“Las campañas aportan radiografías del estado de la comunicación política. Como la pintura de Fernand Léger, son el gran desfile, ciertamente un espectáculo circense”. La frase pertenece al politólogo Silvio Waisbord, y está incluida en su libro El Gran Desfile, uno de los mejores sobre la temática proselitista. Es lo que se empiece a ver en Santa Fe y en todo el país.

  Escribe Byung-Chul Han en La Sociedad del Cansancio que “actuar políticamente significa hacer que comience algo del todo distinto o generar un nuevo orden social. El conocido argumento de que no hay ninguna alternativa no significa más que el final de la política”. La política, en Santa Fe, tal vez no haya muerto pero ha cambiado.

  ¿Cómo explicarle a un politólogo nórdico que el gobernador Omar Perotti, tildado hasta aquí como “conservador” por cualquier variante del kirchnerismo, termine acordando con la cepa más ultra del kirchnerismo: el cristinismo, fase superior del nestorismo?

Santa Fe, según Cristina

“La construcción que hace Cristina es en base a información que tenemos de cómo ganar la provincia. De cómo mantener dos senadores. Es lo que viene haciendo Cristina desde 2018. Lo viene haciendo, incluso en Santa Fe, cuando no trepidó en bajarlo a Marcos Cleri para apoyar a Perotti a la Gobernación. Hace dos años, mínimo, que Cristina viene construyendo el Frente de Todos. Y ahora es la misma jugada que nos dio resultado cuando decidimos que el compañero Marcos se baje, y que el compañero Busatto también”, revela uno de los dirigentes más cercanos a la ex presidenta.

  El relato es verosímil, y demuestra que el pragmatismo de Cristina no conoce de apellidos, porque resulta más difícil encontrar en otro lugar un sinónimo de kirchnerismo más leal que Agustín Rossi. “Cristina hizo una construcción peronista para ganar y mantener los dos senadores, como cuando decidió apoyar a Perotti en la interna contra María Eugenia Bielsa”, completa la fuente.

  Lo más cercano en el tiempo peronista de un desafío igual o parecido es 2009, cuando Carlos Reutemann enfrentó al gobierno nacional, provincial y a los municipios más importantes y les ganó a todos la senaduría. En aquel momento, Rossi estaba del otro lado. Para el ministro de Defensa (que aún no fue reemplazado) es ir a la batalla con todos los factores de poder en contra, algo que habla de una extrema dificultad pero también resalta las convicciones del ex presidente del bloque de diputados kirchnerista. Algo que le reconocen todos.

  Ese volumen político que tiene la campaña peronista es difícil de replicar en otros frentes, porque los representantes son otros. Las encuestas que aparecen son más un aporte a la confusión general que un baño de verdad. La sociedad, en su gran mayoría, está en otra, viendo cómo sobrelleva dos crisis en paralelo, la sanitaria y la económica.

  Un encuestador nacional que tiene números sobre Santa Fe advirtió que en el último mes había subido la imagen de Perotti y se preguntaba por qué. El éxito de la Billetera Santa Fe impacta directamente sobre los bolsillos de la clase media, y aunque se trate de un paliativo no existieron muchos paliativos desde hace dos años a esta parte.

  Se escribió en esta columna el jueves pasado que la Argentina pasó del Ahora 12 al Ahora 30 como una muestra también del fracaso de la política, que en estos casi 40 años no curó, no educó e hizo con los planes de gobierno que aumentara el hambre. Ahí, habría que volver al pensamiento de Byung-Chul Han en La Sociedad del Cansancio.

  Habrá que esperar para saber si lo que busca la sociedad es un liderazgo político basado en certidumbres de gestión y consenso o, como acota el politólogo Silvio Waisbord, citando a Jean Baudrillard: el dentista y el dentífrico de John Kennedy eran más influyentes que su formación, y eso se corrobora en la actualidad.

  Será muy difícil que ocurran grandes episodios en el tránsito de la campaña hacia las Paso del 12 de septiembre. Después de esa fecha vendrá la unificación de las listas, aunque es muy difícil de pensar en el peronismo una frase casi mántrica: “El que gana conduce y el que pierde acompaña”. Hace ya algunos años Rossi declaró que “lo que la interna desune la general no vuelve a unir”. Se verá.

  Lo que ha demostrado el comienzo de la campaña es la mediocridad de la oposición nacional, a la que no se le cae una idea salvo aparecer en La Nación+ para denunciar fruslerías, como la visita de Florencia Peña a la Quinta de Olivos. Que la oposición tenga en su andamiaje a un personaje como Fernando Iglesias hace certificar otra vez un párrafo de La Sociedad del Cansancio: “El político tiene que actuar como hombre libre, tiene que producir actos bellos y formas bellas de vida más allá de lo útil”.

  Hay políticos que siempre están mirando otro canal en vez de leer al buen filósofo coreano.

Fuente:La Capital