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23 de abril de 2021

Los 7 síntomas que podrían alertar a una persona de haber tenido COVID-19 sin saberlo

Expertos explicaron qué sucede con las secuelas en los pacientes que cursaron coronavirus de forma asintomática.

Una de las características distintivas del Covid es que infecta a un gran porcentaje de personas que cursan la enfermedad de forma asintomática. Muchos se preguntan si tuvieron en algún momento coronavirus, y una conjunción de síntomas de las denominadas secuelas pueden advertirnos que fuimos portadores de la afección.

A pesar de que existe un test específico para determinar si una persona cuenta en ese momento con anticuerpos, se trata de una prueba de laboratorio bastante costosa, que no baja en la Argentina de los $2.500

Sabemos que existen efectos a mediano y largo plazo que el COVID-19 puede causar tanto en aquellos que tuvieron síntomas en la fase aguda como en los que no manifestaron ninguno de ellos.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, los síntomas más habituales son fiebre, tos seca, cansancio; mientras que menos comunes las molestias y dolores corporales, dolor de garganta, diarrea, conjuntivitis, dolor de cabeza, pérdida repentina del sentido del olfato o gusto y/o erupciones cutáneas o pérdida de la coloración en los dedos de las manos o de los pies.

Entre los más graves, resaltan la dificultad para respirar o sufrir una sensación de falta de aire, dolor o presión en el pecho y la incapacidad para hablar o moverse.

El epidemiólogo Hugo Pizzi explicó: “Entre los asintomáticos hay un 30% que quedan con cronicidad COVID-19. De ese 30% hay un porcentaje que le afecta el corazón fundamentalmente con arritmia, a nivel cerebral con irritabilidad e insomnio y a nivel pulmonar quedan pequeñas zonas de fibrosis que no vuelve a ser el mismo órgano”.

“Esto se manifiesta fundamentalmente con un cansancio marcado, e incide en la actividad física que habían tenido previamente. Conozco de muchos casos de personas que realizaban ejercicio físico y deportes de manera habitual, tuvieron la enfermedad hace seis o siete meses y ahora no pueden subir escaleras, presentan astenias -debilidad o fatiga general- muy marcadas, les cambió la vida completamente”, precisó.

“Ni los sintomáticos ni los asintomáticos pueden muchas veces evitar las secuelas por COVID-19”, añadió.

En definitiva, no existe al día de hoy un examen preciso, económico y simple para saber si en el pasado se tuvo coronavirus.

Según estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, hasta el 40% de las personas no presentan ningún síntoma de la enfermedad. De todas formas, los expertos coinciden en que una serie de síntomas manifestados como secuelas pueden indicar exposición pasada al virus:

Cuadro de resfrío

Puede ser difícil distinguir entre una gripe convencional y una forma leve de COVID-19 sin un test diagnóstico específico. Pero dependiendo de los síntomas, se puede determinar que generalmente los resfriados no causan dificultad para respirar, dolores de cabeza severos o síntomas gastrointestinales, como sí lo hace el coronavirus.

Fatiga

Es uno de los mayores efectos persistentes. De acuerdo a una investigación de JAMA, un 53% de pacientes manifestaron tener una intensa fatiga unos 60 días después de mostrar los primeros síntomas por COVID-19.

Los científicos aún no están seguros de por qué este cansancio permanece por tanto tiempo y creen que podría ser la forma en la que el sistema inmunológico de una persona reacciona frente al virus o la forma en la que el virus afecta al cuerpo.

Daños al corazón

Existen varios registros de pacientes que experimentaron problemas cardíacos después de contraer el virus. Un estudio de 100 personas que se recuperaron de COVID-19 publicado en Jama Cardiology realizó resonancias magnéticas en ellos y halló que el 78% tenía algún tipo de anomalía cardíaca independiente de cualquier condición preexistente.

Tos persistente

Es uno de los indicadores informado por muchos de los participantes del estudio. La tos a menudo es seca, sin presencia de flema. Según datos de los CDC, el 43% de las personas que tenían COVID-19 todavía tenían tos de 14 a 21 días después de salir positivos en un test PCR.

Pérdida de gusto y olfato

Esta falta repentina de percibir lo que se huele y el sabor de lo que se come es el gran sello distintivo del nuevo coronavirus. Si bien no sucede en todos los casos, está demostrado fuertemente su incidencia ante el SARS-CoV-2. Datos preliminares de la Academia Estadounidense de Otorrinolaringología-Cirugía de Cabeza y Cuello encontraron que en los pacientes con COVID-19 que perdieron el sentido del olfato, el 27% tuvo alguna mejoría en aproximadamente siete días, mientras que la mayoría mejoró en 10 días.

Pérdida de cabello

Muchos pacientes que se recuperaron del virus informan problemas de pérdida de cabello.

En este sentido, el doctor Jorge Larrondo, dermatólogo de Clínica Alemana, advirtió: “Hemos visto que desde la aparición del COVID-19 han aumentado progresivamente las causas por caída de cabello, lo que se debe a múltiples factores, como la presencia de estrés fuera de lo habitual”.

Conjuntivitis

De acuerdo a lo explicado a Infobae por Pablo Wainberg, jefe médico de Oftalmología del Centro Médico Ambulatorio de Swiss Medial Gorup, (MN 77968), “existen pacientes que, durante el proceso del coronavirus, tienen conjuntivitis. Suele presentarse en la fase media de la enfermedad. Es más frecuente en esa etapa que en la fase inicial. Pero aún, en esa fase de la enfermedad, la frecuencia es baja. Es una minoría”.

Fuente:El Liberal

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