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OPINIÓN

14 de abril de 2019

Para Macri, es ahora o nunca

Claves. La UCR le acercó al presidente una batería de medidas de corte keynesiana. Aceptarla, le permitiría al gobierno salir del camino del ajuste, que lo conduce a una posible derrota electoral.

Para Mauricio Macri es ahora o nunca. Paradójicamente, necesita cambiar. Los radicales se dieron cuenta de que el camino hacia el abismo presidencial los arrastra a ellos también. De la mano. Y presentaron un conjunto de medidas económicas para zafar de la caída final.

"Es keynesianismo puro lo que presentamos. No nos vamos al populismo ni a aumentar desmesuradamente el gesto. Es la intervención del Estado en la economía. Es la salvación de Cambiemos para poder ganar las elecciones. Es saber si el presidente se anima", le dijo una fuente radical, de las buenas, a LaCapital. ¿Se animará Macri a cambiar de discurso por imperio de la necesidad, como están tan acostumbrados, por ejemplo, los peronistas?

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Entre los radicales se hacen la misma pregunta. Una rápida consulta entre los ucerreístas deja como resultado un moderado optimismo. Durante la reunión de cinco horas que mantuvieron el jueves con Marcos Peña y otros macristas, los radicales se sintieron escuchados "por primera vez". No estaba en el encuentro el ministro de la Producción, Dante Sica, quien presentó la renuncia al cargo unos días antes, pero el presidente le dijo "guardala". Al otro día lo sentó al lado suyo.

Qué tensión que hay en el ambiente

Para la UCR, el hecho de que Macri haya impedido la salida del ministro —enfrentado a Nicolás Dujovne en lo que respecta a las recetas para salir de la crisis— es una señal de probable cambio en el ideario presidencial. "Sica es un tipo valioso, pero está caliente. Por lo mismo que estamos calientes nosotros: puso la cara por los sectores productivos, y no aparecen medidas que den vuelta esta situación de ajuste tras ajuste", narró a este diario un personaje clave de Cambiemos.

La cercanía del proceso electoral es lo que podría cambiar el estado de las cosas. Los gobernadores radicales que quieren ser reelectos y los que aspiran a desalojar al peronismo o a otras fuerzas del poder empiezan a comprobar que el problema es Macri. "No podemos hablar de los problemas regionales o instalar lo mal que se maneja la seguridad en Santa Fe, porque la gente no tiene plata para pagar los servicios ni para ir al supermercado. Cuando no se llega a fin de mes, la culpa, para la sociedad, es del gobierno, del presidente", amplió un dirigente provincial.

En Rosario, una última medición de una consultora que reporta para la Casa Rosada estableció que Macri tiene una imagen positiva del 20 por ciento, algo que tira por la borda cualquier intento de ganar, al menos, la ciudad.

Ese ejemplo puede encontrar su dato comparativo también en Santa Fe. De no haberse caído la economía macrista, Cambiemos estaría descorchando champán. Y podría repetir la performance de 2017, cuando Albor Cantard le ganó al peronismo y al Frente Progresista, sólo por el valor de la marca. Hoy, Cantard está detrás del candidato de los socialistas, Emilio Jaton, en la lucha por la Intendencia de la capital santafesina. Es la economía, estúpido.

Hay un deseo cuantitativamente importante de la sociedad en terminar con el kirchnerismo. De hecho, a Macri se lo votó para eso. Hoy, a menos de cuatro años, Cristina está arriba en los sondeos de popularidad. Eso explica, de modo empírico, pulimentado, el fracaso de Cambiemos. Al margen de que pueda ganar las elecciones. Si las gana, perderá mucha masa crítica en el camino, quedará una composición legislativa sin mayoría.

Se lo dijo el diputado oficialista, presidente de la bancada PRO, Nicolás Massot, a Marcos Peña: "Formar gobierno es tener mayoría legislativa". El macrismo no solo no la tiene ahora, sino que tampoco la tendrá en caso de que el actual jefe del Estado sea reelecto. Aunque, podrán decir en caso de volver a ganar: las finales no se explican, se ganan. Aunque sea, medio a cero.

¿Hay alguna chance de que si la economía no remonta, y se mantienen los números de derrota de Macri, el candidato a presidente sea otro? Sostienen en la UCR que si el actual presidente fuese radical, la tara partidaria haría defender lo indefendible, pero que el PRO siempre fue muy pragmático y se manejó con números. Por las dudas, hay todo tipo de especulaciones sobre fórmulas muleto. Siempre encabezadas, en ese caso, por María Eugenia Vidal.

Horacio Rodríguez Larreta, quien estuvo en Rosario la semana pasada, no concibe esa opción y asegura que Macri irá por la reelección. El argumento del jefe de Gobierno es la misma que Peña le comentó a este diario: la pelea será con Cristina Kirchner y una mayoría final va a abjurar de volver al pasado. No hay que descartarlo.

En la pulpa política de Cambiemos sostienen que la candidatura de Lavagna "se cayó como un piano" por las pretensiones del economista de buscar "aclamación", algo que ya no existe en la política. Nadie le va a regalar la suma del poder interno en el peronismo. En todo caso, podrá ser el postulante de otro tipo de construcción política que involucre al socialismo, variantes del progresismo y peronistas y sindicalistas sueltos. Se verá. Nada está definido.

En las próximas horas el gobierno nacional dirá si toma y pone en práctica la batería de medidas propuesta por la UCR. Si el giro al keynesianismo se ejecuta, habrá Cambiemos para rato, confían los correligionarios. Este diario preguntó si hay posibilidades de ruptura en caso de que el gobierno rechace las propuestas radicales. "No comnents", fue la respuesta que llegó desde la ciudad de Buenos Aires, ampliando la expectativa.

Para Macri es una oportunidad bisagra para evitar continuar por un camino que, de seguir, lo estampará contra la realidad electoral.

Es ahora o nunca.

La Capital

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