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SALUD

15 de abril de 2024

El uso del aceite que los médicos no recomiendan por el impacto que tiene en el cerebro, el hígado y los intestinos

La utilización del aceite que genera compuestos dañinos para la salud

El aceite es un componente esencial en nuestra alimentación cotidiana y tiene varios beneficios para la salud

Sin embargo, detrás de su aparente bondad, se esconde un aspecto poco conocido: existe un tipo de aceite que los médicos desaconsejan debido a su impacto negativo en el cerebro, el hígado y los intestinos.

Aunque muchos lo consideran un aliado saludable, este tipo de aceite podría estar contribuyendo a problemas de salud más graves de lo que se cree.

El impacto para la salud que tiene un aceite particular: afecta al cerebro, al hígado y los intestinos

Según un artículo del medio especializado Alimente+, el aceite ha sido un elemento fundamental en nuestras costumbres gastronómicas durante siglos

Sin embargo, su uso inadecuado, especialmente en la técnica de fritura y su recalentamiento, puede tener consecuencias perjudiciales para la salud.

 

Calentar aceites a altas temperaturas durante la fritura altera su estructura química, lo que disminuye sus propiedades antioxidantes y genera compuestos dañinos como grasas trans, acrilamida y aldehídos. 

Este proceso se agudiza con cada reutilización del aceite, lo que ha sido asociado en estudios con enfermedades cardiometabólicas y ciertos tipos de cáncer.

El consumo de aceites recalentados está relacionado con problemas de salud cerebral y neurodegenerativa (Fuente: Freepik)  

Un estudio de la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos reveló un posible vínculo entre el consumo de aceite recalentado y un mayor proceso neurodegenerativo en ratas. 

La investigación sugiere que el aceite recalentado puede afectar el eje hígado-intestino-cerebro, que es crucial para el equilibrio fisiológico y vinculado a trastornos neurológicos y cognitivos. 

Este tipo de dieta también ha demostrado elevar los niveles de colesterol, triglicéridos y marcadores inflamatorios, junto con daños en estructuras hepáticas y colónicas. 

  La fritura con aceite recalentado puede provocar estrés oxidativo en el cerebro, dañando las neuronas (Fuente: Freepik)  

Las perjudiciales consecuencias del consumo de aceite recalentado

El consumo de aceites recalentados puede desencadenar una serie de efectos adversos en la salud que incluyen:

  • Aumento del estrés oxidativo: el recalentamiento del aceite durante la cocción genera compuestos oxidativos que pueden afectar negativamente al cerebro.

    Este estrés oxidativo puede provocar daño celular, especialmente en áreas cerebrales cruciales para la regeneración, aumentando así el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y el Parkinson.

  • Alteración del eje hígado-intestino-cerebro: el proceso de recalentamiento del aceite puede perturbar el equilibrio entre el hígado, el intestino y el cerebro.

    Esto puede tener repercusiones en la salud cerebral, ya que estos órganos están interconectados y cualquier alteración en uno de ellos puede afectar el funcionamiento del sistema nervioso central. Esta alteración del eje también puede contribuir a trastornos como la depresión, la ansiedad y la pérdida cognitiva.

 La temperatura y el tiempo de cocción pueden afectar la formación de compuestos dañinos al recalentar el aceite (Fuente: Freepik)  

Para contrarrestar estos efectos negativos, es importante adoptar hábitos alimenticios que promuevan la salud cerebral y la función orgánica en general. 

 

  • Consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras.
     
  • Incluir nutracéuticos como la curcumina y la vitamina puede ayudar a combatir el estrés oxidativo y proteger las células cerebrales del daño.

 

Por otra parte, se recomienda una dieta equilibrada que incluya una variedad de antioxidantesfibrafrutasverdurasfrutos secos y té verde

Estos alimentos ayudan a reducir la inflamación y el estrés oxidativo, y proporcionan nutrientes esenciales para el cerebro y el cuerpo en general.
 

Por último, la incorporación de alimentos probióticos como el kéfir y el kimchi puede promover la salud intestinal y hepática, lo que a su vez puede tener un impacto positivo en la función cerebral y la salud global del organismo. 

Estos alimentos ayudan a mantener un equilibrio adecuado de bacterias intestinales, lo que puede mejorar la absorción de nutrientes y reducir la inflamación en todo el cuerpo.
 

Se recomienda consultar a un especialista antes de hacer cambios en tu dieta.

FUENTE EL CRONISTA

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