AGRICULTURA
1 de noviembre de 2022
El trigo con pronósticos cada vez más sombríos
Especialistas de la Bolsa de Rosario y de GEA vaticinaron hasta ahora una producción de 13,7 millones de toneladas, 5,3 millones menos que las previstas al inicio del ciclo
La economía argentina perderá unos u$s 1.900 millones por la caída estrepitosa de la producción de trigo de esta campaña, que se estima apenas llegará a las 13,7 millones de toneladas, e incluso podría ser menor, debido al combinado impacto de la sequía y las heladas tardías que dieron un doble golpe: a los rindes y al área sembrada. Ese volumen representará para el fisco una caída u$s 189 millones en la recaudación sólo de derechos de exportación, y un recorte de más de medio punto de crecimiento del PBI para el año 2023.
En la zona núcleo, especialmente Santa Fe y Córdoba, las pérdidas de trigo podrían alcanzar los u$s 650 millones, tanto por caída de rendimientos en áreas sembradas, como por zonas directamente improductivas.
Ese cálculo fue el que realizó Javier Treboux, integrante de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos (DIEE) de la Bolsa de Comercio de Rosario, un área que junto a la Guía Estratégica para el Agro (GEA) hizo un detallado análisis de la campaña de trigo en términos agronómico, económico y de mercado, en el que no abundaron las buenas noticias, y que presentaron frente a productores, operadores y socios de la entidad rosarina.
La foto, que muestra una situación “crítica y vulnerable”, según planteó Cristian Russo, director de GEA, podría ser aún peor de aquí a fin de año cuando finalmente se realice el balance de una campaña fina, que arrancó con una producción proyectada de 19 millones de toneladas a nivel país y a la fecha ya perdió en el camino 5,3 millones de toneladas. Incluso, los especialistas de GEA aclararon que todo es preliminar, y no descartan que finalmente se terminen por levantar apenas 12,5 millones de toneladas en todo el territorio argentino.
“Si alcanzamos esa producción de 13,7 millones de toneladas, estamos hablando de 10 millones menos que la campaña pasada y es la menor desde el ciclo 2015/16”, apuntó la economista jefe de la DIEE, Emilce Terré. Si eso se traduce en rindes promedios nacionales, “sería el más bajo desde 2008/09”, agregó.
El mercado
Con ese escenario productivo tan “desbaratado”, como señaló Russo, el mercado también sentirá el impacto. Terré indicó que hasta la fecha “las ventas al exterior declaradas por el sector exportador están en torno a 8,9 millones de toneladas y representan un 100% del total vendido”, con lo cual quedan unos 5,5 millones de toneladas para la molienda, que aún tiene todo por comprar”, agregó. “Ese podría ser el número más bajo de industrialización de trigo desde la campaña 2017”, aclaró la economista de la Bolsa rosarina.
Pero hizo una advertencia. “La suma de lo que se compró y de lo que resta por comprar estaría por encima de la producción, con lo cual estamos desacumulando stocks”, dijo. Como el mercado venía augurando tiempos aciagos acumuló compras anticipadas a la fecha (las efectivamente realizadas sobre el total declarado) por un 40%, “uno de los ratios más altos de la serie histórica”, indicó Terré.
Eso explicó la suba de precios en el Matba Rofex que cerró el gap que suelen tener las cotizaciones para esta fecha con el mercado de Chicago. “Eso ocurre porque en el empalme de cosecha empieza a preocupar lo ajustada que está la oferta”, dijo Terré.
“Si se confirma este escenario productivo el stock final va quedar en 1,3 millones de toneladas, es muy ajustando en términos históricos para la Argentina”, agregó Terré. Aunque podría salvar la ropa el remanente de años anteriores. “Tenemos la suerte de que en la última campaña tuvimos una cosecha récord de trigo de 23 millones, porque otra sería la situación con una producción más estándar de trigo”, dijo.
Sin embargo, la economista se mostró confiada en que el país estará en condiciones de cumplir con ventas externas declaradas. “Si sigue cayendo la producción la decisión de no hacerlo será política”, indicó.
