto a una parte de "Los Ranchos", la facción de la barra de Instituto que controla los pasillos de ese asentamiento.

¿Cuál es el vínculo entre "la Chancha" y "Los Ranchos"? Un histórico lugarteniente del "pluma" es el padre de unos de los jóvenes asesinados en febrero en El Nailon.

Con un largo prontuario que incluye una condena por su participación en el trágico motín de la excárcel de barrio San Martín en 2005, este otro detenido gozó de un breve tiempo en libertad. A los pocos meses de regresar a las calles, fue detenido acusado de matar a un vecino de villa General Savio, en diciembre de 2021, en un caso que siempre se investigó como un ajuste de cuentas vinculado al narcotráfico en ese sector.

Vecinos de ese asentamiento ubicado en la zona noroeste de la Capital cordobesa no dudan en calificar a este sujeto como un "perro" de "la Chancha". En la jerga delictiva de los barrios de Córdoba se denomina "perro" a lo que en Rosario hoy llaman "sicarios": personas que generan violencia a pedido de un jefe.

Este preso está alojado en la cárcel de Bouwer. Desde allí ha comenzado a desplegar un poder más que llamativo, según reconocen otras fuentes consultadas.

Estos informantes aseguran que está teniendo un rol clave en la puja interna que se desató en los últimos meses por el control interno de la barra del club Belgrano, disputa que incluyó un enfrentamiento a tiros antes del partido con Platense, en octubre pasado. El detenido acusado de haber disparado a metros de la cancha fue compañero de encierro de este ladero de "la Chancha" en la época del motín de 2005.

Si bien no hay denuncias penales, quienes siguen de cerca la interna de la barra aseguran que hace algunas semanas, un grupo de cuatro violentos armados comenzó a recorrer diversos barrios de la ciudad. Llegaron en un auto hasta domicilios de Villa Martínez, Villa Ávalos y Parque República, donde exigieron a sus propietarios que les entregaran banderas de Belgrano.

Los informantes cuentan que a los dueños de las banderas que intentaban resistirse los ponían en llamada con este preso, quien directamente desde su celda les reforzaba la amenaza. Se trata de una versión que nunca fue denunciada ante la Justicia.

La actual barra de Belgrano se está enfrentando, en una puja intestina, con una facción que tiene como referente al histórico líder Roberto "Loco Tito" Ponce y que hoy contaría entre sus aliados con varios expresos de alto perfil.

Tanto en esta pelea como en los ataques incendiarios registrados en los barrios de la ciudad los informantes hablan con insistencia de "los rosarinos". Aseguran que hace un tiempo se han instalado, sobre todo en la zona sudeste, delincuentes de otras provincias, a los que estarían contratando para generar las balaceras. En la Policía manejan este dato, aunque por ahora no hay pruebas concretas sobre quiénes serían.

La pista apunta al narcotráfico, en un nuevo intento de continuar ensanchándose. Cárceles y barras bravas figuran dentro de un mismo combo.

En esa dirección, los investigadores tienen otro dato que preocupa. Tras la última balacera y ataque incendiario contra una vivienda de Marqués Anexo, donde ocho niños debieron ser evacuados en medio del fuego, los uniformados lograron perseguir a un taxi Fiat Cronos similar al observado en el caso de barrio Müller.

El auto se detuvo en una calle del cercano barrio Hipólito Yrigoyen y sus ocupantes intentaron escapar por los techos de las viviendas del sector. Tres sospechosos de 26, 37 y 46 años terminaron detenidos.

Adentro del vehículo se encontró una escopeta calibre 12/70, un uniforme similar al de la Guardia de Infantería y un chaleco antibalas perteneciente a la Policía de la Provincia de Buenos Aires. Si bien los capturados son cordobeses, con domicilios en barrio Los Paraísos (cerca de la zona del último ataque), el dato del pertrecho policial bonaerense plantea dudas sobre con qué cómplices habrían actuado.

El taxi ya fue devuelto a su dueña, quien dijo que ella desconocía lo que hacía el chofer del turno noche.

Fuente:Cadena3

 

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