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ECONOMÌA

8 de febrero de 2021

Gustavo Feldman: "Vicentin fue una segunda pandemia"

El impulsor de la causa penal que se tramita en Rosario por la caída de la agroexportadora anticipa los ejes de su libro sobre el default del siglo

“Para muchos actores del sector agrícola, el default de Vicentin fue una segunda pandemia”. Así lo describió Gustavo Feldman, impulsor de la causa penal por estafa que se lleva adelante en los tribunales de Rosario contra los directivos de la agroexportadora. El abogado penalista patrocina en ese proceso a uno de los principales acreedores de la cerealera que hace cerca de un año se presentó en concurso preventivo por una deuda superior a los u$s 1.300 millones. Y es autor de “Nunca fuimos Vicentin”, un libro que está pronto a publicarse y en el cual recopila 25 columnas que fueron publicadas por distintos medios en los últimos doce meses.

“Me siento honrado de que la gente de la Editorial Fundación Ross me acompañe en este proyecto, ya que tiene una trayectoria muy importante y es muy comprometida”, señaló Feldman, antes de describir la ruta principal del libro: “Mostrar cómo se fue confirmando lo que denuncié desde el día uno, que esto fue efectivamente una estafa”. A lo largo de sus escritos, sobresale el análisis jurídico pero también la mirada política y económica relacionada con el mayor default de la historia de la provincia y también del país.

“La obra contiene también un apéndice documental muy importante. Están las dos denuncias penales que hice, patrocinando a distintos acreedores; el escrito de recusación al juez Fabián Lorenzini, en el que denuncio la existencia de una mesa judicial destinada a amañar las distintas resoluciones y decisiones del concurso; el discovery de los bancos extranjeros, con revelaciones desde el punto de vista cuantitativo que van a dejar a más de uno con la boca abierta; y los tres informes de la comisión parlamentaria santafesina, que está haciendo un gran trabajo”, señaló. El libro cuenta con el prólogo de Aníbal Fernández, “una persona que conozco a hace muchos años, con quien aprendo y discuto de política, y con quien en este tema tenemos una coincidencia sustancial”, remarcó.

— Se va a cumplir un año del pedido de apertura del concurso preventivo por parte de Vicentin. ¿qué importancia tiene el libro en este contexto?

— Esta obra pretende devolver este tema a los primeros planos de la agenda nacional. Sobre todo porque creo que este año es del de las definiciones, fundamentalmente en cuanto a la marcha de la causa penal. También es clave en la posibilidad, si aún existe, de salvar a la empresa, lo cual no puede hacerse de ninguna otra manera que no sea con el concurso de los principales acreedores. Cualquier otra salida es ciencia ficción. No debe haber impunidad y debe haber resarcimiento. Y la idea no es sepultar a la empresa, sino salvarla. Lo que ocurre es que la tesitura de los anteriores directores es cerril. Se trata en el libro, por supuesto, el tema de la pesificación, que fue una verdadera maniobra del juez para dividir el frente de los acreedores. Porque claramente ahora a los bancos internacionales le va a convenir más el desguace que la continuidad del funcionamiento de la empresa. Hay de mi parte una toma de posición concreta, firme, que es la que tuve en la causa penal. Todo esto me llevó a hacer esta obra. También “me hicieron salir corriendo con la edición del libro, pero para adelante”, los manotazos de ahogado de ex directivos de Vicentin que me atacan con operaciones de prensa, más virulentas a medida que la denuncia que hicimos avanza en la Justicia penal de Rosario.

— Esa causa parece consolidarse como la más importante del país en el terreno de la investigación penal de esta crisis.

— Sí. En el concurso tuve una actividad muy acotada, que fue la presentación de la recusación al juez Lorenzini. Este asunto ya está en queja en la Corte Suprema. Este año se va a dilucidar si el juez tuvo la imparcialidad y la independencia necesaria para llevar adelante un tema de esta envergadura. Creo que no. Es inconcebible que eso sea así en Reconquista, cuando uno de los contendores de ese litigio es Vicentin. Pero estoy convencido de que el andarivel por el que hay que ahondar esta cuestión es la investigación penal. Fue muy importante la resolución del juez Hernán Postma de ratificar la competencia de la Justicia de Rosario de llevar adelante la causa. Entiendo que en febrero o marzo la Cámara tratará este tema y yo creo que una vez que lo confirme van a empezar las imputativas. La fiscalía de Delitos Económicos aprovechó la feria judicial para ordenar la información recolectada en los 17 allanamientos de diciembre. Creo que, de acuerdo al estado de madurez jurídica, habrá imputativas en 30 ó 60 días.

—En la presentación de la memoria y balance 2019, Vicentin apunta como causa de su crisis a una suerte de sucesión de hechos desafortunados. ¿Esto es así?

— Esto no fue una sucesión de hechos desafortunados. Hubo una estafa planificada, con división de roles y funciones, que se fue concretando en varias etapas, como la de diversificación y la internacionalización del grupo. Quizás la debacle macrista y la derrota del régimen con el cual se aliaron los Padoan y Nardelli haya precipitado o puesto en evidencia la crisis. Pero no fue la causa. La causa fue la elaboración de un sistema para quedarse con el grano del 90% de los productores, que se lo entregaron a Vicentin como lo hicieron durante 90 años. Cabalgaron sobre la simulación de una situación económica financiera que no era real y sobre la confianza natural que se da en el mercado granario, con el perfil de empresa que había tenido durante casi un siglo. Esa confluencia fue fatal. El balance 2019, de aparición más que tardía, es la prueba acabada de la falsedad de los balances 2018, 2017 y 2016. El título del libro no podía ser más largo pero quizás debería haber sido “Nunca fuimos este Vicentin”, ya que el rechazo es a lo que hizo la empresa desde el 2015 para acá. Los bancos internacionales hablan de una de las mayores estafas de la historia. Superadora de aquella realizada por el sistema defraudatorio Ponzi, que yo menciono en las distintas denuncias. Hay muchos y hasta importantes actores del mercado granario, de la producción agrícola de Santa Fe, que sufrieron un golpe muy duro. Muchos no se van a poder recuperar. Vicentin vino a ser una suerte de segunda pandemia, porque la crisis se dio en medio de un contexto muy malo.

—¿Cómo ve la actuación de los poderes públicos y clase política en este tema?

— Las marchas y contramarchas son características en este país. Yo apoyé la intervención, pensando en la expropiación. Quizás no se elaboró el proyecto de la mejor manera, porque se expropiaba todo Vicentin Saic, incorporando activo y pasivo. Y además se dejaba de expropiar otras empresas satelitales. Fue una estrategia política del presidente, que no salió. Todavía hay voces que piden el auxilio estatal. El intento que hizo el gobierno de la provincia también fue muy interesante. La conformación de una comisión parlamentaria fue una muy buena idea, trabajó muy bien y con una composición plural. En cuanto al desenvolvimiento del Poder Judicial, tenemos dos caras bien marcadas. Por un lado, la genuflexión y connivencia de la Justicia de Reconquista. Y por otro, la decisión de investigar que tuvo el Ministerio Público de la acusación de Rosario.

Fuente:La Capital

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