La Madre de Plaza de Mayo Vera Jarach nació en el seno de una familia judío-italiana. Vino a la Argentina escapando de las leyes raciales de Mussolini. Su abuelo murió en Auschwitz, el campo de concentración nazi. En 1976, la dictadura se llevó a su única hija, Franca. Esa historia de horror, pérdida y memoria fue la Vera que le contó esta tarde a la canciller alemana Ángela Merkel, durante el recorrido al Parque de la Memoria.

En el marco de la visita oficial a nuestro país, Merkel homenajeó a las víctimas de la dictadura en el sitio que recuerda a los desaparecidos. Ahí, lanzó a las aguas del Río de la Plata una ofrenda floral, junto a Jarach y Marcelo Brodsky.

Jarach llevaba un cartel con la leyenda "Son 30.000", que ya se convirtió en lema de los Organismos de Derechos Humanos tras los cruces por el número de desaparecidos durante la dictadura.

Vera tuvo la oportunidad de hablar cara a cara con Merkel. Durante el diálogo, comparó el "negacionismo" del holocausto judío con el de la dictadura argentina y le hizo un pedido: "Queremos saber donde están nuestros hijos robados. Ellos nos tienen que decir. No se puede negar".

Merkel se mostró conmovida y dijo que "en la Argentina es una necesidad recordar ese capítulo oscuro de la historia".

La historia de Franca Jarach

La hija de Vera y de Jorge Jarach, también italiano, tenía 18 años cuando los militares se la llevaron. El 25 de junio de 1976 fue secuestrada en la calle. La llevaron a la ESMA donde fue torturada y violada y se presume que fue tirada en uno de los vuelos de la muerte.

"Entre las cosas que se repiten está el negacionismo. Se negaba el holocausto y acá también está pasando con el Gobierno que tenemos ahora, y exponentes del gobierno. Nosotros decimos que son 30 mil, ellos dicen que no. Nosotros no sabemos cuántos fueron, los militares lo saben y nosotros quisiéramos que nos digan", le explicó Jarach a la mandataria alemana.

FUENTE: TN