Santa Elena, que ahora es noticia nacional porque allí la familia Etchevehere tiene sus tierras, y sus estancias y es allí donde una de las hijas del clan, Dolores, entró a lo que por ley todavía le pertenece tanto a ella como a su madre y a sus tres (3) hermanos varones, la Estancia Casa Nueva, hasta que un juez le ordenó salir del lugar.

Usurpación recitaban a coro copiando los medios hegemónicos nacionales que defienden férreamente la postura de los hermanos varones y su madre de despojar de su parte de la herencia familiar a la única hija mujer del clan. Idas y vueltas de una historia que es la historia misma de la Argentina.

De allí, de ese lugar, pero de muy adentro y de muy cerquita, vino Silvia, porque su padre era puestero en las tierras de los Etchevehere. Los señores. Y más, Silvia fue la “doméstica” con cama adentro y conoce como nadie a la familia. Esta es la historia de Silvia, pero por sobre todo para saber, de primera mano ¿Quiénes son los Etchevehere?

“Era allá por el año 80/81 que el encargado de la estancia Casa Nueva, como conocía a mi padre, me hace la conexión para entrar a trabajar en la casa, el casco mismo de la estancia y además porque ahí también mi hermano, desde los 13 años, fue uno de los trabajadores del tambo” nos cuenta Silvia y amplia “conozco muy bien la estancia, y cuando yo fui a trabajar a Casa Nueva, con cama adentro, te pagaban un sueldo miserable, en negro, y te descontaban la comida, y te deban permiso una sola vez por mes” pero por las dudas también aclara que “siempre tuvieron ese trato para sus empleados”.

A la luz de lo que venimos presenciando por televisión, quisimos saber de primera mano, como eran los Etchevehere antes, “Éramos esclavos. Ahora que los veo nuevamente por televisión, me acorde mucho de mi padre y de todo lo que pasé ahí. Yo conocí muy bien a todos. Para ellos yo era una chirusa” quedando claramente demostrado que nunca les importó nada màs que su posición y el dinero. La gente va y viene para gente de este tipo. “El padre, era una persona muy rigurosa, en el trato con los empleados, y los hijos pero era un hombre que viajaba mucho y tampoco estaba mucho tiempo en la estancia.” recordando al viejo patriarca. Su esposa “Doña Leonor, pasaba mucho tiempo fuera de la casa, y a los hijos los veía muy poco ya que los criábamos nosotros cuando estaban en la casa. Pero era (y es) una mujer muy altanera, y para nada amorosa, cono sus hijos y con nosotros menos”.

La vida en esos parajes donde “se perdía la vista, de tanto campo que tenían” el trato con los trabajadores y empleados no fue ni es la mejor vida. Silvia cuenta algunos detalles de como era vivir con la familia Etchevehere: “Nunca nos dejaban comer en la cocina, debíamos comer en nuestro dormitorio y siempre el sueldo fue miserable, por lo que no me extraña lo que están haciendo ahora” hasta que un día “decido irme de ahí por el maltrato y la escasa paga. Siempre en negro. Y yo sé de muchos casos como el mío” sin ir más lejos “mi hermano trabajaba 17 horas por día y le pagaban una miseria” y agrega “hoy lo tomamos como una novela, pero sufrimos mucho en el pasado”.

Ahora, mucha gente toma partido sin conocer el pasado de esta familia (y de tantas) fogoneados por los medios masivos que politizan el tema, aunque ahora por suerte está visualizado y muchas denuncias que hizo Dolores, la hermana mujer, están moviéndose en la justicia. Aunque no se sabe si se hará justicia.

Silvia también nos relata algo que mucha gente sabe y conoce en Santa Elena “esos campos, fueron del Frigorífico de Santa Elena, cuando cerró, esta familia se adueñó de esos campos y nadie sabe cómo fue. Y en uno de esos campos, vivía un tío nuestro, y cuando pasó esto, fue unos de los hijos de Etchevehere, el menor, Juan Diego, con una patota y alambraron alrededor de la casa y lo echaron a patadas. Le hicieron un ranchito y ahí lo  metieron hasta el día de hoy” de la misma manera que lo hicieron “con la Escuela Técnica, que el Frigorífico les había donado las tierras, hicieron lo mismo, y hasta el agua le cortaron. Y así como lo hicieron en la tranquera de la estancia Casa Nueva. Ellos siempre actuaron así, sintiéndose superiores”.

Aunque hasta hoy nada está claro y nadie sabe cómo se quedaron con todos los campos que pertenecían al Frigorífico, cuando se privatizó. Muchos Santaelenenses recuerdan cuando Menem había dicho que no iban a alcanzar los brazos para trabajar en el Frigorifico y casi 2 años después quedaron más de 1000 familias en la calle “Mi esposo, yo y mis hijos fuimos parte de esa expulsión que produjo esa privatización y posterior cierre” cuenta Silvia casi sin querer recordar ese pasado nefasto..

“Están peleando por algo que no es de ellos. Ese patrimonio era del frigorífico y muchos murieron de angustia y sin recibir un peso de lo que les correspondía por su trabajo” y seguramente a muchos se les revuelven el estómago de solo recordar el avasallamiento y las injusticias que vivieron en carne propia.

Pero cuando le preguntamos a Silvia Basualdo quien fuera empleada de los Etchevehere, hace ya muchos años sobre lo que se está viendo por televisión y su opinión sobre las versiones y las posturas de la familia, ella nos explica sin vueltas “Yo lo viví y no lo inventé y quiero creer que Dolores está diciendo la verdad y debe ser horrible que tus propios hermanos y su madre hagan esto con ella, y creo, o no quiero creer otra cosa, que  es una víctima, por ser mujer, sobre todo” y dudando de casi todo, volvemos a la carga pero esta vez es más clara todavía “Están usando a la gente y la están usando. A ellos no les importa nada. Como siempre lo hicieron”.

Fuente:Ahora Casilda