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OPINIÓN

24 de enero de 2021

La oposición se dobla, se rompe o no pasa nada

Claves. En febrero se definirá si habrá o no Paso. El radicalismo va en camino de un frente más amplio. Lifschitz no quiere quebrar el partido. El peronismo está atado a la unidad.

En las sesiones extraordinarias de febrero el Congreso definirá si habrá o no Primarias Abiertas simultáneas y Obligatorias (Paso). No se pueden hacer análisis terminantes sobre el escenario político hasta que esa cuestión sea debidamente definida.

  Los gobernadores no quieren que haya Paso, por eso Omar Perotti inició el loteo de su grilla de funcionarios. Un ministerio para el rossismo, una subsecretaria para el Movimiento Evita. Hasta agotar stock. ¿Y La Cámpora? El rafaelino quiere ser la única voz de mando a la hora de definir las listas.

  Su candidato a senador es Roberto Mirabella, con un desconocimiento popular que asombra a los encuestadores. Pero, se sabe, desde que Albor Cantard ganó las elecciones a diputado nacional en 2017, con un grado de desconocimiento casi cercano al 70% o más, lo que vale es la marca.

  El gobernador espera que Cristina Kirchner se conforme con un segundo lugar para María de los Angeles Sacnun, al igual que Mirabella actual ocupante de una banca en el Senado. Lo mejor para Mirabella hubiera sido hacerse cargo del Ministerio de Gobierno hasta las elecciones, pero Perotti le dio el lugar a Roberto Sukerman.

Con la misma táctica

Pese a que aquí se escribió que la llegada de Sukerman podría ser un buen motivo para que Perotti busque consenso en la Legislatura (donde sin la oposición no sale ni un proyecto de declaración en honor al gol de Maradona a los ingleses), el nuevo ministro de Gobierno le metió munición gruesa: “La Legislatura le falta el respeto a la voluntad popular”.

  El perfil Sain es el que sigue mandando en la Casa Gris. Cada vez que el ministro de Seguridad comete una boutade, un exabrupto, lo repudia buena parte de la sociedad pero lo favea hasta Marcos Corach, que es más Perotti que Sain, quien dijo que él era Perotti.

  Al margen del juego de palabras, es la inseguridad creciente y galopante en Rosario (la ciudad más importante de la provincia, por lejos) donde asoma el mayor problema. Y empezaron las reuniones y movilizaciones de los rosarinos, que están hartos.

 Es más, ese hartazgo con la falta de seguridad hizo que el Frente Progresista perdiera las elecciones. Pero con el gobierno que asumió en diciembre de 2019 empeoró la situación.

  Si no hay Paso, el oficialismo tratará de cerrar un acuerdo con Agustín Rossi, dándole a Leandro Busatto la primera candidatura a diputado nacional. ¿Aceptará Rossi o habrá malestar desde el kirchnerismo nacional que obligará a repensar la estrategia?

  Santa Fe vive un momento decadente en lo que refiere a política electoral, y eso se viene incrementando con el paso de los años. Hay todo tipo de concejales y legisladores: ex futbolistas, cantantes de cumbia, modelos y personajes que nadie sabe por qué llegaron al lugar al que llegaron. Por eso a nadie sorprende, que se vuelva a hablar de Miguel del Sel y de Carlos Reutemann. Al Lole no se le conoce ni un solo proyecto que vaya en beneficio de la provincia. Parece gozar de un retiro anticipado en un lugar de privilegio.

  Que algún macrista vuelva a insistir con Del Sel es una demostración del fracaso. Pero, como dice la canción, son rumores. Y hay miles de rumores. La boleta única pareció haberse transformado en una rampa de lanzamiento para gente que busca encontrar una salida laboral. Resulta curioso que hasta el día de hoy los legisladores no se hayan ocupado de reglamentar el festival de candidaturas que siempre sucede.

  Desde algún lugar del macrismo y el socialismo les tiran a los radicales el rumor de que Del Sel podría ser candidato. Unos porque no quieren ampliar la mesa familiar y los otros porque quieren que los radicales se queden en el progresismo. “Nos vamos de ahí, sea cara o cruz. Nos cansamos de la testimonialidad progre que nos deja afuera de la pelea nacional y nos aleja de nuestra conducción nacional”, ratificó un radical de peso.

  Lo más importante del verano será, políticamente hablando, el cariz final que tome el rumbo de la oposición. ¿Al fin, Lifschitz y Javkin terminarán abrazados en defensa del Frente Progresista?

  En el peronismo, se sabe, el único manual de triunfo tiene que ver con la “unidad en la diversidad”, aunque todos los compañeros hablen mal de otros compañeros. Ese pragmatismo lo llevó al gobierno a Perotti.

 En el socialismo están embarcados en una carrera espiralada para dilucidar quién es el más progresista del barrio. En un escenario de grieta amplia, el gobierno nacional le ofrece cada vez más aire y medios a Patricia Bulllrich para que la grieta loca esté más agrietada y mas loca.

  La oposición no debería entrar en el juego que le propone el oficialismo de embanderarse con posiciones extremas. Sabe el peronismo que Horacio Rodríguez Larreta es el rival a dinamitar y por eso levanta las acciones de Bullrich.

  Escrito eso, hay que sostener, sin embargo, que no queda margen hoy para terceras opciones. “La gente va a votar contra la vuelta de Juntos por el Cambio o contra Cristina. ¿Está mal? Sí. ¿Es un reduccionismo? Sí. Pero lo otro es la derrota. Y en la real politik el que pierde es un traidor”, aportó un diputado radical que armó las valijas.

  Si se confirma, a los socialistas les quedará por decir: “El que se va sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen”. O no

Fuente:La Capital

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