ACTUALIDAD
3 de junio de 2025
Cuáles son los sectores a los que pertenecen las 31 empresas que aumentaron sus ganancias un 300%

Energía, alimentos, minerales y finanzas, los segmentos favorecidos por el actual modelo. Las que reparten dividendos ponen en jaque las reservas.
Retomemos en el primer párrafo una conclusión de la nota de la semana pasada y que surge de analizar los datos y la evolución del comportamiento de la clase empresaria argentina durante el primer año de la gestión que nominalmente conduce Javier Milei: la cúpula empresaria nacional, las 200 empresas de mayor facturación y valorización bursátil, son -pese al deterioro persistente de la actividad económica- uno de los principales soportes del gobierno.
Pero las más favorecidas por un modelo que produjo el cierre de 10.902 empresas (casi todas PyMES) en el primer año de gestión, son muchas menos, el resto acompaña por la promesa del presidente de resolver a favor del capital la disputa entre patrones y empleados.
El último trabajo del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), dirigido por el economista Claudio Lozano, explica en cifras este comportamiento, al identificar las ganancias y la rentabilidad de las 31 principales conglomerados empresarios que cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, entre los cuales figuran Techint, Corporación América, Pampa Energía, Pérez Companc, Arcor, Molinos Ríos de la Plata, Banco Patagonia y Banco Galicia, entre otros.
Las ganancias que generan estas empresas representan el 11,6% del Producto Bruto del país, que a su vez es la mitad del valor bruto (es decir, antes de aplicarles impuestos y deducciones) generado por las 500 mayores firmas, y más del 58% del valor bruto de producción de toda la cúpula empresaria.
Si un poco más del 10% del PBI, parece poco, pongámoslo en millones de pesos: las 31 empresas con mayor rentabilidad del país (y sus trabajadores, pues capital y maquinaria no se valorizan solos) generan un total de $48.069.330,596 millones, en una economía que contrajo su PBI un 2,7% en los últimos dos años y que ocupa el puesto 24 entre 196 países, de acuerdo a las estimaciones del FMI.
Aclaración esencial, refrendada por un dato público y publicado: desde hace años y gracias al sistema financiero globalizado, algo así como la bancocracia mundial, se puede hacer plata sin trabajo, valorizar capitales originalmente generados en actividades productivas lícitas o ilícitas, sin la intervención de la fuerza de trabajo; y no estamos hablando de Inteligencia Artificial. Un ejemplo notable es el carry trade o la renta que se produce al aprovechar diferencias de tasa entre dólares y pesos, algo que hacen muchas de las empresas cuyas ganancias dependen fuertemente del consumo interno o la posibilidad de ser competitivos a escala global para exportar.
El caso testigo más resonante es el de Los Grobo Agropecuaria S.A., que a fines de 2024 declaró cesación de pagos por u$s 30.000 millones, dejando a más de 300 productores (tenedores de cheques rebotados por más de $2000 millones), mientras se endeudaba en dólares y especulaba financieramente. Aquí en Santa Fe la mención resuena y “quema” por el parecido con la quiebra fraudulenta de Vicentín SAIC. Hoy a Los Grobo la controla el fondo de inversión Victoria Capital Partners, a Vicentín la controlaba la alimenticia trasnacional Glencore, que a su vez es financiada por el fondo de inversión Black Rock, un gigante que administra inversiones equivalentes a la suma de todos los PBI del mundo (menos EE.UU. y China).
Pues bien, en marzo de este año fue “el rey de la soja”, Gustavo Grobocopatel, el que blanqueó cómo sobrevivían los productores y exportadores agroindustriales al actual modelo: “Con este dólar, estas retenciones y la baja de precios internacionales, con muchas empresas en default, nosotros hicimos lo más rentable que ofrece este esta coyuntura: carry”. Mucho antes de que el mismísimo titular del ARCA, Luis Pazos y funcionarios del Ministerio de Economía le aconsejaran bicicletear a los principales referentes del Consejo Agroindustrial Argentino.
El préstamo del FMI y la canaleta de la dolarización de excedentes
El estudio del IPyPP cuantifica también el aumento promedio de la rentabilidad operativa de estas grandes empresas (141%) y de la ganancia neta (+300%), producto de la comparación 2023-2024.
En la síntesis del informe aseguran que “lejos de deberse a mejoras de productividad o expansión de la actividad real, esa rentabilidad desproporcionada revela una transformación del excedente económico en renta extraordinaria, por grupos que operan en condiciones monopólicas u oligopólicas, con precios fuera de lógica competitiva y que pueden combinar excedentes con valorización financiera”.
La transferencia de fondos del trabajo al capital que implica este esquema, fue calculado por la consultora Mirador de la Actualidad, la Economía y el Trabajo (MATE), en $35 billones desde diciembre 2023 al mes de abril del corriente año y solo considerando la pérdida de bolsillo de los trabajadores. Y de $51,3 billones si se suman lo que ganó el sector empresario, pero perdieron la seguridad social, las obras sociales y los sindicatos.
Los sectores que lideran el ranking de favorecidos por el actual modelo de gestión son el complejo oleaginoso-cerealero (925% de rentabilidad operativa interanual), los servicios de energía, gas y agua (375%) el sector de ensamble industrial (312%) y la industria farmacéutica (183%).
Dos casos extraordinarios: pese a verse afectados su volumen de ventas por la caída del consumo popular, tanto las empresas de alimentos y bebidas como las que extraen minerales no metalíferos (insumos para la construcción), incrementaron sus ganancias netas un 797% y 1.487% respectivamente. La explicación ya la dimos al comienzo de la nota: la valorización del capital ya no depende solo del éxito o fracaso de la actividad productiva, sino también de partidas financieras y cotización de activos.
En los últimos días, muchos de estos grupos han llamado a asamblea para distribuir utilidades entre sus socios, ya sea en efectivo o acciones. Es el resultado de las ganancias apuntadas por el IPyPP, Molinos Río de la Plata por $81.800 millones, el Banco Patagonia por $103.642.735 millones, Bolsas y Mercados Argentinos S.A. por $200.000 millones. En el gobierno, porque el periodismo económico no suele atar algunos cabos, temen que -tal como el mismo gobierno permite y alienta- estos pesos compren dólares y el préstamo del FMI se “fugue por la canaleta de la dolarización de excedentes empresarios”. Está bien que se preocupen, porque eso es lo que va a suceder.
Para los autores del informe, estos datos revelan una transformación estructural que difícilmente pueda ser equilibrada o revertida en décadas posteriores, “que reordena jerarquías sectoriales, destruye capacidades productivas y redefine las relaciones entre capital y trabajo en la Argentina”.
Fuente: Aire Digital

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