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29 de julio de 2025
El “ciclo de vida” del pollo: la cadena avícola logró una medición clave para reducir su huella ambiental

Elaborado bajo normas ISO, la cadena logró identificar puntos críticos desde el nacimiento de los animales hasta el consumo final en comercios. Medición de gases de efecto invernadero.
“Este informe es un testimonio del compromiso de la industria avícola argentina con la producción sostenible y la transparencia”, afirmaron desde CEPA, el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas. La celebración tiene que ver con la medición de la huella ambiental de toda la cadena.
Se trata de una actualización y expansión del estudio original de 2021, que en su momento fue realizado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y que desde CEPA definieron como “un paso fundamental en el compromiso del sector avícola argentino con la transparencia y la mejora continua de sus prácticas ambientales”.
El informe presenta los resultados de un exhaustivo Análisis de Ciclo de Vida (LCA) de la carne de pollo producida en Argentina durante el período 2023-2024. La evaluación de la huella ambiental se inicia en la producción de granos hasta el consumo final en los hogares.
METODOLOGÍA DEL INFORME
Las normativas ISO 14040 y 14044 sirvieron para identificar los principales impactos ambientales asociados a la producción de pollo.
Uno de los aspectos centrales tiene que ver con el “Alcance Integral”, como también la “Identificación de Puntos Críticos” mediante la cual se han determinado las fases de la cadena de valor que generan los mayores impactos ambientales.
“La producción de alimento balanceado para las aves y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas al estiércol de los pollos parrilleros han sido identificadas como los principales contribuyentes a la huella de carbono total de la producción primaria”, expusieron.
A su vez, en la fase de consumo, la energía utilizada para la conservación en el hogar y la cocción representa “una proporción significativa del impacto ambiental total del producto”.
En cuanto a “Eficiencia Productiva”, en este aspecto señalaron que la industria avícola argentina “se caracteriza por su eficiencia en la conversión de alimento en carne, un factor clave que contribuye a una menor huella ambiental por kilogramo de producto”.
“La optimización constante de los índices productivos es una prioridad para el sector”, expusieron.
En base a estos puntos se determinó una “base para la mejora continua”, ya que este informe no solo diagnostica, sino que también “sienta las bases para la implementación de estrategias de mitigación”.
“La información recopilada será fundamental para guiar futuras innovaciones tecnológicas, optimizar procesos y promover prácticas más sostenibles en toda la cadena de valor”, apuntaron.
En materia de “transparencia y competitividad”, la publicación busca fortalecer la competitividad del sector avícola argentino en mercados nacionales e internacionales, ofreciendo a los consumidores “información ambiental verificable y promoviendo un diálogo constructivo sobre la sostenibilidad de la producción de alimentos”.
En tanto que el ingeniero Carlos Sinesi, Director Ejecutivo de CEPA, sostuvo que “comprender en profundidad la huella ambiental del sector les permite estar mejor preparados para implementar mejoras significativas, optimizar los procesos y contribuir a un futuro alimentario más responsable”.
“Continuaremos trabajando en colaboración con todos los actores de la cadena para reducir nuestro impacto y asegurar que el pollo argentino siga siendo una opción saludable y sostenible para los consumidores”, aseguró Sinesi.
Fuente: InfoCampo

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