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OPINIÓN

27 de septiembre de 2021

Platita para todos y good show

Claves. Al gobierno nacional le interesa revertir la elección en PBA y el norte del país. El resto lo dejará a merced de los gobernadores, y aprovechará para medir lealtades camino al 2023

En casi todo el frente oficialista creen que con “un poquito más de platita” en los bolsillos de la gente los resultados de las primarias hubieran sido diferentes. Daniel Gollán lo hizo público, fue el vocero.

  La voz brutal del ministro de Salud bonaerense no hizo otra cosa que reflejar algo que nunca ocurrió con los gobiernos peronistas: ir a elecciones con salarios derrotados, 50 por ciento de pobres y derrumbe de todos los índices económicos. Una pregunta persiste. ¿Qué estaba haciendo Alberto Fernández cuando todo esto sucedía? Es tan desastroso como performer el presidente de la Nación, que pareció adquirir valor épico que el gabinete se reúna a las 7.30 am.

“Estos muchachos no hacían reunión de gabinete porque decían que la ñiñera les llegaba tarde”, fue la gráfica explicación de alguien que está muy pero muy cerca de la cocina de Balcarce 50. Es la misma fuente que, apenas asumido el gobierno, dijo también a La Capital: “Son hipsters que no le saben ni echar nafta al auto”. De aquellos polvos estos lodos. El más icónico quedo al frente de la Cancillería.

  Los últimos episodios en torno al gobierno parecen haber emanado una orden para el presidente: “Correte”. Es José Manzur el que encabeza actos, el que habla, el que llama a los gobernadores, el que establece pautas de trabajo. Cambiaron las cosas. Cristina le ordenó al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, que pongas patas para arriba su gabinete y convoque a los intendentes.

Sin “hipsters”

Kicillof aprendió la lección: cuando se pierde, el progrekirchnerismo ex frepasista va de rodillas a pedirle al peronismo rugoso que se ocupe de dar vuelta la tabla. Si fuese por Manzur no permanecerían un minuto más en sus cargos ni Gómez Alcorta ni Vicky Donda. Aunque Gómez Alcorta se quede atornillada al cargo, lo que viene no es para hipsters.

  La oposición —flojísima— debería empezar a encontrar algún argumento un poco más sólido que el disimular escandalizarse porque “el gobierno toma decisiones para ganar en noviembre”. ¿Acaso quieren que tomen decisiones para perder?

  Lo primero que debe hacer Juntos por el Cambio es abandonar el porteño centrismo, que ya desgasta a los ciudadanos. De nada le sirvió a Rodríguez Larreta, a Bullrich y a Macri venir a levantarles la mano a candidatos santafesinos ni cordobeses. Perdieron. En eso acertó ahora el gobierno: Manzur es una referencia que viene del interior profundo.

  El PRO hubiera perdido las elecciones si el radicalismo no sacaba las castañas del fuego. Fue mala en la cosecha de votos y está en caída la ex Heidi María Eugenia Vidal y el Colorado Santilli (flojísimo candidato) tuvo el acicate de Facundo Manes, quien en su debut cosechó más de un millón de votos. Manes será candidato a presidente en 2023 por la Unión Cívica Radical.

  A Rodríguez Larreta le empiezan a reprochar que se quede congelado en la ciudad de Buenos Aires, que es como pescar en la pescadería. El jefe de Gobierno porteño debe hacer conocer su discurso en el interior del país, como lo hizo Macri más de dos años antes de ser presidente. En aquellas épocas había un constante ir y venir del entonces jefe de Gobierno y de los periodista no porteños.

  Una primaria entre Manes y Larreta se va tejiendo en el horizonte. Martín Lousteau es número cantado en la UCR para ir por la sucesión de Larreta. El PRO está en problemas porque Vidal no mide tan bien. Habrá que esperar para saber quién se vestirá de amarillo.

  Volviendo al aquí y ahora, hay que decir que al Frente de Todos sólo le importa ganar en provincia de Buenos Aires y revertir en el norte del país. Sabe también que en Santa Fe, están por el piso las imágenes de Alberto y Cristina, y que la única salida es provincializar, aprovechando que tiene un buen candidato como Marcelo Lewandowski. Primero tendrán que ordenar la tropa: es el único frente que aún no se juntó ni para la foto.

  En Juntos por el Cambio ya hubo foto, aunque con las ausencias de los derrotados Roy López Molina y Amalia Granata, quien deberá permanecer en el territorio contra su voluntad. En estas horas juega su importancia el operador de mil batallas Julián Galdeano, quien construyó la candidatura de la ganadora, Carolina Losada, y ahora deberá acercar a Maximiliano Pullaro y compañía. La buena elección de Gabriel Chumpitaz también deberá servir para arrimar al PRO, entre otros nombres que están preparándose para lo que viene en ese enclave. Que será mucho.

  En el Frente Progresista hicieron lo que tenían que hacer: empezar a conversar. Pablo Javkin deberá trasladarle su apoyo pleno a Clara García y Mónica Fein, y los socialistas deberán hacer lo propio con Ciro Seisas en Rosario. Si Javkin quiere ser candidato a gobernador deberá también empezar a seducir a sectores y dirigentes que hoy están en Juntos por el Cambio y que provienen del radicalismo y de otras fuerzas, más allá del macrismo.

  Se escribió una vez en esta columna que Javkin y Marcelo Lewandowski (dos rosarinos en condiciones de pelear por la Casa Gris o la Municipalidad de Rosario, en 2023) se miraban de reojo. Siguen haciéndolo.

Fuente:La Capital

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