El Gobierno de Brasil invertirá 300.000 millones de reales (unos 53.000 millones de dólares) en la implementación de la política "Nueva Industria Brasil" hasta finales de 2026, anunció el presidente del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), Aloizio Mercadante.

De acuerdo con lo que anunció Mercadante, el BNDES financiará las inversiones productivas por esa cifra de dinero, lo que lo convertirá en el programa de incentivo a la industria más importante de América Latina, al tiempo que presentó los recientes avances económicos del país, incluyendo un crecimiento del 3,4 % del PBI en 2024, resultado de medidas impulsadas por el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.

En el mismo acto, Mercadante resaltó que la industria brasileña, que había experimentado años de declive, creció el el 3,1 % el año pasado, mejorando su posición global. "Brasil ascendió del puesto 40 al 25 en el ranking mundial de la industria, según el indicador del Instituto de Estudios para el Desarrollo Industrial (IEG). Esto es un hito. Y el BNDES jugó un papel crucial en ese proceso", afirmó.

El presidente del banco destacó que entre 2022 y 2024, el BNDES más que duplicó el volumen de crédito destinado al sector industrial. "Aumentamos el crédito para la industria brasileña en un 132 %, un salto fundamental para impulsar la reindustrialización del país y la recuperación de la producción nacional", aseguró.

Desde enero de 2023, el banco estatal ya desembolsó 205.000 millones de reales (unos 36.170 millones de dólares) en el marco de las seis misiones estratégicas definidas por la política industrial del gobierno federal. El valor representa el 80 % del total inicialmente previsto, que era de 259.000 millones de reales (unos 45.692 millones de dólares).

Distribución de la inversión

Los fondos del programa "Nueva Industria Brasil" fueron distribuidos en sectores de la economía que son considerados prioritarios por el Ejecutivo.

Un total de 56.200 millones de reales (unos 9.930 millones de dólares) se destinaron al sector agropecuario, 7.100 millones de reales (unos 1.252 millones de dólares) al área de salud, 5.800 millones de reales (unos 1.023 millones de dólares) a infraestructura, 49.600 millones de reales (unos 8.755 millones de dólares) al desarrollo digital, 17.600 millones de reales (unos 3.104 millones de dólares) a proyectos de descarbonización y 23.900 millones de reales (unos 4.215 millones de dólares) al sector de defensa.

El programa Nueva Industria Brasil forma parte de los esfuerzos del Gobierno brasileño para promover una transformación estructural del parque industrial nacional, con foco en la innovación tecnológica, la sostenibilidad ambiental y la autonomía productiva.

Según el BNDES, la meta es generar más empleo de calidad, aumentar la competitividad internacional del país y reducir la dependencia de productos importados en sectores estratégicos.

Durante el evento, Mercadante también reafirmó el compromiso del BNDES con una estrategia de desarrollo industrial que combina financiamiento a largo plazo, estímulo a la innovación y cooperación con el sector privado.

El FMI y la política industriales

En tanto el Fondo Monetario Internacional publicó esta semana un nuevo documento sobre política industrial titulado "¿Las políticas industriales aumentan la competitividad comercial?" donde dice que, tras pasar de moda tras la ola de liberalización de la década de 1990, "las políticas industriales han sido ampliamente utilizadas tanto por las economías avanzadas como por los mercados emergentes en los últimos años, especialmente después de 2017", lo que se ve reflejado en la prensa económica, donde el número de artículos que mencionan las políticas industriales aumentó de menos de 1000 veces en 1990 a más de 18000 en 2019.

"Ante la inminente aparición de nuevos desafíos económicos y geopolíticos, se justifica una nueva evaluación de los posibles impactos económicos de las políticas industriales", dice el informe que, releva que en promedio los productos de las políticas industriales objetivos experimentan un mayor aumento de competitividad que los no objetivo" y en cuanto a los instrumentos de política, "los subsidios internos se asocian con una mejora temporal de la competitividad comercial a corto plazo, mientras que los incentivos a la exportación se vinculan con mejoras de la competitividad a mediano plazo".

En abril de 2024 el FMI había lanzado otro documento donde anunciaba que la política industrial estaba de regreso en todo el mundo, después de estar "en desuso en la mayor parte del mundo debido a su complejidad y a sus inciertos beneficios".

"La pandemia, el aumento de las tensiones geopolíticas y la crisis climática generaron preocupación en torno a la resiliencia de las cadenas de suministro, la seguridad económica y nacional y, en términos más generales, la capacidad de los mercados para asignar recursos de manera eficiente y subsanar esos problemas. Como consecuencia, los gobiernos se vieron presionados para adoptar una orientación más activa en su política industrial", dijo en su oportunidad el organismo.

Fuente: El Litoral