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POLITICA

14 de junio de 2021

Sin Macri en las listas, el objetivo es evitar la dispersión y refundar el discurso

No son pocos los desafíos que le esperan a Juntos por el Cambio de cara a las elecciones de medio término en la Argentina

Frente al estrago de la pandemia, en Juntos por el Cambio (JxC) —hasta hace unos pocos meses— daban por hecho que las próximas elecciones serían una oportunidad para fortalecerse, crecer y quedar competitivos para 2023. Pero, con la llegada del invierno, la suerte de la fuerza opositora se convirtió en una moneda en el aire. Ahora no son pocos los que sospechan que el arribo de la primavera —y de las elecciones— podría marcar el principio del fin de una experiencia política cuyo líder principal declina sin remedio y la sucesión, hasta ahora, no es más que una suma de módicos liderazgos circunstanciales que conducirían (otra vez, como en 2019) a una derrota.

Con la prórroga por ley para el 12 de septiembre y 14 de noviembre próximos, el cronograma electoral dejó de ser un misterio. Pero la principal fuerza política opositora no tiene acordado todavía un discurso de campaña para ofrecerle a la sociedad ni una estrategia de unidad, y tampoco candidatos definidos en los principales distritos del país. En especial, donde predominó la franja horizontal amarilla (al modo de la camiseta de Boca), el territorio que, incluso perdiendo en 2019, consiguió ganar —en algunos casos goleando—, como Córdoba.

El macrismo nació en el microcentro porteño y llegó a gobernar el país: desde la Capital Federal tendrán que salir ahora los acuerdos para ordenar la interna que ya se desató, y desde el centro hacia la periferia ir trasladando un modo de tramitar las diferencias que evite las rupturas y la tan temida dispersión.

Fase clave

Distintas fuentes del frente amarillo consultadas por La Capital confirmaron que se vive un momento delicado y de espera, donde todas las posibilidades están abiertas: María Eugenia Vidal —fuera de la Argentina— debería definir si actúa electoralmente en la Capital Federal y se enfrenta a Patricia Bullrich, quien también aspira a encabezar la lista en el distrito estrella del PRO, o se guarda para el próximo turno electoral.

Esa circunstancia coloca en un dilema al principal aspirante a suceder a Mauricio Macri en una candidatura presidencial, Horacio Rodríguez Larreta, quien corre el riesgo de terminar promoviendo un enfrentamiento sangriento entre las dos mujeres. O bien, si lo obtura, podría opacar la visibilidad tanto del ala macrista más dura y mediáticamente corrosiva (Bullrich) como del ala de Vidal, que se presume podría tener un desempeño de triunfo cómodo y con discurso dialoguista.

En la Capital Federal, por lo demás, quedan varios cabos sueltos en la centroderecha ideológica que prometen dar pelea electoral y con aspiraciones: Martín Lousteau, actual senador, quien tuvo su momento de competencia contra el actual jefe de Gobierno e, incluso, posó de un progresismo anti macrista, pero que hoy luce interesado en representar a todo el espacio, consolidando un discurso ideológico anti kirchnerista. Su base de apoyo electoral, no desdeñable, comparte votantes compatibles con Vidal, también con Bullrich y con un viejo conocido que siempre está volviendo, Ricardo López Murphy. Serían demasiados candidatos a la caza del mismo votante.

En Santa Fe, los referentes de JxC esperan un mínimo ordenamiento interno que baje de la Capital Federal

Algo es seguro: Macri no será candidato a nada en septiembre. Lo que dice el ex presidente, a quienes todavía lo escuchan, es que organizar el plan de las elecciones 2021 pensando en 2023 sería un error para JxC. “Primero resolvamos lo mejor posible esta elección, después vemos”, soltó en la intimidad. Respecto de una presunta declinación irreversible de las posibilidades políticas futuras del ex mandatario, fuentes cercanas a Macri comentaron: “Que nadie crea que podrá construir algo nuevo y competitivo contra él. No lo subestimen. De los 40 puntos de 2019, 32 son de él, puros”.

La línea de pensamiento dominante en el PRO, y en el propio Macri, apunta a evitar que el Frente de Todos (FdT) sume los pocos casilleros que le faltan para conseguir quórum propio en Diputados. Un triunfo del oficialismo con guarismos similares a los de 2019 podría resolver ese factor numérico para el peronismo kirchnerista. JxC, la cúpula del poder económico real y la variada y generosa plataforma comunicacional que juega fuerte con ese sector político ya se preparan para esa eventualidad. “El año próximo será de gran agitación política, habrá peleas internas en el FdT, al punto de poner el vilo la estabilidad de (el presidente) Alberto Fernández”, soltó —apocalíptica— Elisa Carrió, en una pequeña reunión de no más de tres íntimos.

Carrió, quien como lo buenos dramaturgos se siente habilitada para actuar distintos personajes, ahora transcurre un tiempo de “paloma”, ya no de “halcón”. Desde su refugio campestre en el kilómetro 70 de la ruta 8, saludó una eventual candidatura en la provincia de Buenos Aires del divulgador científico todo terreno Facundo Manes.

La provincia con 17,7 millones de habitantes, justamente el distrito electoral que más incomoda a la alianza opositora. Allí irá a jugar Diego Santilli, enviado por Larreta. También Carrió ahora dice que jugará como candidata en la provincia. “Pero única, de la unidad”, presiona. Una pretensión que roza lo imposible. En el territorio que domina el peronismo asoman proyectos opositores, todos buscando posicionarse, al menos con derrotas dignas, como los filo peronistas Miguel Pichetto y Emilio Monzó, entre otros.

Santa Fe

En Santa Fe, los referentes de JxC esperan un mínimo ordenamiento interno que baje de Buenos Aires. Un escenario sería una Paso de dos listas y otro muy distinto un todos contra todos con cuatro listas o más. La lista de candidatos a senador tendrá en su cabeza a un candidato cantado, el actual diputado Federico Angelini. Orgánico y PRO puro, segundo de Bullrich en la jerarquía partidaria, sin embargo, no ve con buenos ojos el recorrido discursivo errático que vino teniendo la dirigente porteña, sobre todo alrededor del tema vacunas. “Salgamos de ahí”, sugiere Angelini, quien entendió el nuevo momento del gobierno nacional en ese plano.

Con todo, Angelini sabe que, por más vocación unitaria que consiga JxC, no podrá evitar ir a una Paso contra uno o más candidatos de origen radical que tributan en la alianza amarilla santafesina.

En la lista a diputado nacional asoma Luciano Laspina (irá por la renovación de su mandato). Cuenta con amplio consenso partidario, en Buenos Aires y también del lado norte del arroyo del Medio. Su figura, de perfil técnico, asomó con cierta timidez y sin experiencia política por 2015. Pero con el correr de los años hizo un viraje: se posicionó, defendió las políticas del gobierno de Cambiemos desde la jefatura de la comisión de Presupuesto, hasta que en la actualidad se convirtió en una espada clave del PRO en el recinto. Tiene la decisión de renovar, siempre y cuando encabece una lista con amplios apoyos. Aunque, desde ya, es poco probable que juegue solo y sin competidores internos.

No son pocos los desafíos de JxC: evitar la dispersión en el contexto de liderazgos nacionales difusos, construir una escena de competencia interna no sangrienta y, lo más complejo, explicarle a la sociedad por qué habría que volver a apostar a una fuerza política que ya gobernó cuatro años y se fue mal en 2019.

Fuente:La Capital

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