ANALISIS
29 de junio de 2022
Los números para la cría siguen siendo buenos, pero la inflación comienza a pegar
Los márgenes actuales siguen estando un 25% por encima del promedio aunque comienzan a mostrar cierto deterioro contra inflación. El análisis de Rosgan.
La situación para la cría sigue siendo buena. Al menos así lo muestra el último informe trimestral del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (MAGyP) sobre Resultados Económicos Ganaderos. Los márgenes actuales, medidos en moneda constante, siguen estando un 25% por encima del promedio de la serie, iniciada en junio de 2011, aunque comienzan a mostrar cierto deterioro contra inflación.
Los números de mayo arrojan un margen bruto de $22.652 por hectárea , un 66,4% superior al cálculo que arrojaba un año atrás ($13.382 por hectárea) pero que, medido en términos reales ($21.086 por hectárea), se reduce a un 5,6% interanual -se toma como referencia el modelo base de cría propuesto por la Cuenca del Salado-.
Sin embargo, en los últimos dos trimestres, esta mejora real se fue erosionando. El Margen Bruto que ofrecía la cría en diciembre de 2021, medido en pesos constantes, significarían hoy unos $23.991 por hectárea, lo que refleja una pérdida 7 puntos en términos reales mientras que, comparado con los números ajustados del último trimestre ($24.256 por hectárea), la pérdida de valor real se incrementa a más de 8 puntos porcentuales.
Los costos totales que asume el modelo, aumentaron en el último año un 43% en términos corrientes. En tanto que, en lo que va del año, la suba nominal es del 22% ($8.218 por hectárea contra $6.752 calculados a diciembre de 2021). Dentro de la composición, los costos indirectos (estructura, impuestos y amortizaciones) aumentaron un 25% mientras que los directos (personal, sanidad y alimentación) lo hicieron en un 14%, lo que denota el creciente peso de la estructura sobre la actividad productiva, que 10 años atrás representaba el 64% de los costos totales para este mismo modelo contra el 72% que representa actualmente.
Por su parte, los ingresos netos del modelo -dados básicamente por venta de terneros y vacas de descarte- aumentaron un 67% interanual y un 26% en lo que va del año, alcanzando los $24.962 por hectárea. Es precisamente este indicador el que comienza a marcar un ligero deterioro contra inflación.
La desaceleración que reflejan los valores de la invernada guarda mucha relación con este deterioro en los márgenes. Si bien, nos encontramos en el período de mayor presión estacional, en lo que va de este año la caída real del precio del ternero supera el 15% mientras que, en igual período del año pasado la pérdida generada por esta presión estacional apenas registraba un 2%. No obstante esto, los valores del ternero siguen estando dentro de los máximos históricos, situándose un 30% por sobre el promedio de la serie, desde 2010.
En lo que respecta a las vacas de descarte, una caja que para la cría pasó a representar más del 30% de los ingresos, en los últimos meses se registró una importante salida de vacas de los campos que contribuyó a deprimir los valores en términos nominales.
En los últimos dos meses la vaca para faena perdió cerca de un 10% en términos nominales que, sumado a una inflación de más de 5 puntos mensuales, acrecienta la pérdida real.
Aun así, sigue saliendo mucha vaca de los campos. En los primeros cinco meses del año se envió a faena un 11% más de vacas que lo registrado en 2021. Sin embargo, en igual período hubo un 3% menos de vaquillonas llegando a faena.
Actualmente, la relación de valores de una vaquillona preñada y una vaca de conserva -lo que se conoce como relación de reposición- sigue estando dentro de los niveles promedio.
Fuente:Uno Santa Fe
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