Run run en los precios
Aunque todo muestra una oferta muy acotada, el escenario de precios no es tan lineal en términos de oferta y demanda. El trigo argentino juega un partido que es global y allí el escenario se complejizó primero por la pandemia y luego por la guerra entre Rusia y Ucrania, que generaron un proceso inflacionario global, cuyos paliativos amenazan con provocar una recesión generalizada. “Hay una reorientación del comercio mundial y esto se ve claramente en el saldo neto exportador de los principales productores de trigo a nivel mundial”, aseguró Agustina Peña, economista de la BCR.
Si bien los países proveedores mundiales de trigo muestran saldos exportables más ajustados (Estados Unidos, 25 millones de toneladas; 11 millones Ucrania; 9 millones Argentina), la aparición de Rusia jugando fuerte _con una producción de 92 millones de toneladas y un saldo exportable de 42 millones_ trastoca el escenario de precios, que a priori parecería alcista y mucho más para Argentina.
“Rusia aumentó su participación en saldos exportables de 13,9% a 27,6% en diez años”, advirtió Peña y agregó que el escenario recesivo en Estados Unidos, China y otros países “desincentiva la inversión en commodities”, llevando los precios a la baja.
Lo único que podría revertir esta caída es que noviembre no se prolongue el corredor seguro que habilitó la ONU para sacar al mercado el trigo ucraniano. “Si se renueva, tirará los precios abajo, pero si eso no ocurre tendrá un efecto alcista llevando al trigo a operar a 306 dólares la tonelada”, dijo.
Una suma de calamidades
El presente del trigo, es el resultado de una sucesión de eventos desafortunados. “Venimos acarreando una falta de agua de dos fenómenos Niña anteriores y una este año”, planteó Florencia Poeta de GEA. La particularidad de este año es que “el otoño y el invierno tuvieron una media histórica de lluvias menor y no hubo una buena recarga”, agregó. A eso se le sumaron las heladas tardías, fundamentalmente la del 9 de octubre en regiones de Santa Fe y Córdoba especialmente, y otras esta semana en el sudeste de Buenos Aires.
“Hay lugares donde las pérdidas son totales”, agregó Poeta y dijo que el 90% de la superficie triguera de la zona núcleo que releva GEA “está en condiciones de regular a mala”.
Muy poco contribuyeron las últimas lluvias. “Llegan tarde a la región porque fueron sectorizadas y porque el trigo ya está dañado por la helada y la merma del rinde está afectada por la falta de agua anterior”, sintetizó.
Este escenario obligó a los especialistas de GEA a revisar nuevamente a la baja las proyecciones de esta campaña.
“No sólo se ajusta por rinde sino por área”, precisó Russo y planteó que “estamos ante un escenario donde el 50% del trigo no será cosechado”.
La región, muy golpeada
El especialista detalló que en principio la zona núcleo es la más afectada por las pérdidas, pero la situación en Entre Ríos (con menor superficie y rendimientos más bajos) y las últimas heladas en Buenos Aires generan “susto”, según “expresaron algunos ingenieros que suelen ser muy cautos”, aclaró Russo para dimensionar la preocupación.
Hace una semana GEA proyectaba en esta región una producción de 2 millones de toneladas con rindes de promedios de 18 qq/ha. A los pocos días los redujo a 1,7 millones de toneladas y 15 qq/ha y los últimos días ya la ubicó en 1,3 millones de toneladas. Los números son elocuentes “si se tiene en cuenta que en esta zona se producen generalmente entre 4 y 5 millones de toneladas y llegamos casi a 8 millones el año pasado”, dimensionó Russo.
Este recorte de casi 400 mil hectáreas de trigo, es casi el doble de lo que GEA pronosticó la semana pasada.
“El cambio en los rindes de la zona núcleo pegan mucho en los números nacionales”, dijo Russo y dejó en claro que los números todavía no están cerrados.
Fuente:Agro Clave
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